Azcona, Agustín (¿-1860).
Actor, dramaturgo y ensayista español, nacido en Madrid hacia finales del siglo XVIII o comienzos de la siguiente centuria, y fallecido en su ciudad natal en 1860. Hombre de gran erudición, proyectó su afición teatral juvenil (plasmada en su trabajo como representante en diversas compañías de la época) hacia el terreno de la creación literaria, en el que se dio a conocer por el estreno de unas piezas cómicas que gozaron del favor de sus contemporáneos.
Entre sus mayores logros creativos dentro del género dramático, suele citarse su afortunada invención, hacia los años de 1846 y 1847, de la denominada "zarzuela-parodia", un espectáculo híbrido que, concebida con una finalidad lúdica y humorística, trataba de adaptar las más célebres óperas italianas a las formas y contenidos del género chico español. Lógicamente, la construcción de estas "zarzuelas-parodia" de Agustín Azcona, siempre compuestas en clave de humor, apenas conservaba nada de la música original de las grandes óperas remedadas, ya que la gracia del libreto solía recaer exclusivamente en los ingredientes específicos de la zarzuela. Entre sus parodias más aplaudidas por el público de su época, conviene recordar aquí las tituladas La venganza de Alifonso (1847), El sacristán de San Lorenzo (1847) y El suicidio de la Rosa (1847), obras que incorporaban, en clave de burla, algunos ecos de las grandes creaciones operísticas de los italianos Gaetano Donizetti y Vincenzo Bellini. El interés que despertó este género híbrido entre el pueblo de Madrid quedó plasmado, a la muerte de Agustín Azcona, en la calle que el municipio de la Villa y Corte dedicó a uno de sus hijos más queridos.
Además de sus "zarzuelas-parodia", Agustín Azcona estrenó en los escenarios de la capital algunas obras dramáticas serias, como las tituladas El rey de Argel, La pradera del canal y La Virgen del Puerto, así como otras piezas cómicas que no guardaban relación alguna con la ópera italiana, como Perico el de los palotes. Asimismo, el "madrileñismo" que asomaba en su obra teatral a través de giros lingüísticos, personajes populares y parajes conocidos se hizo patente también en su intención de escribir una interesante Historia de la Villa de Madrid, obra que Azcona comenzó a publicar en 1843, y que, en su ambiciosa proyección, quedó inconclusa por culpa de la ceguera que afectó al autor durante sus últimos años de existencia.
