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Mármol, Luis Enrique (1897-1926).

Poeta, periodista y profesor universitario venezolano, nacido en Caracas en 1897 y fallecido en su ciudad natal en 1926. Autor de una brillante y singularísima producción poética caracterizada por su sentido del humor, su riqueza temática y su asombrosa integración de las más diversas referencias intertextuales en la mejor tradición de la poesía clásica escrita en lengua castellana, está considerado -debido más a la coincidencia cronológica que a otras razones estrictamente literarias- como uno de los integrantes de la denominada "Generación de 18", en la que figuran otros nombres tan destacados como los de los poetas Fernando Paz Castillo (1893-1981), Enrique Planchart Loynaz (1894-1953), Andrés Eloy Blanco (1896-1955) y Jacinto Fombona Pachano (1901-1951).

Impulsado desde su temprana juventud por una firme vocación humanística, cursó estudios secundarios en Caracas, donde obtuvo el grado de Bachiller en Filosofía; posteriormente, ingresó en la Universidad Central de Venezuela para emprender una brillante carrera de estudios superiores que le permitió abandonar dicho centro en 1925, con el título de doctor en Ciencias Políticas. Por aquel entonces, su nombre ya era de sobra conocido en el panorama literario venezolano, donde el joven Luis Enrique Mármol había hecho gala de una precocidad creativa y de un ingenio poético que, plasmados en sus colaboraciones aparecidas en los principales rotativos y revistas del país, le habían tempranamente consagrado como una de las voces más prometedoras de la citada "Generación del 18".

En efecto, sus primeros textos literarios vieron la luz entre las páginas de los rotativos El Universal, El Nuevo Diario y El Heraldo, así como en las revistas Actualidades, Billiken y Elite. En todas estas publicaciones, Luis Enrique Mármol dejó impresas abundantes muestras de su ingenio tanto en prosa como en verso, casi todas ellas presentadas bajo pseudónimo (entre los muchos sobrenombres literarios que adoptó el escritor venezolano durante su breve existencia, figuraron "L'Enfant de Marbre", "Renato Molina", "Luis Venezuela" y "Gregorio Iturriza"). Dentro de estas colaboraciones periodísticas, gozaron de especial fortuna las publicadas en El Universal bajo el marbete de "pastiches", que habrían de dar lugar, hacia mediados de los años veinte, a la única recopilación e su poesía que llegó a ver impresa Luis Enrique Mármol.

Se trata del poemario titulado Pastiches criollos (Caracas: Tipografía Venezuela, 1924), en el que tienen cabida algunas de las mejores muestras de humor, ingenio y habilidad imitativa de las Letras venezolanas contemporáneas. Las piezas recogidas en este volumen eran producto, en efecto, de un rico y laborioso proceso creativo en el que, desde la óptica del humor y la ironía, Luis Enrique Mármol pasaba revista a los registros estilísticos y temáticos de sus contemporáneos, para ofrecer a los lectores una serie de recreaciones (o "pastiches") que, a la postre, configuraban un excelente pretexto para divulgar sus alardes de agudeza y versatilidad. El lector, implicado en un juego cómplice que exigía también el buen conocimiento del estilo de cada autor emulado por Mármol, se veía así sorprendido por la deslumbrante capacidad del poeta para recrear los universos literarios más disímiles y, al mismo tiempo, para mostrar su perfecto dominio de los moldes formales más representativos de la tradición lírica escrita en lengua castellana, ya fuera culta (soneto o décima) o popular (copla). Así, imbuida de esa riqueza temática y estilística que procede de la suma de registros de todos los autores emulados, la obra "original" -si así puede llamarse al producto de sus pastiches imitativos- de Luis Enrique Mármol queda configurada como un variado repertorio de las líneas formales, las corrientes estéticas y las coordenadas ideológicas que estuvieron vigentes en la lírica venezolana durante el primer cuarto del siglo XX; y, al mismo tiempo, esta curiosa colección de textos paródicos deja noticia impresa de los referentes socio-culturales que marcaron la breve existencia del autor, desde las informaciones periodísticas hasta los anuncios comerciales (pasando por otros escritos de naturaleza dramática, narrativa, oratoria, etc.) que dejaron su huella en los Pastiches criollos.

Plenamente influida, también, por las modas y tendencias literarias que marcaron su época apareció, tras su muerte, el resto de la producción poética de Luis Enrique Mármol, aunque ahora exenta de ese tono paródico y ese enfoque humorístico que caracterizó de forma inconfundible sus celebrados pastiches. Bajo el título de La locura del otro (Caracas: Litografía y Tipografía Vargas, 1927), a los pocos meses de la prematura desaparición de Mármol vieron la luz aquellas composiciones suyas que reflejaban su aliento creativo más personal, todas ellas centradas en la propia experiencia del autor, y concebidas como una búsqueda individual de nuevas fórmulas expresivas. La hondura íntima de estas composiciones se hace patente en los títulos de las secciones o apartados que configuran el poemario ("Mis emociones", "Mis amores", "Pausas" y "Mis motivos"); y su indagación en nuevos cauces expresivos triunfa, sobre todo, cuando el poeta se libera de la rima y la métrica tradicionales para ofrecer, lo más desnuda posible, la visión desgarrada de su propio interior. Es en estos momentos cuando, libre también de esas estelas y corrientes coetáneas que, pese a todo, dejan su huella en la mayor parte de sus poemas (como el romanticismo tardío y la estética modernista), el acento lírico de Luis Enrique Mármol alcanza sus más altas cotas de pureza e intensidad.

Cuando se cumplía medio siglo desde la muerte del poeta vio la luz una interesante selección de su obra lírica, editada por Jesús Sanoja Hernández bajo el título de Antología poética (Valencia [Venezuela]: Universidad de Carabobo, 1976). Dos años después, el volumen titulado El viento que me nombra (Caracas: Monte Ávila Editores, 1978), con selección y prólogo a cargo de Rafael Ángel Insausti, volvió a rescatar una valiosa muestra de la obra de Luis Enrique Mármol.

Bibliografía.

  • - ARRÁIZ, Rafael Clemente. Cuaderno de buena voluntad (Caracas: Cuadernos de la Asociación de Escritores Venezolanos, 1946), págs. 39-47.

- CASTELLANOS, Enrique. La generación del 18 en la poética venezolana (Caracas: Ediciones del Cuatricentenario, 1966), págs. 78-82.

- FABBIANI RUIZ, José. Tres temas de poesía venezolana (Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1966), pa´gs. 25-46.

- MEDINA, José Ramón. Balance de letras (Mérida [Venezuela]: Universidad de Los Andes, 1961), págs. 89-110.

- NOGUERA MORA, Neftalí. La generación poética de 1918 (Bogotá: Ed. Iqueima, 1950), págs. 45-46.

- ROJAS GUARDIA, Pablo. Diálogos sobre poesía y literatura (Caracas: Monte Ávila Editores, 1972), págs. 41-46.

- STOLK, Gloria. Treinta y siete apuntes de crítica literaria (Caracas/Madrid: Edime, 1955), págs. 339-241).

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.