Maillet, Benoît (1656-1738).
Escritor e historiador francés nacido en St. Mihiel el 12 de abril de 1656 y fallecido en Marsella el 30 de enero de 1738. Fue cultivador de la historia antigua, pero también de la geología y la oceanografía como parte de una visión cosmológico-filosófica del universo.
Era miembro de una familia noble de Lorraine, por lo que tuvo una buena educación clásica. Gracias a la protección del canciller Pontchartraine, fue nombrado en 1962 cónsul del rey de Francia en el Cairo, cargo que mantuvo hasta 1708. Entre este año y 1814 fue cónsul en Leghorn. Enviado por el rey a Etiopía, aprovechó su conocimiento de la región para redactar unas "Mémoires d'Ethiopie", que se incluyeron en el informe de Jeronymo Lobo titulado Relation historique d'Abissinie, continuée et argumentñee de plusieurs, dissertations, lettres et mémoires par M. Le Grand (París, 1728). Más tarde dio a la prensa una Description de l'Egipte (1735). Fungió además como inspector de establecimiento francés en el Levante y en el estado de Barbarie. Fruto también de las observaciones realizadas y del acceso a importantes fuentes escritas, muchas de ellas manuscritas, en África y otras naciones mediterráneas, es su trabajo Telliamed o coloquio de un filósofo indio con un misionero francés sobre la disminución del mar, la formación de la tierra, el origen del hombre..., que no se publicaría en vida del autor, sino diez años más tarde, en Amsterdam, gracias al abate J. B. Le Mascrier. Éste retardó la edición de este manuscrito de Maillet (Telliamed es el anagrama de este último) dadas las ideas poco ortodoxas expuestas por Maillet sobre su cosmología. La obra tuvo en los años siguientes diversas reediciones y traducciones.
La teoría ultraneptuniana de Maillet combinaba criterios sobre la diminución del mar, tomadas quizá de al-Kayyami, con la física de Descartes de los torbellinos o vórtices continuados. Según Maillet, el universo estaba sometido a cambios naturales que se producían al azar. Los cuerpos pesados pasaban por fases luminosas y oscuras que giraban y se renovaban en los torbellinos, siendo los primeros como soles, de cuya materia desprendida se formaron los planetas (fases oscuras). Los cuerpos o partículas estaban rodeados por entero por una capa acuosa, en cuyo centro estaban los soles. El movimiento hacia el exterior formó los planetas. El agua se evaporó al tiempo que disminuía la superficie de estos. En la Tierra este proceso se produjo a razón de tres pulgadas por siglo, lo que remitía a una regresión o reducción que había ocurrido hacía unos dos billones de años.
Las corrientes marinas de los fondos arrastraban cieno, piedras y otros restos de la fase luminosa, constituyendo las montañas primitivas, donde todavía no habían fósiles, porque el océano era demasiado profundo para permitir la existencia de los seres vivos; dichas montañas estaban constituidas por una "sustancia uniforme"; al continuar la evaporación emergieron, y alrededor de ellas apareció la vida en forma de gérmenes o semillas de todos los seres vivos (preformismo que Maillet y otros autores no llegaron a explicar cómo surgió). Tales gérmenes, que eclosionaban sucesivamente, de acuerdo con el descenso de las aguas, eran capaces de reproducirse y crear especies bajo ciertas circunstancias; los mismos tuvieron que transformarse para adaptarse a las condiciones ambientales. Las tierras que emergían favorecieron que las algas formaran nuevos tipos de suelo. De las especies marinas procedían, por medio de la descendencia y la metamorfosis adaptativa, los animales terrestres y aéreos. Así, por ejemplo, los peces cartilaginosos dieron lugar a los óseos, los marinos a los fluviátiles, ocurriendo una trasmigración de los mares a la tierra. Los peces voladores eran una muestra de ese paso; y entre los mamíferos, los elefantes de mar y las focas. Probablemente la dificultad para el transporte, puesta y poca resistencia de huevos para exponerse al aire, trajeron como consecuencia el nacimiento de los individuos terrestres. Maillet concebía esa transformación como la metamorfosis que sufren los insectos. Llegó a expresar que incluso el hombre, con sus tipos raciales, gigantes y enanos, pudo tener un remoto origen marino, lo que explicaría las muchas historias sobre la existencia de "hombres marinos", tritones y sirenas
Maillet afronta aspectos transformistas, haciendo ver la importancia de los cambios geológicos, el medio y el hábito dada la necesidad de los organismos, o lo que es lo mismo, la idea de la metamorfosis adaptativa, que ejerció influencia sobre Buffon y Cuvier y condujo, tratada más tarde y salvando las distancias, por Lamarck al camino de la teoría evolutiva.
En las cuestiones geológicas es donde Maillet hace sus mayores contribuciones. Asumió que las montañas primitivas originaron con el tiempo a otras secundarias (sedimentarias) por la acumulación de lechos de arena, cieno y fósiles gracias a la erosión de aquéllas por la acción de las olas; por esa razón eran más jóvenes y menos altas que las primitivas, y estaban formadas por capas superpuestas desde el fondo a la cima, con lo cual podía entenderse la sucesión de fósiles que se hacían más abundantes en las capas superiores y mostraban más cambios. Pliegues, valles y otras características de los estratos geológicos los explicó mediante corrientes marinas, y en ocasiones tormentas violentas.
Bibliografía
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CAROZZI, A. "De Maillet's Telliamed (1748): an Ultra-Neptunism Theory of the Earth" en SCHNEER, C. J. (ed.). Toward a History of Geology, Cambridge, 1969, pp. 80-99.
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Armando García González
