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HistoriaPolíticaBiografía

Bustamante y Bustillo, Fernando Manuel de (¿-1719).

Gobernador general de las Filipinas, nacido en fecha y lugar desconocidos y fallecido en Manila el 11 de octubre de 1719, que gobernó las islas entre 1717 y 1719, sucediendo en el cargo al oidor José de Torralba. Conocido por el sobrenombre de El Mariscal por haber sido el primer militar de esta alta graduación que ocupó el cargo, el mandato de Bustamante estuvo caracterizado por las desavenencias internas con la élite local española y las dificultades económicas.

Militar profesional con fama de competente y honrado, Fernando de Bustamante desempeñaba el cargo de alcalde mayor de la villa mexicana de Tlascala cuando una real provisión de 1708 le designó para hacerse cargo de la gobernación de las Filipinas, si bien pasaron aún años hasta que pudo arribar a las islas. Su cometido principal consistió en poner en orden la administración, desprestigiada a causa de las prácticas corruptas del anterior gobernador y con graves problemas financieros desde enero de 1718 debido a las restricciones a la exportación de seda china a través del Galeón de Manila.

Este gobernador actuó con mano dura para recuperar los fondos perdidos, recurriendo a la confiscación de bienes y extendiendo las medidas punitivas a todo aquel sospechoso de haberse beneficiado económicamente de manera irregular pese a no tener pruebas del delito. Ello le hizo ganarse la animadversión de funcionarios y comerciantes, así como de los propios oidores de la Audiencia, a quienes el gobernador no dudó incluso en arrestar por el hecho de criticar su política. También se granjeó la enemistad de las órdenes religiosas, a excepción de los jesuitas, tras ordenar restablecer la fortaleza de Zamboanga (1718) y firmar un tratado de paz con varios caudillos mahometanos de Mindanao. Otra medida tomada por Bustamante fue el establecimiento de una serie de acuerdos comerciales con el reino de Siam.

La política arbitraria de Bustamante le condujo finalmente a enfrentarse con el arzobispo de Manila, fray Francisco de la Cuesta, a quien parece ser mandó encarcelar por proteger a unos perseguidos de la justicia. Propagada la noticia en las calles, una muchedumbre armada instigada al parecer por elementos eclesiásticos asaltó el palacio del gobernador y le dio muerte junto a su hijo, sin que la responsabilidad de este doble asesinato fuese nunca aclarada del todo. El propio arzobispo Francisco de la Cuesta asumió la gobernación interina a petición de la élite local.

Autor

  • AD.C.O. ; MAH 28-1-2003.