A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
LiteraturaBiografía

Hurtado de Mendoza, Juan (poeta madrileño, ca. 1497-d. 1550).

Poeta nacido en Madrid. Perteneciente al todopoderoso clan de los Mendoza, fue biznieto del marqués de Santillana y señor del Fresno de Torote. Su labor política nos lo muestra como regidor de la villla que lo vio nacer y, en calidad de tal, participando como procurador en las cortes de 1544 y sus intereses culturales nos lo presentan tratando a los humanistas de Alcalá de Henares, ciudad situada entre Madrid y el palacio de los Mendoza en Guadalajara, así como de Fernández de Oviedo, Ramírez Pagán o Núñez de Reinoso. El Cancionero publicado en 1554 por Jorge de Montemayor incluye una epístola dedicada a Juan Hurtado de Mendoza y una respuesta de éste; Eugenio de Salazar le dedicó su carta sobre los catarriberas y recibió elogios del humanista Lucio Marineo Sículo por su saber. Parece que este mismo saber fue la causa de que fuera conocido como el Filósofo.

Su obra apareció impresa en pliegos sueltos, como los doce sonetos al Nacimiento publicados en 1546 bajo el título de Alborada trovada o la colección Buen plazer trovado en trece discantes de cuarta rima castellana (1550), cuyos poemas toman como modelo la métrica francesa, apartándose de este modo tanto de la moda italianizante como de la permanencia de algunos poetas en los metros cancioneriles, predominan en esta colección los serventesios y los pareados endecasílabos. En esta ruptura de la moda poética incide también su admiración por Gonzalo de Berceo, al que cita junto con Ausias March y Petrarca. En concreto, transcribe Hurtado el verso 4b de la Vida de Santo Domingo del poeta riojano: "suyo sea el precio, yo seré su obrero". Tal acercamiento a las antiguedades medievales, supuestamente despreciadas por el nuevo espíritu del Renacimiento, muestra una vez más que las tendencias literarias, por mayoritarias que sean, no son nunca totales ni unívocas. Por otro lado, es preciso poner en relación esta admiración por Berceo con el gusto por el arte de los siglos anteriores que demuestra Gonzalo Argote de Molina en su Discurso de la Poesía Castellana que sirvió, en 1575, de epílogo a la que habrá de ser la primera edición impresa de El Conde Lucanor. Más allá, no obstante, del puro gusto por la antigüedad, la obra de Hurtado se acerca al espíritu moralizante de los siglos previos en sus avisos contra el loco amor, dentro de un tono sentencioso que recuerda, a su vez y dentro una vez más de la tendencia hacia la literatura de siglos anteriores, a la literatura llamada "sapiencial" en la que se buscaba una fórmula que el lector pudiese recordar con facilidad como ejemplo práctico o moral.

Al final del libro, aparecen varios sonetos y epigramas en los que el poeta no demuestra sus mejores cualidades poéticas, así como trece argumentos en prosa que condensan lo ya tratado en verso de modo que, de nuevo, nos hace pensar en el didactismo a ultranza que empapa la literatura medieval.
A la pluma de Juan Hurtado de Mendoza se ha atribuído también una traducción latina de las Coplas de Jorge Manrique, así como una Vida de San Isidro.

Bibliografía

  • PRIETO, Antonio. La Poesía española del siglo XVI I, "Andáis tras mis escritos". (Madrid: Cátedra, 1984).

Autor

  • G.F.S.E.