Ablán, Roque Blanco (1906-1943).
Patriota y líder guerrillero filipino, nacido en Laoag (provincia de Ilocos Norte, Luzón) en 1906 y fallecido en enero de 1943 en un lugar indeterminado, que dirigió un grupo de resistencia contra los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, erigiéndose en uno de los máximos héroes filipinos de la contienda.
Nacido en el seno de una familia humilde aunque cultivada, Roque Ablán realizó estudios secundarios en su localidad natal y en 1924 se trasladó a Manila para cursar Filosofía y Derecho en la Universidad de la capital, procurándose los medios económicos por sí mismo. Durante esta época universitaria destacó por su capacidad de liderazgo e inquietudes organizativas, que le llevaron a presidir varios organismos estudiantiles. Una vez obtenida la graduación en leyes (1930) regresó a Laoag, donde comenzó a ejercer la abogacía. Tras la proclamación del régimen autónomo filipino de la Mancomunidad (1934) empezó a interesarse por la política, y en 1938 ganó la plaza de gobernador de Ilocos Norte. Al parecer, Ablán mostró una genuina preocupación por el bienestar de la población y el desarrollo de la provincia, promoviendo desde aquel cargo la construcción de un hospital público que posteriormente llevó su nombre, de una Escuela Normal, o de cooperativas campesinas, proyectos que le valieron la reelección para un segundo mandato.
Tras el desembarco japonés en Luzón (diciembre de 1941), Roque Ablán abandonó el cargo de gobernador en Laoag y se unió a los grupos guerrilleros organizados en el interior de la provincia para seguir combatiendo a las tropas invasoras. En enero de 1942 fundó junto al teniente Feliciano Madamba el Grupo de Resistencia del Norte de Luzón, unidad que se nutrió también con los soldados filipinos y norteamericanos que habían lograron escapar de Bataán. Además de comandar con éxito varias incursiones contra las guarniciones japonesas de Ilocos Norte, Ablán se encargó de seguir manteniendo en aquellos territorios controlados bajo su control una estructura de gobierno y administrativa nominalmente dependiente del gobierno filipino en el exilio presidido por Manuel Quezón y sostenido por la ayuda material del ejército estadounidense. Gracias a la eficacia de esta organización clandestina Ablán y sus hombres pudieron resistir durante varios meses el acoso de las fuerzas japonesas, muy superiores en número y medios, lanzando a su vez contraataques que ocasionaban graves trastornos en el enemigo.
A principios de diciembre de 1942, después de haber lanzado una incursión contra la base japonesa de Pampaniki, Ablán partió hacia Cagayán para entrevistarse con el gobernador Marcelo Adduru, pero debió de morir en el camino a causa de una emboscada o bien tras ser capturado y posteriormente ejecutado por los japoneses. Su muerte le hizo figurar en el frontispicio de los mártires de la guerra y a convertirse en un paradigma de exaltación patriótica, como muy bien reflejan algunas de sus propias palabras: “Como me odio a mi mismo por tener sólo una vida que dar a mi país [...]”. Su hijo, Roque Ablán Junior, siguió también la carrera política.
