Fernández Martínez, Inocencio (1851-1918).
Empresario español nacido en el Valle del Turón (Mieres, Asturias) el 25 de diciembre de 1851, lugar donde también murió el 22 de enero de 1918. Procedente de una familia ilustre de la zona, desde muy pequeño vivió de cerca el ambiente empresarial. Tras cursar estudios de contabilidad, debido a la mala salud de su padre se vio obligado a hacerse cargo de la administración de la empresa de éste. Inocencio fue el heredero de las Minas Vicente Fernández Blanco, y se llegó a convertir en el famoso empresario de las minas Figaredo. También fue la personificación del progreso en Mieres, representado por ser el primero en tener línea telefónica y coche a motor del lugar.
Durante la última mitad del siglo XIX, el sector minero experimentó un gran desarrollo en el norte de España; entre los lugares donde más se manifestó se encontraba Asturias por la gran cantidad de minas que existían en la región. Este hecho fue aprovechado por Fernández Martínez al máximo. En 1878 el grupo minero Figaredo estaba en alza, y ya en 1890 era capaz de manipular nueve o diez toneladas de hulla por hora gracias a la maquinaria utilizada. Un año después de instalar dicha maquinaria sólo alcanzó una producción de 19.000 t, pero en 1897 llegó a superar las 30.000. Esto, unido a la posibilidad de venderlo a un precio mayor debido a su gran calidad, hizo que el negocio prosperara rápidamente.
En 1897 constituyó la sociedad anónima La Covadonga, cuyo objetivo social era exportar minas, arrendar consumos, y desarrollar negocios industriales y comerciales y contratos de obras y servicios públicos. Sin embargo, los negocios de esta empresa no fueron como se esperaba y en 1902 se disolvió.
En 1899 adquirió, a través de subasta pública, las Minas de Riosa, cuyo interés estratégico estaba basado en que la producción de coque era escasa en Europa; no obstante, para llevar a cabo una explotación satisfactoria tenía que solventar el del transporte, por lo que ese mismo año se inició la construcción de la compañía de Ferrocarril Vasco Asturiana, construcción en la que participó Fernández Martínez. Este año las Minas de Riosa se constituyeron como sociedad anónima para la explotación minera en general.
Un año más tarde realizó su primera incursión en el negocio químico. En este caso, consiguió la patente del refinamiento del alcanfor y la fabricación del celuloide. El 1 de febrero de 1900 se constituyó la sociedad anónima Compañía de Productos Celuloides y Refinación de Alcanfor. En 1903 se hizo socio de la sociedad anónima Panadería Modelo de Mieres y dos años más tarde constituyó, junto con otros socios, la sociedad Asturiana Santa Bárbara.
En 1914, para optar a la subasta de minas de carbón de Ujo-Mieres, constituyó la sociedad anónima Hulleras de Riosa. La empresa poseía una patente de refinamiento de alcanfor y otra de construcción de numerosos objetos con celuloide por veinte años. Tres años más tarde de su constitución y a través de ellas constituyó otra sociedad anónima, el Sindicato de Estudios de Materias Colorantes y de Productos Químicos junto con otros inversores.
Fernández Martínez consiguió vivir sus últimos días rodeado de riqueza y opulencia, disfrutando de unos momentos de expansión económica que duraría unos pocos años, hasta la llegada de la depresión de comienzos de la década de los años treinta del siglo XX.
RUF
