Luque Castilla, Florencio (1943-VVVV).
Matador de toros español, nacido en Huelva el 4 de mayo de 1943. Pronto orientó su temprana vocación taurina hacia el ejercicio profesional del toreo, para acabar vistiendo su primer traje de luces cuando sólo contaba dieciséis años de edad. Pero a pesar de este prometedor inicio (que tuvo lugar el día 14 de mayo de 1959, en las arenas de la pequeña localidad jiennense de Puente de Génave), el escaso número de oportunidades que se le ofrecían no le permitió debutar en un festejo picado hasta el día 15 de agosto de 1963, fecha en la que hizo el paseíllo en la plaza de Motril (Granada) acompañado por los del castoreño. El ganado que se lidió aquella tarde -en la que también figuraban en los carteles los jóvenes novilleros Antonio Segura ("El Malagueño") y Juan Pérez ("El Doble del Cordobés")- pertenecía a la ganadería brava de López Plata.
Tras pasar varias temporadas estancado en el escalafón novilleril sin haber pisado la arena de la primera plaza del mundo, consiguió al fin presentarse ante la severa afición de la Villa y Corte el día 22 de julio de 1967, en el transcurso de una novillada nocturna que dio la oportunidad también a Simón Casas, Jaime Alonso ("Parleño"), Carlos Jiménez, Aníbal Sánchez y Julián García. Aquel mismo año tomó la alternativa Florencio Luque, sin duda bastante desanimado por el cúmulo de dificultades que se iban oponiendo a su deseo de llegar a ser figura del toreo. La emotiva ceremonia tuvo lugar en la plaza de toros de Jaén, el día 2o de octubre de 1967; allí, el diestro de Linares Víctor Quesada Escoz, que oficiaba de padrino del toricantano, le otorgó la alternativa en presencia de otro estoqueador jiennense, Vicente Perucha López, que comparecía en calidad de testigo.
Conseguido su objetivo de doctorarse como matador de reses bravas, Florencio Luque Castilla, en vista de que las dificultades para vestirse de luces iban en aumento, decidió abandonar el ejercicio activo del toreo. Sin embargo, esta retirada no fue definitiva, ya que en la campaña de 1979 volvió a los ruedos vestido de plata, convertido en experimentado banderillero. Pronto consiguió un puesto fijo en la cuadrilla del espada alicantino Juan Antonio Esplá Mateo, a cuyo lado brilló Florencio Luque como peón de confianza.
