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Muñiz y Más, Adelaida (¿-1906).

Dramaturga, periodista y pianista española del siglo XIX, nacida en lugar y fecha indeterminados, y fallecida en octubre de 1906, probablemente en Madrid, ciudad en la que residió durante la mayor parte de su vida. Como ocurre con tantas otras mujeres relevantes de su época, apenas han llegado hasta nuestros días algunas noticias acerca de su vida, y las pocas referencias que tenemos están relacionadas con su condición de esposa.

Vida

En efecto, se sabe acerca de Adelaida Muñiz y Más que contrajo nupcias con un periodista mallorquín, don Jaime Tur y Mary, afincado en la plaza africana de Melilla. Tal vez esta dedicación profesional de su esposo fue lo que permitió a la autora iniciar y mantener su asidua colaboración con algunos medios de comunicación de cierta difusión en su época, entre los que sobresale la Revista Teatral de Cádiz (1898). Sin embargo, la joven Adelaida ya había reunido méritos propios más que sobrados para publicar sus trabajos en cualquier medio de la Prensa nacional, ya que, con tan solo quince años de edad, había compuesto su primera pieza dramática. Además, a lo largo de su brillante ejecutoria literaria escribió otras muchas obras teatrales que le supusieron un enorme reconocimiento en su época, ya que todas ellas fueron llevadas a las tablas (circunstancia verdaderamente meritoria entre las dramaturgas de aquellos tiempos, casi todas acostumbradas a que sus obras sólo fueran leídas en su limitado círculo de amistades o, a lo sumo, representadas en funciones privadas).

Obra

El éxito teatral de Adelaida Muñiz resulta tanto más extraño en la medida en que se considera que su producción dramática no sobrepasa nunca esas cotas de superficialidad y mediocridad que constituyen la tónica general del teatro popular español de la segunda mitad del siglo XIX. Aunque en sus obras plantea algunas cuestiones de interés acerca del papel de la mujer en la sociedad española de su época, lo cierto es que raras veces muestra una clara actitud en defensa de los derechos de su sexo, y en las más de las ocasiones se pierde en un marasmo de tópicos que la incluyen de lleno ya en la tardía corriente del segundo romanticismo, ya en la nueva tendencia realista, sin que a la postre sepa definir con nitidez sus posiciones estéticas e ideológicas. Si a estos defectos se añade su manifiesta impericia a la hora de resolver ciertas tensiones dramáticas que alcanzan, en un momento dado, algunas de sus obras, resulta obligado concluir que la frecuencia de sus estrenos se debió más a sus buenas relaciones en su entorno socio-cultural que a los escasos méritos literarios que atesoran sus textos.

Entre las numerosas obras que escribió Adelaida Muñiz (algunas de las cuales no se conservan en nuestros días) sobresalen los títulos siguientes:

Cambio de cartas, juguete cómico escrito en prosa y compuesto de un solo acto, que fue estrenado en Madrid en 1887. En la actualidad se considera perdido. Aunque estrenada mucho tiempo después, esta fue la primera pieza dramática de la autora, escrita cuando sólo contaba quince años de edad.

La herencia de Tenorio, "parodia casi dramática, casi fantástica", escrita en verso y compuesta de dos partes. Se trata de una obra cuya acción, desarrollada en una casa modesta y una fonda de Madrid, corre a cargo de los universales personajes de Zorrilla (don Juan, Ciutti, doña Inés), vistos aquí desde una perspectiva paródica que, en ocasiones, llega a la deformación burlesca de los nombres (Luis Lejía). Aunque posee algunos toques de humor, su escaso interés no le permite rebasar el abultado saco de las malas secuelas a que ha dado lugar el Tenorio. Sin embargo, fue estrenada con clamoroso éxito en el Teatro del Príncipe Alfonso, de Madrid, el día 12 de noviembre de 1892, y en el transcurso de aquel mismo año mereció los honores de la imprenta (Madrid: Florencio Fiscowich ed., 1892).

Mancha heredada, drama compuesto de tres actos y escrito en verso, alternando octosílabos y endecasílabos. La acción transcurre en Madrid, en dos espacios interiores. Se trata del típico drama romántico, en el que las pasiones amorosas se ven obstaculizadas por la hipocresía social y los condicionamientos religiosos. Subió por vez primera a las tablas en Madrid, el día 27 de abril de 1892, en el Teatro de la Zarzuela, y cosechó también un éxito notable de crítica y público.

La huida a Egipto o La degollación de los inocentes, drama escrito en verso y compuesto de un acto y cuatro cuadros, en colaboración con José de la Cuesta. Se trata de una obra dedicada al rey Alfonso XIII, cuya acción transcurre en Jerusalén, en tres espacios interiores: el Palacio de Herodes, la casa de María y el templo. Aunque basada en el relato que, acerca de este episodio evangélico, ofrece san Mateo, esta obra presenta la originalidad de centrarse en el análisis de las dos mujeres más cercanas a Herodes, su hermana Salomé y su mujer Mariamné. Fue llevada a las tablas el día 28 de diciembre de 1892, en el Teatro del Príncipe Alfonso, de Madrid, donde cosechó un ruidoso éxito. Al año siguiente fue editada en Madrid, a cargo de Arregui y Aruej-Florencio Fiscowich editores (1893).

El nacimiento del Hijo de Dios o La Adoración de los santos Reyes, auto sacramental escrito en verso, y compuesto de tres actos y dieciséis cuadros, enriquecido con la partitura musical del maestro T. F. Grajal. Escrita también en colaboración con don José de la Cuesta, esta pieza dramática -cuya acción se desarrolla en numerosos espacios exteriores e interiores, unos reales (como el desierto palestino) y otros fantásticos (como el palacio de Luzbel)- está dedicada, al igual que la anterior, al rey Alfonso XIII. La obra no se aparta en gran medida de los episodios bíblicos anunciados en su título (aunque adobados con continuas interpolaciones fantásticas), por lo que su escasa originalidad radica únicamente en algunos detalles dramatúrgicos de cierta modernidad, como pueden ser las anotaciones destinadas a los encargados de luminotecnia y al director de escena. Además, es destacable el riguroso uso de los diferentes registros del idioma puestos en boca de los distintos personajes: los más populares (pastores, soldados, etc.) utilizan el nivel coloquial del lenguaje, mientras que los más elevados (como reyes y arcángeles) se ciñen al uso culto, mucho más sobrio y menos colorista. La obra subió por vez primera a escena en el Teatro del Príncipe Alfonso, de Madrid, el día de Nochebuena de 1892, fecha en la que cosechó un clamoroso éxito que, lógicamente, aconsejó su inmediata edición impresa (Madrid: Imprenta de la Viuda de Ducazcal, 1893).

Ilusión y desengaño, monólogo escrito en verso y compuesto de un solo acto, cuya acción se localiza en Madrid, en el interior de una lujosa mansión. Un único personaje, Inocencia, revela al público el apasionado amor que siente hacia Guzmán, hasta que el descubrimiento casual de una carta firmada por este anuncia que su amor no está dirigido a la engañada Inocencia, sino a su hermana Isabel. Dedicado a una prima de la autora (Sofía Soriano y Más), este soliloquio participa de los tópicos más manidos del teatro romántico, circunstancia que lo hizo muy apreciado en su tiempo. Se estrenó también en la capital de España, en el Teatro Martín, durante la noche del 15 de marzo de 1893, y en el transcurso de aquel mismo año mereció los honores de la imprenta (Madrid: Vda. de Ducazcal, 1893).

Pajaritas de papel, "Monólogo-Apropósito" [sic] escrito en verso, cuya acción transcurre en el interior de un gabinete-despacho madrileño. En realidad, se trata de dos soliloquios consecutivos: primero habla Juan, dirigiéndose a una pajarita de papel, para revelar al público su felicidad de adolescente enamorado; después toma la palabra su abuelo don Miguel, quien, desde una ventana, ha escuchado a su nieto y se ha sentido emocionado y transportado a su pasada juventud. Esta pieza también fue muy aplaudida la noche de su estreno, que tuvo lugar en Madrid, en el Teatro de la Princesa, el 15 de junio de 1893. Aquel mismo año salió a la calle una versión impresa del texto, a cargo de la mencionada Viuda de Ducazcal.

El pilluelo de Madrid o Los hijos del pueblo, drama en verso compuesto de cuatro actos y siete cuadros, cuya acción se ubica en Madrid, en el interior de un lujoso salón y en el exterior del patio de una casa popular. Se trata de una obra realista, enmarcada dentro de la corriente costumbrista de la época, que presenta la novedad, frente a la mayor parte del teatro burgués, de defender la igualdad de todos los personajes ante la ley y la sociedad, independientemente de la clase a la que pertenezcan. Fue llevada por vez primera a un escenario el día 12 de noviembre de 1893, en el madrileño Teatro del Príncipe Alfonso, e impresa un año después, en Madrid, a cargo de J. Ducazcal.

Nada, comedia en verso compuesta de un solo acto, cuya acción se desarrolla en el interior de un camerino teatral. Mariana, una actriz halagada por sus éxitos profesionales y amorosos, acaba enamorándose de un hombre cínico que afirma no creer en nada. Esta obra marca un punto de inflexión en las ideas moderadamente progresistas que hasta entonces había mostrado su autora, ya que Adelaida Muñiz pone en boca de sus personajes unos juicios sobre las mujeres bastante caducos y reaccionarios. La pieza se estrenó también en la capital de España, en el entonces llamado Teatro Moderno (luego Alhambra), la noche del 30 de marzo de 1895, y tuvo una espléndida acogida por parte del público y de la crítica.

Maruja Carmela, parodia escrita en verso y compuesta de un acto y tres cuadros, cuya acción se ubica en diferentes espacios madrileños. Se trata de una versión paródica de otra obra teatral, titulada María del Carmen, escrita por el exitoso dramaturgo catalán José Feliu y Codina. Es una de las piezas más logradas de Adelaida Muñiz, ya que en ella se aparta de sus habituales tópicos religiosos y amorosos para centrarse en el tema del dinero, pero no en la medida que afecta a la clase media burguesa (asunto típico en el teatro realista), sino visto desde la perspectiva de las capas urbanas populares. La habilidad en la caracterización de los personajes queda patente, en esta obra concreta, por el acertado uso que hace la autora de los registros coloquiales -y aun vulgares- del lenguaje, con pérdidas constantes de la -d- intervocálica en la terminación de los participios, confusión entre consonantes líquidas (r y s), empleo de modismos propios del léxico familiar, etc. Si se tiene en cuenta, además, que la frescura y espontaneidad de la mayor parte de los personajes refleja con exactitud los diferentes tipos populares urbanos del Madrid del momento, no resulta extraño que Maruja Carmela se convirtiera de inmediato en una de las piezas dramáticas más aclamadas por el vulgo a finales del siglo XX. En efecto, su estreno, acaecido el día 25 de septiembre de 1896 en el Nuevo Teatro de Maravillas, de Madrid, constituyó uno de los mayores éxitos de la temporada, y la obra de Adelaida Muñiz pronto pasó por los tórculos (Madrid: Florencio Fiscowich Ed., 1896).

Rojo y gualda, cuadro dramático escrito en verso y compuesto de un solo acto, cuya acción se desarrolla en un pequeño pueblo cubano. Localizada en 1897, es una pieza que testimonia el hundimiento español ante la pérdida de las colonias, en medio de fuertes tensiones nacionalistas que, derivadas directamente del sentimiento romántico de patria, se complican -en el caso español- con la emancipación de los últimos territorios coloniales, hasta generar una serie de conflictos que no sólo afectan a la vida política, sino también a las células familiares. En efecto, en Rojo y gualda surgen las desavenencias políticas entre padres e hijos, en medio de las propias vacilaciones de unos personajes que se sienten tan cubanos como españoles. Su estreno tuvo lugar en Madrid, en el Teatro del Príncipe Alfonso, el día 25 de diciembre de 1897, y un año más tarde fue llevada a la imprenta por los Hijos de J. M. Ducazcal (Madrid: 1898).

El nacimiento de Jesús o La cuna del Redentor, auto sacramental en verso, compuesto de cuatro actos, que en la actualidad se considera perdido. Las noticias de su existencia nos han llegado a través del registro de la Sociedad de Autores, en cuyas relaciones se conserva la inscripción, en 1901, de dicha obra. Sin embargo, no se ha logrado averiguar si llegó a ser estrenado, y mucho menos si alguna vez fue impreso.

El bergantín fantasma, revista en verso, compuesta de un solo acto y también perdida actualmente. Sólo nos ha llegado noticia de su título, como ocurre en el caso de las dos obras citadas a continuación:

El secreto del sumario, juguete cómico en verso.

Por el nombre, comedia en verso, compuesta de un solo acto, que debió de ser escrita hacia 1899.

Bibliografía

  • HORMIGÓN, Juan Antonio (dir.) Autoras en la Historia del Teatro Español (1500-1994). (Madrid: Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 1996).

  • SIMÓN PALMER, Carmen. Escritoras españolas del siglo XIX. Manual biobibliográfico (Madrid: Castalia, 1991).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • JR.