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PolíticaHistoriaBiografía

Zuhayr, Rey de la taifa de Almería (ca. 970-1038).

Rey de la taifa de Almería nacido hacia 970 y muerto cerca de Granada el 4 de agosto de 1038. Antes de 1028 colaboró muy estrechamente con el señor de Almería Jayran, de quien heredó su reino. Lo gobernó durante diez años, en los que se alió con diferentes caudillos de Al-Andalus, teniendo como único objetivo el conservar o ampliar su soberanía.

Hijo de un tal Muhammad (según una inscripción, su nombre completo fue Zuhayr Ibn Muhammad al-amirí) Zuhayr fue un eunuco amirí de la casa de Almanzor y se dice que fue manumitido por su señor, lo cual no debe ser cierto, ya que después de 1005 lo encontramos como esclavo y jefe de los eunucos de Abd al-Malik, el sucesor de Almanzor.

A la caída de Abd al-Rahman Sanchuelo, Zuhayr siguió la suerte de la facción eslava y se vio obligado a abandonar Córdoba; cuando en 1013 el eslavo Jayran tomó la cora de Tudmir, Zuhayr se unió a él y le ayudó en la conquista de Almería, por lo que fue nombrado por Jayran gobernador de la cora de Tudmir. Más tarde, en 1018, el califa Qasim Ibn Hammud, para atraerlo a su bando, le entregó en señorío Baeza, Jaén y Calatrava. Parece ser que cuando recibió estas ciudades, Zuhayr se retiró del gobierno de la cora de Tudmir, dadas las dificultades que encontró posteriormente para someter la zona, controlada por el clan de los Banu Jattab.

En 1028 Zuhayr, que había colaborado muy estrechamente con Jayran de Almería, fue llamado por éste para ser nombrado heredero de los territorios que el monarca amirí había acumulado durante su vida. A la muerte de Jayran Zuhayr heredó la taifa de Almería y la cora de Tudmir (Murcia), con lo que pasó a controlar un reino ensanchado al que reconocían su soberanía Játiva, Tudmir (desde Alicante hasta Lorca), la provincia de Albacete con su importante enclave viario de Chinchilla, Almería y Jaén. Sin embargo, antes de poder controlar totalmente su herencia, Zuhayr debió hacer frente a Musallan, un fata que afirmaba ser el legítimo heredero del legado de Jayran. Zuhayr logró sitiar a Musallan en el castillo de Orihuela y, después de seis meses de asedio, tomó la fortaleza y privó de todo poder a Musallan.

Aquel mismo año de 1028, Zuhayr encomendó el gobierno de Tudmir a Abu Bakr Ibn Tahir, un noble de una importante familia murciana. Este gobernador encontró la oposición de Abu Amr Ibn Jattab, noble local de rancio abolengo, que contaba con el apoyo de Muyahid de Denia, cuyas tropas capturaron a Ibn Tahir. Tras pagar un elevado rescate por Ibn Tahir, Zuhayr llevó a Almería a los Banu Jattab para evitar nuevos alzamientos. Pero esto no le bastó para llegar a controlar totalmente la cora de Tudmir, ya que Muyahid había conseguido con su acción crear intereses a su favor en la zona. De hecho, Zuhayr no llegó a dominar por completo Tudmir hasta el mismo año de su muerte, según relata el cronista al-Udrí.

Al poco de acceder al poder en Almería, Zuhayr recibió el vasallaje de la ciudad de Játiva, cuyo castillo constituía una estratégica posición entre la extensa cora de Tudmir y el reino de Valencia. En cuanto la recibió, Zuhayr entregó la fortaleza a Abdel Aziz de Valencia, a quien le reconoció mayor derecho sobre ella.

En julio de 1034, después de asegurarse de que era la persona que afirmaba ser, Zuhayr expulsó de Almería a un falso Hisam II que un año antes había sido expulsado de Málaga. Se sabe que en 1034 Zuhayr ocupó la ciudad de Córdoba y mantuvo su dominio durante quince meses. Las crónicas no dan datos que esclarezcan qué motivos llevaron al señor de Almería a apoderarse de la ciudad califal, pero el historiador Tapia Garrido da su propia explicación al considerar que Zuhayr ocupó Córdoba para evitar que el falso Hisam al que él había expulsado de Almería fuese proclamado califa. Si esto es así, Zuhayr logró su objetivo sólo en parte, porque el falso Hisam II fue proclamado al año siguiente en Sevilla bajo la tutela del poderoso Abul Qasim Muhammad.

Con la proclamación del falso Hisam en 1035 Al-Andalus quedó dividida entre aquellos que lo aceptaron y los que en cambio se mostraron partidarios de Idris, el califa de Málaga propuesto por los hammudíes, y Zuhayr perteneció a este segundo grupo, al que también se adhirieron Habbus Ibn Maksan de Granada y Muhammad al-Birzalí de Carmona. Estos tres príncipes comenzaron una expedición contra Sevilla el 30 de agosto de 1036, reuniendo sus ejércitos en al campo de Écija y tomando el camino de Sevilla el 2 de septiembre. Tras ocupar la aldea de Tástana y atacar la fortaleza de Tabauca, atacaron Sevilla y, durante dos días saquearon y quemaron el barrio de Triana; después se apoderaron de Aznalcázar, donde proclamaron califa al imán de Málaga Idris Ibn Hammud, cuyo nombre fue mencionado en la oración del viernes de la mezquita de Almería desde el 10 de octubre de aquel año.

Según las crónicas Zuhayr puso el poder de sus estados en manos del visir Ahmed Ibn Abbas, hijo de un visir de Jayran, y esta fue la causa de su desgracia. Tras la proclamación en Sevilla de Idris Ibn Hammud, se rompió la alianza entre los señores de Granada y Carmona y ambos intentaron atraerse a Zuhayr. Ahmed Ibn Abbas, cegado por el odio que sentía hacia los judíos -y el principal consejero del príncipe de Granada lo era- tomó partido por Muhammad al-Birzalí y a la muerte de Habbus Ibn Maksan (1038) conjuró para que Zuhayr atacase el territorio granadino, ahora en manos de Badis Ibn Habbus. En agosto de 1038 Zuhayr acampó a pocas millas de Granada y Badis reaccionó preparando una emboscada al ejército almeriense, destruyendo el único puente que tenían como salida e iniciando una maniobra de cercamiento. Un oficial de Zuhayr, al percatarse de la maniobra, aconsejó a su señor que abandonase el campo, pero Ibn Abbas lo disuadió, confiando en la potencia de su ejército. El ataque de las tropas granadinas fue fulminante ante la desbandada de los almerienses. Algunas fuentes indican que el señor de Almería murió durante la batalla y otras que se despeñó por un barranco durante la huida; lo cierto es que no se volvió a ver a Zuhayr ni vivo ni muerto.

Tras la derrota el reino de Almería pasó a manos de Abdel Aziz de Valencia, que dejó como gobernador de Almería y la cora de Tudmir a Ma'n Ibn Sumadih.

Bibliografía

  • DOZY, R. Histoire des Musulmanes d'Espagne juste la conquete de l'Andalusie pas les Almoravides. París, 1932.

  • JOVER ZAMORA, J. M. (dir). "Los reinos de Taifas. Al-Andalus en el siglo XI", en Historia de España Menéndez Pidal, vol. VIII-I. Madrid, Espasa Calpe, 1994.

  • TAPIA GARRIDO, J. A. Historia General de Almería y su Provincia. T. III. Almería Musulmana I (711-1172). Almería, 1986.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero