Lillo Figueroa, Baldomero (1867-1923).
Escritor chileno, nacido en Lota en 1867 y muerto en 1923. En su producción, basada principalmente en los cuentos, deambula en la observación naturalista teñida de modernismo, en una temática que bien puede ser catalogada de criollista. Vivió, amó, sufrió y verbalizó la realidad de su entorno.
Lillo Figueroa no alcanzó a terminar sus estudios secundarios en el Liceo de Lebu, ya que tuvo que trabajar, después del fallecimiento de su padre, en la pulpería de su ciudad natal. Creció escuchando las historias de los mineros y observando su triste y dura realidad, aunque, por otro lado, era asiduo lector de autores tan importantes como Emilio Zola, Honorato de Balzac, Fedor Dostoievsky, etc.
Llegó a la capital chilena en 1898. Allí desempeñó trabajos menores hasta que su hermano Samuel lo introdujo en el mundo de la literatura consiguiéndole un cargo administrativo en la Universidad de Chile. En sus años juveniles se despertó en él una atracción por la poesía; se le conoce una titulada "El Mar", que apareció publicada en 1898 en la Revista Cómica. Algunos años después participó en un concurso de cuentos de la Revista Católica, obteniendo el primer lugar con “Juan Fariña”. En 1904 publica Sub-Terra, conjunto de ocho relatos fuertes, directos y concisos, escritos en un lenguaje sencillo. Se retrataba en ellos el submundo de los mineros del carbón con toda su miseria, crueldad y amargura. En 1907 apareció otro igualmente importante, Sub-Sole, conjunto de cuentos, alegorías y parábolas de variedad temática. Entretanto colaboraba en la prensa, especialmente en Zig Zag y Las Últimas Noticias.
Entre 1906 y 1907 publicó en algunos diarios doce cuentos que serían recopilados y editados en 1942 por José Santos González Vera con el título de Relatos Populares. En 1956, José Zamudio publicó otros tres cuentos con el nombre de El Hallazgo y otros cuentos del mar. En 1963 daría a conocer tres relatos más con el título de Pesquisa Trágica.
Al sentirse impresionado por la huelga de mineros y la matanza de la Escuela Santa María de Iquique en 1907, viajó al norte de su país. Allí recopiló información y comenzó a escribir La Huelga, novela que nunca terminó. De salud delicada, Baldomero Lillo falleció en 1923.
Su obra fue breve pero de una extraordinaria relevancia en la historia literaria chilena. Es uno de los principales exponentes del realismo social, aunque la estética modernista está presente en sus relatos. Valiéndose de un lenguaje directo, preciso y sorprendente, sumerge al lector en lo más profundo de las dolencias de su personajes y en lo sombrío del mundo narrado, impactando, al final de cada texto, con cierres dramáticos, abruptos, pero excelentemente trabajados.
