Kosciusko, Tadeo (1746-1817).
Célebre general polaco, natural de Lituania, nacido en el año 1746 y muerto en Suiza en 1817. Abrazó la carrera militar y unos amores desgraciados le hicieron expatriarse, trasladándose a América, donde peleó por la independencia de los Estados Unidos al lado de Washington y de Lafayette. Cuando estalló la guerra entre Polonia y Rusia, en 1792, acudió a su país y tomó el mando de una división a las órdenes de José Poniatowski, distinguiéndose en las batallas de Zielence y Dubienka. Pero como el rey Estanislao Augusto se apresurase a aceptar una paz vergonzosa, Kosciusko, al igual que otros muchos, hizo dimisión de su empleo y se volvió a Francia, donde la Asamblea Nacional le confirió el título de ciudadano francés. La tiranía de Rusia produjo la insurrección polaca en 1794 cuyos jefes llamaron inmediatamente a Kosciusko y le pusieron a su cabeza. Después de sostenerse algunos meses y obtener victorias tan brillantes como la de Raclawice, cayó peligrosamente herido en la batalla de Maciejowice, y fue conducido a los calabozos de San Petersburgo, donde permaneció dos años. Al cabo de los cuales fue puesto en libertad por el nuevo zar Pablo I, que tenía el empeño en seguir una política totalmente opuesta a la de Catalina, su madre. Volvió a América, donde pasó algún tiempo con sus antiguos compañeros de armas, y regresó a Francia en 1798, pasando algunos años en Fontainebleau en casa de su amigo Pedro José de Zeltner, antiguo ministro plenipotenciario de Suiza en Francia. Cuando abrió Napoleón la campaña de 1806 quiso que Kosciusko sublevase Polonia, pero éste exigió para hacerlo garantías que no se le concedieron y Napoleón hizo dirigir a los polacos una proclama firmada por Kosciusko, a quien impidió desmentirla en los periódicos. Alejandro I de Rusia tuvo entrevistas con él en 1814 y en 1815, deseando atraer así a los patriotas polacos, pero después del triunfo de la coalición en Waterloo, cortó toda negociación y Kosciusko, dolido, se retiró a Soleura, en Suiza, donde acabó sus días dos años después. Sus restos fueron trasladados a Cracovia y sepultados al lado de los de Juan Sobieski y del príncipe José Poniatowski.
