Brunet, Marta (1901-1967).
Escritora chilena nacida en Chillán hacia 1897 (aunque se cree también que pudo nacer en 1900) y muerta en 1967. Su padre fue catalán y su madre gallega. Fue educada por sus padres y por una institutriz durante su niñez, la cual transcurrió en Victoria. Entre 1911 y 1914 viajó con sus padres por diferentes países europeos, lo que abrió su horizonte cultural y el interés por las lecturas de autores que revolucionaban la época, como Proust, Pirandello, Ortega y Gasset, entre otros.
Regresó luego a Chillán, donde formó un grupo literario juvenil junto a Walterio Millar, Armando Lira y Tomás Lago, entre otros. Comenzó a publicar en el diario La Discusión y compuso algunos poemas, como “El cantar de los paisajes” (1921) y “La vida inquieta” (1922). Al año siguiente publicó la que sería una de sus más importantes novelas, Montaña adentro, donde se relata la ruda vida de los campesinos con un profundo realismo. Sus personajes sufren intensamente sus dramas. La crítica la recibió con agrado y celebró su léxico, en el que se incluían expresiones propias del habla popular campesina, su facilidad para describir sonidos, olores y texturas y el excelente retrato de ambientes rurales.
Tras la pérdida de la fortuna de su familia, en 1925 se trasladó a Santiago. Publicó, entonces, un libro de cocina, ejerció la quiromancia y trabajó como periodista. Escribió notas para El Sur de Concepción y publicó algunos relatos en La Nación de Santiago y en Caras y Caretas de Buenos Aires.
En 1926 publicó los cuentos Don Florisondo, Doña Santitos y Bestia Dañina, novela corta pero de inferior nivel que la primera. Al año siguiente apareció María Rosa, flor del Quillén, novela corta ambientada en el paisaje agreste de Curacautín. En 1929 publicó Bienvenido y ese mismo año, con el cuento Tierra bravía, la escritora obtuvo el Primer Premio en el concurso organizado por el diario El Mercurio. En 1930 apareció Reloj de sol, conjunto de quince cuentos que incluye los dos de “Don Florisondo”. En estos, como en toda su obra anterior, sobresalen los personajes femeninos, tratados en profundidad, con figuras pertenecientes a todas las clases sociales, edades, oficios, etc. En 1931 se interesó por la interpretación, y actuó en la Compañía Teatral de Aficionados.
Su obra mostraba una extraordinaria facilidad narrativa y originalidad en la descripción. Sus cualidades la hicieron merecedora del Premio Novela de la Sociedad de Escritores de Chile en 1933. En 1934 ingresó en la empresa editora Zig Zag como redactora de la revista Familia, que dirigió hasta 1939. Publicó un relato para niños llamado Cuentos para Marisol y, en 1938, Carolita, Chumingo y el árbol solo, pequeña obra dramática para niños.
En 1939 fue designada Cónsul de Elección en la ciudad de La Plata y, en 1943 trabajó en el Consulado Chileno en Buenos Aires como encargada de Asuntos Culturales. En 1952 suspendió estas actividades pero las retomó diez años después en calidad de Adjunta Cultural en la Embajada de Chile en Río de Janeiro y en Montevideo al año siguiente.
El diario La Nación y la revista Sur de Buenos Aires publicaron algunos de sus cuentos. En 1943 apareció Aguas abajo, conjunto de tres relatos breves, crudos y dramáticos. Este texto recibió el Premio Atenea de la Universidad de Concepción. En 1946 publicó “Humo hacia el sur” y “La mampara”. De 1946 es Raíz del sueño, volumen que reunió siete cuentos que ya habían aparecido en diarios y revistas. Después de esta última obra, Marta Brunet mantuvo una amplia actividad docente bajo la jurisdicción del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Chile, donde dictó cursos y conferencias sobre literatura en diferentes ciudades del país. En 1957 apareció la novela María nadie y, al año siguiente, dio una importante conferencia sobre literatura infantil que llevó como nombre “El mundo mágico del niño”, que fue dictada en el Segundo Encuentro de Escritores organizado en Chillán por la Universidad de Concepción. El texto fue publicado en la revista Atenea. En el mismo encuentro leyó también su trabajo “Experiencias de mi vida literaria”. En 1960 publicó Aleluyas para los más chiquitos, cuentos en verso con hermosas ilustraciones.
En 1961 le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura. Al año siguiente publicó Amasijo y El árbol solo, y más tarde, en 1967, publicó los cuentos Soledad de la sangre. En ese período Nicomedes Guzmán publicó la Antología de cuentos de Marta Brunet, y Zig Zag editó las Obras completas de Marta Brunet.
La autora fue también presidenta del Instituto de Periodistas y directora de la Sociedad de Escritores de Chile, del Pen Club, del Club Zonta, de la Alianza de Intelectuales y del Comité de Biblioteca del Instituto Chileno Norteamericano de Cultura.
