Cerda, Francisca (1943-VVVV).
Escultora chilena, nacida en Santiago el 3 de abril de 1943, figura imprescindible de la disciplina en su país durante el último tercio siglo del XX por su originalidad en el empleo de los más diversos materiales y una gran riqueza temática.
Francisca Cerda inició estudios de arte en 1961 en la Universidad de Chile, centro en el que se licenció en 1965 con una Mención en Escultura. Su formación se completó con un curso de historia del arte en la parisina escuela del Louvre, en 1969, y otro de posgrado en la Universidad Católica de Chile (1971-1972). En 1974 fue nombrada profesora ayudante de la Cátedra de Escultura en la Universidad de Chile, puesto en el que permaneció hasta 1979, para a continuación dar clases durante cinco años (1979-1984) en el Instituto de Arte Contemporáneo. Entre 1982 y 1991 ejerció la docencia en su propio taller de escultura y cerámica; este último año obtuvo una beca del Gobierno británico para perfeccionarse en la Escuela de Arte de Wimbledon. Tras regresar a Chile, fue nombrada profesora titular de la Facultad de Artes de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.
Su obra es ampliamente conocida en Chile, donde suele participar en las muestras colectivas de los escultores del país (El Bronce en la Escultura Chilena, 1998) pero bastante menos fuera de sus fronteras, aunque llevó a cabo importantes exposiciones individuales en Estados Unidos y Venezuela. Entre otros galardones, obtuvo el Primer Premio Concurso Monumento al Presidente Jorge Alessandri, en 1993, el Premio del Concurso Hitos Territoriales, en 1994, y el Primer Premio del Concurso Una Escultura para el Padre Hurtado, en 1995.
Su aportación más novedosa es el empleo de un extenso repertorio de materiales que sin duda imprimen a su obra un estilo propio de gran originalidad, libre de ataduras tradicionales. Desde el bronce o la piedra hasta la greda, fibra de vidrio, cemento o plumavit, en todos ellos encuentra un lenguaje propio a través del cual conducir su sentir artístico y una rica variedad de temas. En sus comienzos, optó por una expresión abstracta estrechamente relacionada con determinadas formas orgánicas, especialmente con las líneas de piedras y semillas, para evolucionar hacia un estilo figurativo en el cual el tema central de representación es el cuerpo femenino. Estas esculturas de mujeres destacan por la armonía de sus líneas redondeadas, el equilibrio en los volúmenes y la serenidad que de ellas se desprende; en cambio, en una etapa posterior creó algunas piezas que transmiten todo lo contrario: desasosiego, dolor y desesperación, como en sus seres anónimos que intentan escapar de un muro impersonal. Entre sus obras más conocidas se encuentran Sin Título, realizada en fibra de vidrio, y Amistad, célebre por ser el motivo elegido para una serie de sellos postales lanzados por el Gobierno chileno.
