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HistoriaReligiónBiografía

Alia Cándida (s. II).

Matrona y esclavista hispano-romana, nacida probablemente en el municipio de Laminium (en la localidad actual de Fuenllana, en Ciudad Real) en el siglo II, y fallecida en fecha y lugar desconocidos. Considerada, en vida, como una de las mujeres más poderosas e influyentes de su ámbito local, regentó un negocio de compra y venta de esclavos y llegó a ser patrona de una asociación (collegium) formada por clientes suyos y libertos.

Nacida en el seno de una familia acomodada que, por su rama materna, ejercía su influencia no sólo económica, sino también política, por esa zona de la Bética que actualmente ocupa la provincia de Ciudad Real (pues hay inscripciones que la vinculan, además de al citado municipio de Laminium, al de Mentesa Oretanorum, origen del actual pueblo ciudadrealeño de Villanueva de la Fuente), Alia Cándida era hija de Licinia Macedónica, una preeminente matrona de la sociedad hispano-romana de su tiempo, perteneciente a su vez a la poderosa familia de los Licinios. El padre de Licinia Macedónica -abuelo materno de Alia Cándida- era Cayo Licinio Sperato, que alcanzó también notoriedad y nombradía en su ámbito local, debido en parte a que procedía de una familia en la que algunos miembros habían alcanzado el rango de ecuestres (es decir, el segundo en importancia dentro del ordenamiento estamental romano).

Licinia Macedónica desempeñó un papel crucial en la forja del prestigio social que acabaría envolviendo a su hija. Ella misma había gozado, años atrás, de un amplio reconocimiento público entre sus conciudadanos, pues había llegado a acceder a la dignidad de sacerdotisa del culto imperial (flamínica) en Laminium, su lugar de origen, donde fue nombrada también flamínica vitalicia, cargo a cuya ventajosa perpetuidad sólo podían aspirar las matronas de mayor relieve y prestigio en una comunidad. De este reconocimiento social de Licinia Macedónica en su ciudad queda noticia a través del homenaje público que recibió del liberto Cayo Licinio Hedymeles, quien la calificó de "excelente patrona" y contribuyó a que el Senado local destinara un espacio público para la erección de una estatua que no se conserva en nuestros días. Como acertadamente expresa María Dolores Mirón Pérez -una de las estudiosas que con mayor dedicación y brillantez ha profundizado en la investigación de las figuras femeninas en la Hispania romana- "la localización de un homenaje en un espacio público venía a rubricar físicamente la influencia social de un personaje, juego al que se prestan tanto varones como mujeres, que no se constriñen al espacio privado que pedía la tradición romana" (vid., infra, "Bibliografía").

El entorno social en que creció Alia Cándida (prestigiado, como se acaba de apuntar, por la línea materna, pues de la figura de su padre apenas consta el nombre: Marco Alio) pronto le permitió desplegar una brillante actividad económica que acabaría por conducirla hasta su nombramiento como patrona del Colegio Anense Maior, una asociación privada (collegium) constituida por sus clientes y libertos. Era realmente extraño que una mujer romana fuera patrona de uno de estos colegios, en los que las clases populares -que, por razones económicas, quedaban fuera de los grandes círculos políticos- se agrupaban para la defensa de sus intereses, encomendada a la protección de un personaje poderoso de la comunidad (el patrón) que era nombrado por los propios miembros del colegio; pero aún más raro era que Alia Cándida, en su condición de patrona, llegase a representar a todo un colegio formado exclusivamente por sus clientes y libertos, lo que constituye un buen indicio del nivel económico alcanzado por esta mujer. Los lazos de clientela que ligaban a Alia Cándida con una parte de los miembros de su colegio (los clientes), así como los fuertes vínculos que seguían uniendo a los esclavos liberados (libertos) con sus antiguos dueños, reforzaron considerablemente el poder de la hija de Licinia Macedónica y fomentaron el crecimiento de los beneficios comerciales de todos los componentes del Colegio Anense Maior (pues obligaban a Alia Cándida a proteger los intereses de sus clientes -que eran los suyos propios-, al tiempo que forzaban a clientes y libertos a tratar con sumo respeto a su patrona); no es de extrañar, por ende, que fueran estos miembros de la asociación quienes promovieran la erección de un monumento público en honor de Alia Cándida.

Bibliografía

  • Corpus Inscriptionum Latinarum, II, 3229, 3231 (Berlín, 1871 [suplemento 1900]).

  • MIRÓN PÉREZ, María Dolores. "Alia Cándida", en Mujeres en la Historia de España (Madrid: Planeta, 200), pp. 16-17.

  • MIRÓN PÉREZ, María Dolores. Mujeres, religión y poder: El culto Imperial en el Occidente Mediterráneo (Granada: Universidad, 1986).

  • SANTERO SATURNINO, José María. Asociaciones populares en Hispania romana (Sevilla: Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1978).

Autor

  • JR