Dinesen, Isak o (1885-1962).
Escritora danesa, nacida en Rungsted en 1885 y muerta en la misma ciudad en 1962, cuyo nombre auténtico es Karen Blixen, si bien es más conocida en el mundo de las letras por su seudónimo literario, "Isak Dinesen" (su apellido de soltera). Tras estudiar pintura en varias ciudades de Europa, en 1914 se casó con su primo, el barón Bror Blixen-Finecke, junto al que se estableció en una de las colonias británicas de África (lo que es la actual Kenia), para dirigir una plantación de café. Se divorciaron en 1921, pero no fue hasta diez años después que la baronesa regresó a su país natal y emprendió su labor literaria.
Escribió sobre todo libros de relatos largos en los que se perciben fuertes influencias del largo tiempo que residió en África. Su primera obra, Siete cuentos góticos (1934), escrita en inglés, fue seguida por África mía (1937), de carácter claramente autobiográfico, en la que cuenta sus éxitos y fracasos al frente de la plantación y la sencilla vida de trabajo que llevó en Kenia (en esta obra está basada la película Memorias de África, magníficamente interpretada por Meryl Streep). Luego vinieron Cuentos de invierno (1942), otra recopilación de narraciones basadas en temas de lo sobrenatural, y Sombras en la hierba (1960), pequeños fragmentos descriptivos de la vida en África. En la única novela de su producción, Los vengadores angélicos (1944), publicada bajo uno de los múltiples seudónimos literarios utilizados por Blixen, "Pierre Andrézel", describe con esmerado acierto la ocupación de Dinamarca durante la por las tropas nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Por último, es de resaltar que la crítica no la considera integrada dentro del círculo de las escritoras feministas de esta época porque tanto los temas, orientados hacia la tradición literaria del siglo anterior, como su estilo, buscadamente arcaico y aristocrático, la separan de los planteamientos feministas de otras literatas nórdicas; sin embargo, resulta curioso comprobar que los personajes masculinos de sus obras quedan en clara desventaja respecto de los femeninos, al menos lo que se refiere al carácter, lo cual ha llevado a la crítica a considerarla como "una feminista que cultiva lo femenino".
