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LiteraturaBiografía

Domínguez, Ramiro (1930-2018).

Poeta, ensayista, dramaturgo y profesor universitario paraguayo, nacido en Villarrica (en el departamento de Guairá) en 1930 y fallecido el 31 de enero de 2018. Hombre de acusada vocación humanística, desplegó una intensa actividad en el panorama cultural de su nación durante la segunda mitad del siglo XX, hasta el extremo de convertirse en uno de los intelectuales paraguayos de mayor prestigio. El reconocimiento literario unánime que le otorgaron los críticos y lectores más variados tuvo su origen, fundamentalmente, en su brillante y fecunda obra poética, escrita tanto en castellano como en guaraní.

Inclinado desde su juventud hacia el conocimiento de las disciplinas humanísticas, fue discípulo aventajado del Padre César Alonso de las Heras, quien ejerció una poderosa influencia en muchos otros poetas de la generación de Ramiro Domínguez. Tras completar una esmerada formación secundaria en el Colegio San José (donde asimiló todas las técnicas del verso clásico), cursó estudios superiores de Derecho en la Universidad Nacional de Asunción, aunque pronto decantó su carrera profesional por los senderos de la enseñanza y la creación literaria. Y así, lejos de especializarse en el análisis de las materias legales que ocuparon su formación universitaria, en la actualidad ejerce la docencia en calidad de profesor de Teoría Literaria en la Universidad Católica.

Su extraordinaria producción poética debe encuadrarse dentro de la denominada "Promoción del 50", en la que brillan otras figuras de la lírica paraguaya tan relevantes como el poeta asunceno José Luis Appleyard. En líneas generales, la obra en verso de Ramiro Domínguez comparte con el corpus lírico de los poetas de su generación esa constante propensión a volver hacia atrás la mirada para intentar recobrar, a través del tamiz nostálgico de la memoria, la pureza y la ingenuidad que parecían presidir los mejores momentos de una infancia ya irremisiblemente perdida. Comenzó, empero, antes de alcanzar estos intereses estéticos y temáticos comunes, con un cancionero primerizo titulado Zumos (Asunción: Ediciones Alcor, 1962), al que pronto siguió otro extraño poemario que, como el anterior, muestra su rareza y singularidad en la honda inspiración bíblica que alentó todas sus composiciones. Se trata de la colección de versos titulada Salmos a deshora (Asunción: La Colmena, 1963), obra caracterizada por la honda y sincera amargura de sus poemas, así como por el tono de confidencia que el poeta empleó en su alocución al lector.

Un año después, Ramiro Domínguez volvió a los anaqueles de las librerías con Ditirambos para flauta y coro (Asunción: Péndulo, 1964), obra en la que el poeta de Villarrica muestra todo el alcance técnico de su quehacer creativo, al tiempo que hace un alarde de cultura clásica y sentido del humor. Con tan disímiles ingredientes, Ramiro Domínguez amasó un notabilísimo poemario en el que, entre burlas dirigidas contra dioses, mitos y figuras legendarias (como Adán, Buda, Ulises, Penélope, don Juan, etc.), Sócrates puede aparecer como un poeta anticlerical que vierte sus ideas en sonetos de rara perfección clásica, Ulises no encuentra el modo de adaptarse a su querida Ítaca, y Penélope no resulta tan virtuosa como la presenta la tradición (a juzgar por los testimonios que el malévolo poeta paraguayo pone en boca de sus pretendientes).

Estos títulos primerizos dieron paso a otros libros de poemas ya plenamente enmarcados en las constantes temáticas y estilísticas de sus compañeros de promoción, como Las cuatro fases del Luisón (Asunción: Escuela Técnica Salesiana, 1967) y Los casos de Perú Rimá (Asunción: Ediciones Diálogo, 1969). A comienzos de los años setenta, Ramiro Domínguez exhibió el alcance de su inspiración lírica en un notable poemario escrito en guaraní, Mboi yaguá (1973), obra que, como las dos anteriores, reveló un novedoso interés del poeta de Villarrica por los temas específicos de su tierra. Posteriormente, Domínguez dio a la imprenta nuevas colecciones de versos en castellano, como Itinerario poético (Asunción: Alcándara Editores, 1985) y Deslumbres (1990).

En su faceta de dramaturgo, el escritor de Villarrica siguió mostrando su irrefrenable inclinación hacia la poesía, como queda patente en el hecho de que las dos obras teatrales de su autoría -Cantata heroica a Pedro Juan Caballero (1971) y Fantasía coral (1976)- estén escritas en verso.

Bibliografía

  • CENTURIÓN, Carlos R.: Historia de la cultura paraguaya, t. II, Asunción: Biblioteca Ortiz Guerrero, 1961.

  • PLÁ, Josefina: "Poesía paraguaya actual", en Journal of Inter-American Studies, 4, 1967.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.