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HistoriaPolíticaBiografía

Muley Hafiz. Emir de Marruecos (1875-1937).

Emir de Marruecos entre 1907 y 1912, perteneciente a la dinastía alauita. Nació en Fez (Marruecos) en 1875, y murió en Eughien-les-Bains (Francia) el 4 de abril de 1937. Hijo primogénito del emir Muley Hassan I y hermano del también emir Abd al-Aziz.

Desde muy joven recibió una educación esmerada, especialmente en los ámbitos de la religión y la literatura, y pronto se convirtió en el príncipe más ilustrado de su familia. Pero, aunque gozaba de las simpatías del pueblo y de la clase religiosa más influyente del reino, Muley Hassan I le desplazó de la línea sucesoria en favor de su hijo menor, Abd al-Aziz, al mismo tiempo que lo mantenía alejado de los negocios públicos. Tras la muerte del emir, el resto de los hermanos protestaron la decisión paterna y se sublevaron contra el poder del nuevo emir, quien además no pasaba de ser un joven inexperto en manos de preceptores europeos que lo manipularon impunemente. Todos los hermanos varones fueron encarcelados a excepción de Muley Hafiz, que prefirió someterse a la autoridad de su hermano menor e hizo saber a todos su decisión de retirarse a la vida privada. A medida que Muley Hafiz demostraba sus buenas intenciones y su propósito de no interferir en los asuntos de Estado, a pesar de recibir frecuentes peticiones para arrebatar a su hermano el trono, Abd al-Aziz le fue invistiendo de cargos públicos cada vez más importantes que siempre desempeñó a la perfección con total lealtad. Aun así, en el año 1905 se vio obligado a hacer una protesta pública de las intenciones que muchos le atribuían de destronar a Abd al-Aziz.

Como consecuencia del descontento que se apoderó en todo el país por la política internacional adoptada por Abd al-Aziz, demasiado partidista y favorable a los intereses franceses, Muley Hafiz, que por aquel entonces desempeñaba el cargo de virrey de Marrakech, decidió abandonar su actitud conciliadora para con su hermano y ponerse al frente del movimiento de protesta que surgió en todo el país, especialmente entre las tribus beréberes del sur y del oeste y de los principales juristas islámicos del reino, quienes pasaron a considerar a Muley Hafiz como el defensor del islamismo y del sentimiento nacionalista marroquí. Justo al día siguiente de que Casablanca fuera ocupada por los franceses, el 6 de julio del año 1907, Muley Hafiz fue proclamado emir de Marruecos en Marrakech, pero las potencias europeas se negaron a reconocerle en un primer momento, temerosas de que el nuevo emir llevara a cabo una política nacionalista y contraria a los intereses económicos de éstas. Gracias al apoyo del emperador alemán Guillermo II, por fin Muley Hafiz pudo ser reconocido y proclamado emir de Marruecos en Fez, el 7 de junio de 1908.

Desde comienzos de su reinado, Muley Hafiz hubo de enfrentarse a graves dificultades, especialmente por la sublevación de su hermanastro Muley Muhammad, quien llegó hasta el extremo de autoproclamarse emir en Tánger, en agosto de 1909. Cuando finalmente pudo deshacerse de su hermano, surgió otro hermanastro, Muley Kebir, que le declaró la guerra santa y le puso en serios aprietos sólo superados por la intervención a última hora de las tropas francesas. La manifiesta debilidad del reino de Marruecos, sostenido por las fuerza de las armas francesas y por las cancillerías europeas, fue aprovechado por Francia y España para forzar al emir a que aceptase la instauración de un doble protectorado en Marruecos.

La grave crisis económica y social por la que atravesaba el reino, con revueltas periódicas en todos los rincones del país, y las presiones constantes de las que fue objeto forzaron su abdicación voluntaria, el 11 de agosto del año 1912, a cambio de una pensión vitalicia otorgada por el Gobierno de París. Fue sucedido en el trono por su hermanastro Muley Yusuf, persona bastante más manejable para las potencias europeas.

Muley Hafiz se exilió voluntariamente en París, de donde fue forzado a marcharse por el Gobierno galo nada más estallar la Primera Guerra Mundial. Tras pasar una larga temporada en España, residiendo en Barcelona, Madrid y Sevilla, entre otras muchas ciudades, regresó a Francia, para vivir el resto de su vida alejado de los asuntos políticos y dedicado a sus asuntos y negocios particulares.

CHG

Autor

  • Carlos Herraiz García