Cano Iriborne, Enrique, "Gavira" (1890-1927).
Matador de toros español, nacido en Cartagena (Murcia) el 15 de julio de 1890, y muerto en la plaza de toros de Madrid el 3 de julio de 1927. En el planeta de los toros, es conocido por el sobrenombre de "Gavira".
Tras ejercer desde muy temprana edad el oficio de marmolista, sintió la vocación taurina y se lanzó a la agitada vida de maletilla, recorriendo -todavía muy joven- las pequeñas plazas de los pueblos en fiestas. Su primer éxito sonado tuvo lugar en la plaza de su lugar de origen, el día 22 de septiembre de 1912. Se anunciaba en el cartel de aquella tarde en calidad de sobresaliente, y pudo hacer una brillante faena de muleta y estoquear espléndidamente al novillo que le cupo en suerte.
El 7 de marzo de 1915, en compañía de Pedro Carranza ("Algabeño II") y José Corzo ("Corcito"), se presentó en las arenas del ruedo matritense, donde se enfrentó al ganado bravo de don Félix Gómez. Su primer enemigo, Enjambrero, muy bien lidiado con el capote, murió de una eficaz estocada; Capitán, el segundo de su lote, cogió al diestro cartagenero y le produjo heridas de poca consideración en una rodilla y en el pecho.
La buena impresión que iba dejando por todas las plazas en que actuaba le permitió tomar la alternativa en su Cartagena natal, el día 22 de abril de 1923. Se presentó ante sus paisanos apadrinado por el coletudo turolense Nicanor Villalta y Serrés, quien le cedió los trastos con los que hubo de dar lidia y muerte a estoque al toro Guitarrero, perteneciente al hierro de Pablo Romero. Aquella tarde, formaba también parte del cartel, en calidad de testigo, el diestro madrileño Fausto Barajas Sánchez.
El día 17 de junio de aquel mismo año compareció ante la severa afición de la Villa y Corte, dispuesto a confirmar su doctorado taurino. Venía apadrinado por el espada malagueño Francisco Madrid y Villatoro ("Paco Madrid"), quien, en presencia del matador alcarreño Julián Sainz Martínez ("Saleri II"), que oficiaba aquella tarde de testigo, le cedió la lidia y muerte del astado Renegao, perteneciente a la vacada de Bañuelos.
El 3 de julio de 1927, en el transcurso de la primera corrida que Enrique Cano Iriborne ("Gavira") toreaba aquella temporada, el valiente diestro cartagenero fue mortalmente herido por el toro Saltador, perteneciente a la ganadería de Pérez de la Concha. La cornada que recibió en el hipogastrio le llevó a morir en brazos de las asistencias que lo retiraban de la plaza, que habían oído cómo el torero moribundo certificaba la gravedad del trance con el patético lamento de "¡me ha matao!". Testigos de esta desgracia, acaecida en la plaza de toros de Madrid, fueron los matadores Ángel Navas Castañón ("Gallito de Zafra") y Manuel Álvarez Andaluz ("El Andaluz"), compañeros de cartel de infortunado diestro.
