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LiteraturaBiografía

Deledda, Grazia (1875-1936).

Escritora italiana, Premio Nobel de Literatura en 1926, nacida en la población sarda de Nuoro el 27 de septiembre de 1871 y fallecida en Roma el 16 de agosto de 1936.

Deledda nació del matrimonio formado por Giovanni Antonio Deledda y Francesca Cambosu, unos pequeños propietarios rurales. La infancia y la adolescencia en Nuoro, el paisaje sardo, los tipos populares de la Cerdeña, el carácter de su gente y hasta la situación social y cultural que se vivía en la zona marcarán para siempre la posterior obra literaria de la escritora, que no olvidará nunca sus primeros referentes vitales. Materialmente, durante su niñez Grazia no sufrió carencia alguna, pero su formación escolar no pasó de ser rudimentaria, pues estudió en la escuela de su pueblo sólo hasta cumplir once años, por entender sus padres que era bastante para una mujer esa instrucción. La condición femenina marcaría la vida de Grazia: “nosotras, las muchachas [escribió tiempo más tarde] jamás teníamos permiso para salir fuera de casa si no era para ir a misa o, algunas veces, para dar un paseo por el campo”. Precisamente en casa continuó la niña, de forma prácticamente autodidacta, su aprendizaje en el terreno de la literatura. En esta época conoció los clásicos rusos y franceses, y la obra de compatriotas suyos como Carducci, o Giovanni Verga.

Fue un profesor particular suyo quien la animó a enviar a alguna publicación los relatos que escribía. Así, en 1886 y cuando Deledda contaba sólo quince años, su primer cuento fue publicado en una revista de la región. En 1888 la autora iniciaba una colaboración regular con la publicación Ultima moda, donde aparecerían muchos de sus cuentos y sus historias cortas. Fue precisamente en esta revista donde apareció la primera novela de Grazia, Sangue Sardo, que causó sorpresa entre los medios literarios. Una mujer, extremadamente joven, irrumpía en un mundo de hombres cuando aún no había finalizado el siglo XIX.

El despegue de Deledda como autora de éxito comenzó con la publicación, en 1895, de la novela Anime oneste, y más aún cuando en 1896 el prestigioso crítico Luigi Capuana accedió a prologar su novela La vía del mal. En su comentario al texto, Capuana califica a la escritora de “escritora regional”, considerándola una buena representante del llamado “verismo”, una corriente literaria que se desarrolló en Italia y que estaba caracterizada por una mezcla de naturalismo y positivismo.

En cualquier caso, y tras el espaldarazo de Capuana, la curiosidad por la obra de Deledda se multiplicó, mientras ella seguía publicando otras novelas y relatos para adultos y niños donde está siempre presente la influencia de la cultura de la Cerdeña rural. Eso sí, y a pesar de el interés de la autora por rescatar para la literatura toda la materia cultural de su tierra, utilizó siempre el italiano para escribir, prescindiendo del dialecto sardo, que aparece ocasionalmente en los diálogos de los personajes, en algunos modismos y proverbios o para designar elementos culturales que no conocen traducción.

Aunque su nombre empezaba a ser reconocido en muchos círculos culturales italianos, Grazia Deledda no dejó Nuoro hasta 1899, y lo hizo para instalarse en Cagliari, capital de Cerdeña. Es allí donde conoció al que fuera su marido, Palmiro Modesani, un funcionario del gobierno italiano. Tras su boda, celebrada en 1900, la pareja se instaló en Roma. A pesar de que una vez casada se consagró a su esposo, su familia (tuvo dos hijos con Modesani) y la literatura (publicó a ritmo de, prácticamente, un libro por año), a pesar de que hizo escasísima vida social, el traslado a la capital romana y la llegada de la madurez sirvió para estimular la capacidad creadora de Grazia. Su literatura fue volviéndose más rica, más llena de matices, más ambiciosa, aunque Nuoro sigue presente desde la distancia. En 1903 publicó su primera gran novela, Elías Portolu, en la que, a pesar de que el protagonista es un pastor rural, Deledda supera su tendencia regionalista para componer un texto de temática más universal. Elías es un joven pastor que regresa a su hogar sardo después de haber cumplido condena en prisión. Quiere rehacer su vida en la aldea, pero allí le aguarda la fatalidad de un destino dramático. Es también esta obra la que alumbra el personaje masculino mejor creado de la producción literaria de una autora, que ha puesto toda su energía en la creación de protagonistas femeninos. En Elías Portolu aparece uno de los pasajes más famosos y apreciados de la producción de la autora: aquel que describe, con una brillantez insuperable, una romería popular al monte Lula.

A Elías Portolu seguirá la novela Cenere, publicada en 1904. Es la historia de una joven que sacrifica su propia vida para preservar el futuro de su hijo ilegítimo. Esta novela fue llevada al cine doce años después de su publicación, y protagonizada por Eleonora Duse. A continuación vendrían otras obras como I giuochi della vita, Nostalgie, Amore moderni, Il nostro padrone, Chiaroscure, etc. Mariana Sirca, publicada en 1915 y que fue definida por los críticos como un poema en prosa, es un genial retrato de la vida rural sarda y de las complicadas relaciones entre amos y criados, que viven en mundos distintos pero también paralelos, hasta que en un momento ambos se cruzan trágicamente.

En 1920, Grazia publicó La madre. Los críticos y estudiosos aseguran que ésta es, con mucho, la mejor de las novelas de Deledda, y que fue este trabajo el que la colocó en inmejorable posición para obtener el Premio Nobel de Literatura, que hasta entonces había sido concedido sólo a cuatro mujeres. La madre es una historia trágica ambientada en una aislada villa de Cerdeña. Una madre, que ha trabajado duramente como sirvienta para sacar adelante a su hijo Paolo, se da cuenta de que el muchacho, que se ha ordenado como sacerdote, va a apartarse del camino que tiene marcado a causa de la pasión desbordada por una mujer de la aldea. El último capítulo de la obra demuestra la singular maestría de la autora para extremar la tensión dramática que marca esta novela: la madre muere mientras el hijo celebra misa, aterrada con la posibilidad de que la amante de Paolo confiese el pecado mutuo ante todo el pueblo. La traducción al inglés de esta novela fue prologada por D.H. Lawrence.

Il segretto dell´uomo solitario, publicada en 1921, supondrá, dentro de la narrativa de la autora, el abandono de la influencia del paisaje y el paisanaje de Cerdeña para iniciarse en el terreno de una literatura más introspectiva y de hondo calado psicológico. A esta obra seguirán otras como Il Dio di viventi, Il flauto nel bosco, La danza della collana o La fuga in Egitto.

En 1926, la academia Sueca le otorga el Premio Nobel de Literatura. Grazia Deledda se convirtió así en la quinta mujer en obtener el galardón. La concesión del Nobel supuso la revisión de toda la obra de Deledda y, también, obviamente, una corriente de simpatía hacia sus escritos que muchas veces le negaron los estudiosos italianos. Recibió el galardón con un inmenso orgullo y, como ella misma reconoció, sabiendo que su montante económico iba a ser de mucha utilidad para su familia, que vivía del modesto sueldo del marido y sus derechos de autor.

Tras recoger el Premio en 1927 siguió publicando novelas como La vigna sul mare o Sole de State, y también cuentos como “Il dono de Natale”. También tradujo al italiano la que era una de sus novelas favoritas, Eugenie Grandet, de Honoré de Balzac.

La muerte le llegó en Roma, en 1936, a los sesenta y cinco años de edad y cuando había finalizado dos obras que se publicarían póstumamente: Il cedro del Líbano y, sobre todo, Cósima. Cosima, quasi Grazia fue realmente el título bajo el que el editor Antonio Baldini publicó inicialmente esta obra póstuma, sólo unos meses después de su muerte. Cósima es una especial autobiografía, incluso como un testamento vital, cuya redacción inició la autora cuando ya presentía su muerte. Unos meses antes de fallecer, Deledda había publicado La chiesa della solitudine, en la que describe la enfermedad del cáncer que acabaría con su vida. Pero en esta ocasión, y con Cósima, Deledda parece volver la vista atrás para retratar su infancia y todas las experiencias por las que pasó en Nuoro. Aparecen otra vez, quizá con más intensidad que nunca, los ambientes y los tipos sardos, la organización del hogar y la familia, las estructuras sociales y las relaciones entre señores y criados. También en esta novela aparecerán algunos episodios vitales de Deledda: la sumisión y abulia de la madre, el alcoholismo y los episodios de delirium tremens de su hermano mayor Santus, los desmanes de su otro hermano, Antonio y la muerte de sus dos hermanas, Giovanna (que muere siendo un bebé) y Enza, que fallece a los 21 años a causa de un aborto practicado en condiciones precaria. También surgen las leyendas sardas, el personaje arquetípico del bandolero, las tradiciones religiosas, el atavismo de algunas costumbres que marca sin remedio la vida de las personas, etc. Su pintura de la región sarda no siempre gustó a sus paisanos, y así lo recordó ella tras serle concedido el premio Nobel. Sin embargo, declaró también: “He recogido la esencia de mi pueblo. Puede que, en mis manos, esta esencia haya adquirido proporciones más grandes de las debidas. Pero el fin no por eso deja de ser noble”.

Deledda publicó en vida más de cincuenta novelas y varios centenares de cuentos. Denostada por algunos críticos como Benedetto Croce (que, como muchos, consideraba su obra excesivamente marcada por los elementos étnicos de su infancia en Cerdeña), ensalzada por otros como Attilio Momigliano, la literatura de Deledda tuvo siempre una excelente conexión con el público que, incluso fuera de las fronteras italianas, reclamaba sus nuevas obras, todas orquestadas en torno a tres grandes temas: el amor, la muerte y el destino trágico e implacable, amparadas por el que es su gran leit motiv: Cerdeña y todo el acervo de la cultura sarda. Muchos críticos reprochaban a la autora que, en una época marcada por el rigor formal, tuviera un estilo no precisamente pulido y sí en ocasiones algo tosco. También se le criticó su difícil encasillamiento en ningún movimiento literario concreto (y a pesar de que inicialmente se la vinculó al verismo, y más adelante con el decadentismo), pero para algunos críticos ese era un dato a favor de Deledda. La originalidad y complicada clasificación de su literatura, que merecía un lugar propio al margen de escuelas e ismos, la convertía en un fenómeno literario individual y ajeno a corrientes y modas. La prodigiosa capacidad de la autora para describir los paisajes naturales y establecer una simbiosis entre la naturaleza y el hombre, y su habilidad para reflejar la cultura de su tierra y el folklore sardos, son suficientes para reservarle un lugar de honor dentro de las letras italianas y en la literatura universal. En las palabras que justificaban la concesión del premio Nobel a Grazia Deledda, el profesor Schuch, de la Academia Sueca, aseguró que la autora merecía el galardón “por su potencia de escritora, sostenida por una alto ideal, que retrata en forma plástica la vida tal cual es en su apartada isla natal y que trata con profundidad y calor los problemas de interés general humano”.

Grazia Deledda fue sepultada en la iglesia de la Virgen de la Soledad, en su pueblo natal de Nuoro.

Bibliografía

  • ASTE, M. Grazia Deledda, Ethnic Novelist. Maryland, Scripta Humanistica, 1990.

  • NAVARRO SALAZAR, M. T. Introducción a la novela Cósima, publicada en la Colección Austral. Madrid, Espasa Calpe 1983.

  • VELLOSO, J. M. introducción al volumen Grazia Deledda. Obras Escogidas, publicado en la Biblioteca Premios Nobel. Madrid, Aguilar 1963

Marta Rivera de la Cruz

Autor

  • mfe. / 0307 Marta Rivera de la Cruz