Guillaume, Louis (1907-1971).

Poeta francés, nacido en París el 18 de diciembre de 1907 y fallecido en su ciudad natal en 1971. Autor de una notable producción poética que arranca de los últimos fervores del Surrealismo para acabar encontrando una voz íntima, auténtica y personal teñida de matices neorrománticos, está considerado como uno de los grandes poetas franceses de mediados del siglo XX.

Vida.

Los primeros años de su infancia transcurrieron en una isla de Bretaña prácticamente deshabitada, donde entró en contacto directo con la naturaleza en estado salvaje. La profesión de su padre, que era periodista, arrastró luego a toda la familia a París, en un afortunado reencuentro del joven Louis Guillaume con su ciudad natal, donde empezó a interesarse por el bullicioso ambiente creativo y transgresor que se respiraba en los numerosos círculos artísticos e intelectuales que enriquecían la vida capitalina.

Inclinado, ya por aquel entonces, hacia los saberes humanísticos, cursó estudios de Magisterio y comenzó a relacionarse con otros jóvenes poetas que, llevados de ese furor por la creación de nuevas corrientes y tendencias, fundaron algunas publicaciones literarias de presencia apenas testimonial en la rica vida cultural del París de la época. Fueron revistas que, como Demian o Soutes, tuvieron una andadura ciertamente efímera, aunque permitieron a sus fundadores y colaboradores darse a conocer en el mundillo literario y entablar contactos y relaciones con otros grupos artísticos y otras publicaciones de mayor importancia; fue así como Louis Guillaume acabó publicando sus poemas y artículos en la mayor parte de las revistas vanguardistas que se editaron en la Francia del primer tercio del siglo XX, en medio de una brillante trayectoria en los medios de comunicación que habría de llevarle a ejercer la crítica artística y literaria en algunos de los principales rotativos de París.

Alternaba, entretanto, estas labores periodísticas con su dedicación al cultivo de la creación literaria, del que no se apartó ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial, cuando tuvo que interrumpir sus restantes ocupaciones para colaborar en los servicios sanitarios. En plena conflagración bélica internacional, publicó, en efecto, el poemario La route (1942) y el libro de reflexiones y anotaciones titulado Deux animaliers: Marcel Lémard y Gaston Chopard (1943), y escribió otras obras que, como el volumen de versos Écobues (1946) y la narración Le rivage désert (1946), pasaron por la imprenta al término de la contienda.

Acabada la guerra, Louis Guillaume volvió a integrarse en los principales foros literarios y periodísticos del París de mediados del siglo XX, y su nombre volvió a aparecer con notable frecuencia en la prensa cultural de mayor prestigio (como las revistas Le Mercure de France, Cahiers du Sud y Les Temps des Hommes, en las que colaboró asiduamente por aquellos años). Fue nombrado, además, miembro del comité de lectura de otra publicación cultural de gran predicamento, la revista Les Lettres, donde durante mucho tiempo seleccionó gran parte de las colaboraciones externas a las que se daba cabida en sus páginas. Su prestigio intelectual quedó firmemente consolidado, además, por el espléndido trabajo que realizó como crítico literario fuera de los cauces de la prensa especializada, centrado fundamentalmente en sus labores de antólogo, que contribuyeron de forma decisiva a la difusión y promoción de la poesía francesa contemporánea. Dentro de esta parcela de su vida profesional y, a la par, vocacional, Louis Guillaume fue autor de las selecciones antológicas tituladas La poésie vivante (1954) -obra escrita en colaboración con André Silvaire, e integrada a la postre por tres volúmenes-, La jeune poésie (1956) -escrita, asimismo, con el citado Silvaire-, y Poésie présente (1958) -obra de Guillaume y Jean Rousselot-. Parte de ese reconocimiento que le situó en la élite de la intelectualidad francesa de la segunda mitad del siglo XX se debió también a los prestigiosos galardones y distinciones que recayeron sobre su obra, entre los que destacan el Premio "Max Jacob" -que, en su convocatoria de 1951, fue otorgado a su poemario Noir comme la mer- y el Permio "Antonin Artaud" -concedido, en su edición de 1961, a su colección de versos La nuit parle.

Durante la década de los años sesenta, Louis Guillaume redujo su intensa dedicación al periodismo y la crítica literaria para centrarse en una nueva actividad profesional: la dirección de una escuela de enseñanza primaria en su París natal. Al frente de dicha institución seguía cuando perdió la vida en 1971, a los sesenta y cuatro años de edad.

Obra

En líneas generales, en los versos de Louis Guillaume se aprecia una clara predilección por la descripción paisajística que, tamizada por sutiles imágenes y visiones heredadas del Surrealismo, abarca desde los espacios urbanos (ya sea el París de su tiempo, ya la urbes históricas y legendarias cuya noticia ha llegado hasta nosotros por vía de la transmisión cultural) hasta los dominios de esa naturaleza en estado puro que conoció en su niñez. Pero, además, Guillaume sabe ahondar con ternura en lo más íntimo de sus recuerdos, para ir enhebrando un discurso de sincero acento personal y, a la par, sonoras resonancias universalmente humanas, urdido desde una nostalgia que, en cierto modo, le convierte en uno de los grandes poetas neorrománticos del siglo XX.

Respecto a la dimensión formal de su poesía, cabe destacar su preferencia por los vocablos sencillos y cotidianos, con los que, paradójicamente, es capaz de construir las imágenes más complejas, plagadas de elementos sugerentes y evocadores. Pero, en cualquier caso, esa tendencia léxica a la naturalidad, reproducida también en la normalidad de los ritmos poéticos empleados, convierte su obra lírica en uno de los mejores vehículos expresivos de la realidad cotidiana, por más que a veces ésta asome entre sus versos teñida de connotaciones mágicas o sobrenaturales.

Todo ello queda bien patente en su copiosa producción impresa, conformada por algunos poemarios tan dignos de mención como los titulados Sônes d'Armor (1928), Jour et nuit (1931), Déroutes (1934), Sirènes de Brume (1936), Occident (1936), Piliers de l'oublie (1937), Le coffret sous le cendre (1938), Les pistes entravées (1939), La route (1942), Écobues (1946), Pleine absence (1947), Écrit de Babylone (1950), Noir comme la mer (1951), Chaumière (1951), Étrange forêt (1953), Ombelles (1953), Las trois épis (1953), L'enchanteur (1955), Le roi du silence (1956), La feuille et l'epine (1956), La rouet de verre (1958), La nuit parle (1961), La vent pour mors (1962), Présence (1964) y Fortune de vent (1964). Además, el escritor parisino fue autor de otras obras en prosa como Panaït Istrati (1963), Regards simples (1937), Deux animaliers: Marcel Lémard y Gaston Chopard (1943), Le Rivage désert (1946) y Hans ou les songes vécus (1958).

Bibliografía

BOISDEFREE, Pierre. Les écrivains français d'Aujourd'jui (París: Presses Universitaires de France, 1965).
BOISDEFREE, Pierre. La poésie française de Baudelaire à nos jours (París: Perrin, 1966).
DUBRUCA GALIN, Danielle. Literatura francesa contemporánea (Palma de Mallorca: Prensa Universitaria, 1988).
MAUBLANC, Jean-Daniel. Louis Guillaume ou la poésie humaine in trois jeunes poètes français (París: Les Nouvelles Editions Européennes, 1940).
ORTEGA ÁLVAREZ, M. Poesía francesa contemporánea (1915-1965). Antología bilingüe (Madrid: Akal, 1983), 2 vols.
ROUSSELOT, Jean. "Louis Guillaume et sa génération", en L'Âge Nouveau, nº 37 (marzo de 1950).

Autor

J. R. Fernández de Cano.