A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PolíticaHistoriaReligiónBiografía

Claris i Casademunt, Pau (1586-1641).

Eclesiástico y político español. Nacido en Barcelona el 1 de enero de 1586 y muerto en la misma ciudad el 27 de febrero de 1641. Fue canónigo de la catedral de Urgel (que le encomendó diversas misiones), representante eclesiástico en Cortes, y presidente de la Generalitat de Cataluña entre 1638 y 1641, posición desde la que defendió los intereses catalanes antes y durante la sublevación de 1640.

La sublevación estalló con motivo de la estancia de tropas externas en el Principado desde el invierno de 1939, mientras esperaban participar en la Guerra de los Treinta Años, las cuales protagonizaron numerosos excesos en los pueblos que fueron obligados a darles alojamiento. Los campesinos catalanes no estaban dispuestos a tolerar el allanamiento de los Nous Vectigals, las leyes que limitaban a aspectos muy concretos el mantenimiento de los soldados por la población. El malestar se agudizó por la expansión de la peste que asolaba las tierras catalanas, y por el intento del conde-duque de Olivares, apoyado por Felipe IV, de crear un ejército nacional con la Unión de Armas de 1626.

El resultado del enfrentamiento fue la desvinculación de Cataluña de la autoridad realcuando la situación se desbordó durante el Corpus de Sangre del 7 de junio de 1640. En esos momentos Claris se erigió en lider de los insurrectos y como tal se encargó de dirigir las negociaciones con Francia y tomó parte en la defensa de Barcelona durante la denominada Batalla de Montjuich (diciembre de 1640), y murió un mes después del reconocimiento catalán de Luis XIII como conde de Barcelona.

Pau Claris, canónigo de Urgel y delegado eclesiástico

Provenía de una familia de abogados perteneciente a la baja nobleza barcelonesa y él, aunque se doctóró en Derecho Civil y Canónico, se ordenó eclesiástico. En 1612 el papa le nombró canónigo (y posesor de la Estaduría de Vilamitjana) en la catedral de Urgel. En 1626, el cabildo de esta sede le designó procurador para que le representase en el juramento de libertades de Felipe IV (presente en Cataluña), en el homenaje del cabildo al rey, y en las Cortes generales que se celebrarían en enero en Lérida (luego aplazadas dos meses y trasladadas a Barcelona). Después, como síndico, continuó representando al estamento eclesiástico en la diputación catalana, la Generalitat (institución que agrupaba a eclesiásticos, militares, nobles y pueblo); esta institución le nombró en 1627 visitador. En la misma fecha tuvo un enfrentamiento con Dalmau Queralt, conde de Santa Coloma (y futuro virrey de Cataluña), por la posesión de la señoría de Ponts.

Tres años después, en 1630, el cabildo de Urgel reconoció su valía personal enviándolo al concilio provincial de Tarragona. En 1632 obtuvo plenos poderes para rechazar en las Cortes Catalanas de ese año el deseo del rey de cargar con un nuevo impuesto, la media annata del primer año de todos los cargos eclesiásticos del reino, debido al tremendo coste de la Guerra de los Trinta Años, oponiéndose al propio obispo de Urgel, Pau Duran, muy cercano al rey y partidario de imponer los tributos; por el mismo motivo fue protagonista, junto con Jaume Ferran, de diversos disturbios en Vic (1634). En 1637 asistió de nuevo a otro concilio provincial en Tarragona. Su inteligencia, carácter y buena oratoria, y su éxito en el desempeño de todas las misiones mencionadas le valieron gran popularidad en Cataluña, y en 1638 fue nombrado diputado de la Generalitat al mismo tiempo que Francesc de Tamarit; además, de acuerdo con una tradición por la que el representante eclesiástico de la Generalitat debía ser su presidente, Pau Claris ocupó este puesto.

Pau Claris, presidente de la Generalitat: su actuación en la sublevación de Cataluña (1640)

Las causas de la crisis y las quejas de Claris al rey

Como tal, tuvo que afrontar la grave crisis de 1640, en la que él trató de poner orden, defendiendo los derechos catalanes, pero sin desligarse aún de la obediencia a Felipe IV. Durante la guerra contra Francia, y desde 1630, las tropas castellanas habían incumplido sistemáticamente una ley de la Generalitat por la que los catalanes quedaban exentos de albergar tropas; la Generalitat se quejó al rey, y éste le dio la razón por mediación del duque de Feria. No obstante, las tropas, incontroladas, cometieron numerosos delitos en varios pueblos: saqueos (como el de Palafrugell), imposición de tributos, quema de iglesias, y hasta muertes; exasperó especialmente en el Principado que las autoridades reales no tomasen medida alguna para atajar la cuestión. Por su parte, el rey echó en cara a la Generalitat el hecho de que en 1638 el marqués de Santa Coloma detectó que esta incumplía la prohibición del comercio con Francia, pues mantenía en unos almacenes de Mataró mercancías de contrabando procedentes del país enemigo. Por si todo esto fuese poco, un brote de peste estalló e Barcelona asolando al campesinado, con lo que aumentó el descontento al considerar los campesinos que carecína de medios para abastecer al ejército y a ellos mismos.

Como presidente, Pau Claris trató de evitar la exaltación de los ánimos, pero la situación continuó agravándose. A las nuevas peticiones de justicia de la Generalitat catalana y del Consell de Cent ("Consejo de Ciento") barcelonés, respondió Felipe IV con el silencio y la inactividad, primero, y después con el nombramiento como virrey del conde de Santa Coloma. Éste era hombre del conde-duque de Olivares y, contra el valido aún se mantenía un profundo resquemor por ambas partes, debido al asunto de la fallida Unión de Armas. El propio Claris, al que se le abrió causa judicial, pudo ser encarcelado por entonces, aunque no hay plena certeza sobre ello; sí lo fueron algunos miembros del Consell y algún diputado de la Generalitat.

El Corpus de Sangre (7 de junio de 1640): de los intentos apaciguadores a las negociaciones con Francia

Poco después de que el obispo de Gerona excomulgase a parte de las tropas castellanas, las que habían cometido atropellos contra la Iglesia, numerosos segadores y vecinos armados (somatenes) entraron amotinados en Barcelona (Guerra dels Segadors), liberaron a dos diputados, Tamarit y Vergés, y realizaron diversas represalias contra los partidarios del virrey; no obstante, no era todavía un movimiento que clamaba por la independencia, sino una manifestación violenta de descontento: algunas de sus proclamas eran Visca'l rey ("Viva el rey") y Muyra'l mal gobern ("Muera el mal gobierno"). Claris habló a las multitudes, una vez más pidiendo calma, y ordenando a los campesinos que marchasen a sus casas y dejasen a la Generalitat la solución de la cuestión. Muchos no le obedecieron y el día de la fiesta del Corpus Christi (Corpus de Sang, "Corpus de Sangre", 7 de junio) mataron al virrey Santa Coloma en el muelle de Barcelona, cuando intentaba huir.

A continuación se organizó un nuevo gobierno de 36 miembros, a pesar de que Felipe IV nombró otros virreyes: el duque de Cardona (que murió al poco tiempo), el obispo de Barcelona García Gil Manrique, y el marqués de los Vélez, Pedro de Fajardo y Zúñiga. Este nuevo gobierno estaba también presidido por Pau Claris, que inició negociaciones con Francia a través de Francesc de Vilaplana. Sin apenas ayuda de los demás consejeros, ausentes, continuó insistiendo en el mantenimiento del orden y en las reclamaciones de justicia a la Corona: escribió numerosas cartas a los representantes de la Generalitat y las ciudades catalanas en la Corte, siempre afirmando la fidelidad al rey, pero explicando que la movilización de 60.000 hombres había sido una medida de precaución para defenderse de posibles atentados contra "Dios Nuestro Señor, quemado dos veces en el Santísimo Sacramento por los soldados, propias honras, vidas y haciendas y conservación de las Constituciones, privilegios y libertades".

La declaración de independencia y la alianza con Francia: la batalla de Montjuich (diciembre de 1640)

Pero, finalmente, el 10 de septiembre se estableció la Junta General de Braços ("Junta General de Brazos", compuesta por todos los estamentos catalanes), que se desligó de la autoridad real. El 20 de septiembre llegó un embajador de Luis XIII de Francia a Barcelona, con la propuesta de ayudar militarmente a los catalanes contra Felipe IV. El 28 de octubre se firmó un pacto de amistad entre Cataluña y el país vecino; mientras que los catalanes no deberían atacar en lo sucesivo a los franceses, prohibirían el paso a ejércitos castellanos que marchasen contra éstos, y les abrirían sus puertos, Francia adquiría el compromiso de enviar un ejército de 5.000 hombres. Entretanto, 2.000 caballeros y 40.000 infantes castellanos se dirigieron a Barcelona al mando del marqués de los Vélez; Luis XIII, por su parte, envió al militar Condé y al embajador M. D'Espernan con un ejército francés.

Se dieron entonces diversas maniobras diplomáticas: el conde-duque de Olivares obtuvo del nuncio pontificio una carta por la que Claris debía marchar a la Corte y "evitar todos los agravios que a su majestad católica se hacían en el Principado". A su vez, los catalanes enviaron un embajador ante el papa para exponerle las presiones sobre el nuncio, e impideron la partida de Claris. Tras ello comenzaron los enfrentamientos armados: el 26 de diciembre el ejército del marqués de los Vélez asaltó el castillo de Montjuich, pero perdió la mitad de sus efectivos ante la decidida resistencia catalano-francesa. En la misma participó el propio Claris, que permaneció dentro del castillo.

La efímera República Catalana y el sometimiento a Francia. La muerte de Pau Claris

El 17 de enero de 1641 se instauró la República Catalana, y sólo seis días después, el 23, se reconoció como conde de Barcelona a Luis XIII de Francia (y tras él, Luis XIV desde 1643) por las presiones de Du Plessis-Besançon (delegado del cardenal Richelieu). El 18 de febrero, el mismo día en que eI rey francés avisaba del envío de otro ejército comandado por Brené y por De la Motte, enfermó Pau Claris. Entre la lamentación general, murió en apenas nueve días, el 27 de febrero de 1641, cuando entraban en Barcelona las tropas francesas prometidas. Claris no vio el desenlace de la guerra: el autoritario comportamiento francés hizo volver a Cataluña a la monarquía española, de modo que tras la toma de Barcelona el 11 de octubre de 1652, el rey concedió una amnistía general; sin embargo, el Principado perdió el Rosellón y la Cerdaña a favor de Francia (Paz de los Pirineos, 1659).

Según el Dietari de la Generalitat de Cataluña, "no hubo quien no derramara lágrimas por haber perdido al padre, protector, defensor y libertador de su patria, como extensamente lo dirán las historias en el porvenir". Pero no fue hasta la Renaixença ("Renacimiento") catalana del s. XIX que su figura se tomó en consideración por la historiografía regional; y entonces, mientras que algunos lo consideraron como la principal cabeza del movimiento independentista, otros lo vieron como un mediocre político. Más allá de la historia rigurosa, fue convertido en mito por literatos y pintores a finales del siglo XIX y principios del XX. Hoy, una calle del Ensanche barcelonés lleva su nombre, y en el Arco de Triunfo de la ciudad se encuentra un monumento dedicado a él.

Enlaces de Internet

http://www.gencat.es/historia/cext.htm ; Página de la Generalidad de Cataluña con información histórica de la época de Pau Claris (en catalán y español).

Bibliografía

  • ALDEA, Q., MARÍN, T., VIVES, J.: Diccionario de Historia Eclesiástica de España. Vol. 1. (Madrid, CSIC: 1972).

  • BASILI DE RUBI, P. Les Corts Generals de Pau Claris. Dietari o Procès de Corts de la Junta General de Braços del 10 de setembre de 1640 a mitjan març de 1641. Barcelona, 1976.

  • BOVÉ, S. Lo canonge Pau Claris i les seves relacions amb França per la independència de Catalunya. Barcelona, 1884.

  • COROLEU, I. Claris i son temps. Barcelona, 1880.

  • Dietario de la Generalidad de Cataluña. Traducido por I. Coroleu. Barcelona, La Vanguardia, 1891.

  • GARCíA CÀRCEL, R. Pau Claris: la revolta catalana. Barcelona, Dopesa, 1980.

  • MOLINÉ BRASÉS, E. "La batalla de Montjuich i la mort d'en Pau Claris", en BRAB Letras, 8 1915-1916, 1-25, 106-123.

  • ROVIRA i VIRGILI, A. Pau Claris. Estudi biogràfic i històric. Barcelona, 1922.

  • SALES, N. Història de Catalunya. Vol. 4: "Els segles de la decadència (segles XVI-XVIII)". Barcelona, Edicions 62, 1989.

Autor

  • Bernardo Gómez Álvarez