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Ocio y entretenimientoBiografía

Méndez Rodríguez, Francisco, "Curro Méndez" (1947-VVVV).

Matador de toros español, nacido en Huelva el 21 de junio de 1947. En el planeta de los toros es conocido por el sobrenombre de "Curro Méndez".

Comenzó a canalizar la enorme afición que sentía desde niño el día 27 de marzo de 1966, fecha en la que, con no demasiado adelanto, se enfundó su primer terno de luces en la plaza de toros de su ciudad natal. A pesar del mencionado retraso, sus promotores no se esforzaron por hacerle debutar en una novillada picada, por lo que no compartió paseíllo con los del castoreño hasta el día 12 de octubre de 1970, cuando, cumplidos ya los veintitrés años de edad, compareció ante la sabia afición de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

El día 1 de agosto de 1977, cuando tenía ya treinta años, tomó la alternativa ante sus paisanos onubenses. Se presentó apadrinado por el malogrado espada gaditano Francisco Rivera Pérez ("Paquirri"), quien, bajo la atenta mirada del coletudo manchego Francisco Alcalde Morcillo ("Paco Alcalde"), presente en calidad de testigo, le cedió los trastos con los que hubo de acometer la lidia y muerte de un astado perteneciente a la ganadería de don Gabriel Rojas Fernández. El toricantano, favorecido por la benevolencia de sus paisanos, cortó las dos orejas del toro con cuya lidia se doctoró.

Aunque parezca mentira, no pisó la arena de la plaza Monumental de Las Ventas hasta que se vio casi en la obligación de confirmar ese grado de doctor en tauromaquia. Así, el día 12 de agosto de 1979 -en corrida estival cuyo pobre cartel da buena cuenta del descrédito en que, por negligencia, había caído "Curro Méndez"-, hizo el paseíllo en Madrid flanqueado por el diestro cordobés Florencio Casado Morales ("El Hencho"), que comparecía en calidad de padrino, y por el espada conquense Arcadio Fuentes Moya ("Curro Fuentes"), que hacía las veces de testigo. Desde aquel día no ha vuelto a vestirse de luces.

Francisco Méndez Rodríguez ("Curro Méndez"), cuyo único defecto como matador de toros radicaba en un pésimo manejo del acero, es un ejemplo palmario de torero fracasado por culpa de la desmotivación propia y la incapacidad de sus mentores; porque, si bien una carrera novilleril alocada y una alternativa prematura pueden dar al traste con las ilusiones de muchos jóvenes capaces de llegar a la cima del toreo, no es menos cierto que indecisión, el temor o la pereza no deben nunca impedir que quien pretende ser figura afronte los compromisos ineludibles para lograrlo.

Autor

  • JR.