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LiteraturaBiografía

White, Patrick (1912-1990).

Narrador y dramaturgo australiano, nacido en Londres (Reino Unido) en 1912 y fallecido en Sydney en 1990. Autor de una extensa y fecunda producción literaria en la que lleva al territorio de la creación artística ese deseo colectivo de "poblar el gran vacío australiano", se convirtió en uno de los pioneros del despertar de su pueblo y fue, por ello, galardonado en 1973 con el Premio Nobel de Literatura, con el que vino a reconocérsele el mérito de "haber sido el primero en darle al continente australiano una auténtica voz que se oye en todo el mundo". Además, la Academia Sueca elogió, dentro de su magna obra, "una narrativa épica y psicológica, que ha introducido la literatura de un nuevo continente en el mundo de las Letras".

Perteneciente a una familia de colonos británicos asentados en Australia desde 1826, su condición de hijo de terrateniente le permitió acceder a una esmerada formación académica en la tierra de sus mayores, en la que había venido al mundo (aunque su nacionalidad fue siempre australiana) y a la que fue enviado por sus padres en plena adolescencia. Durante su infancia y juventud, alternó, en efecto, largos períodos de residencia en su continente natal con prolongadas estancias en Inglaterra, donde tuvo ocasión de cursar estudios superiores en el Cheltenham College y en el King's College de Cambridge. Fue en suelo inglés donde, imbuido en la cultura anglosajona, se dio a conocer como escritor por medio de la publicación de la novela titulada Happy Vallery (El valle feliz, 1939), una opera prima en la que ya dejó patente su interés por la cultura y las formas de vida de su tierra natal, manifiesto aquí en la figura del protagonista (un cow boy australiano).

Tras la publicación de otras narraciones de escaso interés en el conjunto de su obra (como la novela titulada Los vivos y los muertos, aparecida en 1941), se vio obligado a tomar parte activa en la II Guerra Mundial en el seno del ejército británico, al que sirvió en Grecia y Oriente Medio con el rango de oficial de información de la Real Fuerza Aérea (RAF). Acabada la contienda bélica, decidió poner fin a los firmes vínculos que le habían unido hasta entonces con el Reino Unido y regresó a su país natal, en el que se asentó de forma definitiva para consagrarse al cultivo de la creación literaria (y, a la postre, convertirse en el primer gran escritor australiano de renombre universal).

Este giro en su vida tuvo un primer reflejo en su actividad literaria manifiesto en la estructura de su novela The aunt's story (La historia de la tía, 1948), donde la consciente y compleja fragmentación del material narrativo no sólo marca un claro punto de inflexión respecto a las formas tradicionales del relato presentes en su narrativa anterior, sino que muestra también la nítida correspondencia entre la arquitectura formal de la novela y la dispersión de su protagonista, incapaz de unir en un sólo mundo las piezas del rompecabezas que le ofrece por un lado el entorno real en que se mueve, y por otro lado el universo ilusorio que ha creado en torno suyo.

Tras esta primera innovación estructural, Patrick White se embarcó de lleno en la aventura de dotar a su patria de una mitología literaria propia que, al tiempo que intentaba contribuir a ese deseo colectivo de "poblar un vacío" tanto geográfico como humano, se adentraba en una búsqueda existencial que pretendía hallar el sentido de la vida humana. En esta línea de pensamiento surgió una de sus novelas más celebradas por críticos y lectores, The tree of man (El árbol del hombre, 1955), una impresionante alegoría narrativa de ese largo y costoso proceso de purificación que -según White- debe ser la existencia humana, encarnado aquí en el viaje que realiza a través del territorio australiano un ciudadano alemán guiado por los aborígenes. Al mismo ciclo de intereses temáticos, formales e ideológicos pertenece su siguiente entrega novelesca, titulada Voss (Tierra ignota, 1957).

A comienzos de los años sesenta, la prosa de ficción de Patrick White experimentó un nuevo cambio de rumbo para centrarse ahora en un universo propio creado por el narrador australiano a partir de la observación de su entorno geográfico inmediato. Se trata de Sarsaparilla, un imaginario suburbio de Sydney en el que transcurre la acción de su siguiente narración extensa, Riders in the charriot (El carro de los elegidos, 1961), muestra acabada de los efectos que llegan a causar la guerra y el racismo en un espacio tan aparentemente alejado de los grandes conflictos internacionales como puede serlo el territorio australiano.

Al cabo de cinco años (y después de haber aprovechado también su mundo literario de Sarsaparilla para algunas de las piezas teatrales que compuso durante el primer lustro de los años sesenta), Patrick White volvió al cultivo de la narrativa con renovado espíritu reformista, recuperando aquella compleja elaboración estructural de que había hecho gala en The aunt's story (La historia de la tía, 1948). Por el camino, junto a dichas obras dramáticas, quedaban otras novelas menores que contribuyeron a engrosar su ya fecunda producción literaria, como Los abrasados (1964) y Cuatro juegos (1965); pero fue la aparición de The solid Mandala (El sólido Mandala, 1966) la que vino a anunciar el regreso de ese narrador preocupado por la armazón estructural de sus relatos, puesta aquí al servicio de la compleja peripecia de dos hermanos gemelos, y manifiesta al cabo de cuatro años en otra espléndida y elaborada narración de Patrick White, titulada The vivisector (El vivisector, 1970), en la que el relato de la vida de un artista sirve de pretexto al autor australiano para ofrecer algunas suculentas reflexiones sobre el mundo del arte.

Esta complejidad formal se mantuvo en la siguiente novela de White, presentada bajo el título de The eye of the storm (El ojo del huracán, 1973), para remitir un tanto en su siguiente entrega narrativa, A fringe of leaves (Guirnalda de hojas, 1976), bello alegato en defensa de la vuelta a la vida natural, encarnado en la figura de una mujer blanca que abandona sus bienes y su civilización para irse a vivir entre los aborígenes. Entre sus últimas narraciones extensas, cabe recordar también la titulada Grandes juguetes (1977).

En su faceta de dramaturgo, Patrick White cosechó un éxito notable en su país natal, en parte propiciado por la incorporación a sus dramas de los mismos argumentos temáticos y planteamientos ideológicos que ya habían cautivado a muchos lectores desde sus obras narrativas. Precisamente por su conexión con algunas de sus novelas más leídas, tal vez su pieza teatral más célebre sea la estrenada bajo el título de The season at Sarsaparilla (La temporada en Sarsaparilla, 1962), por vía de la cual llevó a los escenarios ese imaginario suburbio de Sydney en el que había ambientado varias narraciones que, por su inmediatez, habían sido muy bien recibidas por los lectores australianos de los años sesenta. Pero escribió otras piezas de gran interés, como El funeral del jamón (1947), Noche en Montaña Pelada (1962), Un alma alegre (1962), El caso Twyborn (1979) y Bosque abajo (1983). Y, ya fuera de la escritura dramática, no menos importancia reviste su valiosa autobiografía, que vio la luz a comienzos de los años ochenta bajo el título de Flaws in the glass: A self-portrait (Sombras en el espejo: Un autorretrato, 1981).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.