A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PolíticaHistoriaLiteraturaBiografía

Diego, José de (1867-1918).

Poeta, ensayista, jurista y político puertorriqueño, nacido en 1867 y fallecido en 1918. Comprometido por igual con el desarrollo cultural de su pueblo y con las agitadas circunstancias políticas que le tocó vivir, está considerado como una de las figuras más relevantes de las Letras y la vida pública puertorriqueñas de finales del siglo XIX y comienzos de la centuria siguiente.

Interesado desde muy temprana edad por las disciplinas humanísticas, cursó estudios superiores de Leyes en España, donde se dio a conocer como escritor merced a unos inflamados poemas revolucionarios que, centrados en asuntos políticos y religiosos de su tiempo, vieron la luz en el diario madrileño El Progreso, para conducir directamente a presidio a su exaltado autor. Posteriormente, completó su formación universitaria en Cuba, donde en 1892 obtuvo el grado de doctor en Derecho, título que le permitió emprender una intensa trayectoria profesional, en calidad de abogado, tan pronto como hubo regresado a su Puerto Rico natal (1893). Esta incesante actividad desplegada en el ámbito de las Leyes, sumada a las sinceras preocupaciones políticas que le acompañaban desde su temprana juventud, hizo posible que José de Diego entrara a formar parte de los principales círculos intelectuales que gobernaban la vida pública de su país; así, en 1897 se convirtió en uno de los principales impulsores del gobierno autónomo concedido desde la metrópoli, siempre desde unos postulados ideológicos que se enmarcaban en los dilatados límites del liberalismo de su época.

Desde ese mismo liberalismo, defendió con firmeza los derechos de su pueblo frente a la invasión estadounidense de 1898, con especial énfasis en la necesidad de conservar las señas de identidad culturales de Puerto Rico (principalmente, el uso de la lengua española, por cuya obligatoriedad en la enseñanza oficial de su país luchó de forma denodada). Entre los destacados cargos públicos que llegó a desempeñar, sobresale un puesto en la Cámara de Delegados y, posteriormente, la presidencia de la Cámara de los Representantes, desde donde se esforzó por el cumplimiento de dichos objetivos político-culturales. Además, consciente de la necesidad de llevar la educación a todas las clases sociales, tuvo un papel relevante en la fundación del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de la Universidad de Puerto Rico (1911). Aunque su principal iniciativa política (la creación de una Unión Antillana basada en las interesantes propuestas de Eugenio María de Hostos y Ramón Emeterio Betances) no logró el apoyo necesario para su problemática consolidación, lo cierto es que durante los últimos años de su vida mantuvo una destacada presencia en los foros políticos y sociales de Cuba y Santo Domingo, países cuya anexión consideraba imprescindible para el triunfo de su proyecto. Mayor éxito tuvieron sus iniciativas culturales, plasmadas en 1916 en la fundación de la Academia Antillana de la Lengua y, poco después, en su elección como miembro de la Real Academia Hispano Americana.

En su faceta de creador literario -que, desde su impetuoso amanecer en el Madrid de 1885, fue desarrollándose de forma paralela a sus actividades públicas-, José de Diego sorprendió a críticos y lectores por el vigoroso contenido proteico de su obra poética, enraizada en la antigua corriente romántica, pero también alimentada por la nueva estética modernista (y, muy particularmente, por sus tendencias parnasianistas y simbolistas). Una de sus primeras composiciones (la elegía titulada "A Laura", lastrada aún por una poderosa carga romántica), se propagó de forma inusitada por todo Puerto Rico desde que, en 1888, la diera a conocer el poeta, y pronto convirtió a José de Diego en una especie de "clásico" vivo de las Letras antillanas. Simultáneamente, el escritor ya empezaba a cultivar una estética precursora del modernismo puertorriqueño, plasmada en unos poemas que, redactados entre 1885 y 1889, no verían la luz en un volumen impreso (titulado Jovillos) hasta mediado el segundo decenio del siglo XX (Barcelona: Ed. Maucci, 1916).

Sin embargo, puede afirmarse que su primer poema plenamente modernista (considerado por buena parte de la crítica isleña como el iniciador de dicho movimiento en la literatura de Puerto Rico) es el titulado "Genitrix", fechado en 1901. Tres años después apareció un poemario de José de Diego, Pomarrosas (Barcelona: Heinrich, 1904), en el que reaparecían temas y formas propias del romanticismo, alternadas con otras composiciones deudoras de la estética parnasiana y de la nueva corriente impresionista. Sin embargo, más que los rasgos estilísticos llamó la atención de los lectores la fuerza expresiva del lenguaje de José de Diego y su predilección por ciertas cuestiones ideológicas que, como libertad e independencia de su pueblo, la conciencia antillana o el sentimiento de hispanidad, volverían a asomarse a sus dos poemarios posteriores: Cantos de rebeldía (Barcelona: Ed. Maucci, 1916) y Cantos de pitirre, obra que vio la luz, con carácter póstumo, al cabo de más de treinta años de la desaparición de su autor (Mallorca: Imprenta Mossén Alcover, 1950).

Bibliografía.

  • ARCE DE VÁZQUEZ, Margot. La obra literaria de José de Diego (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1967).

  • ARRIGOITIA, Delma. José de Diego, legislador. Su visión de Puerto Rico en la historia (1905-1918) (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1991).

  • MARTÍNEZ MASDEU, Edgar. La crítica puertorriqueña y el modernismo en Puerto Rico (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1977).

Autor

  • JR.