


Wenceslao I, San. Príncipe de Bohemia (ca. 907-929).
Príncipe de Bohemia, mártir y santo patrón de la antigua Checoslovaquia, nacido en Stochov (Bohemia) en torno al año 907 y fallecido en Stará Boleslav (Bohemia) el 28 de septiembre de 929.
Era hijo del duque Vratislas y de la princesa Drahomira. A causa del paganismo de su madre, su abuela, santa Ludmila, rogó al duque que le confiara a su nieto, con el fin de educarle en la religión católica. Wenceslao estudió en al colegio de Budecz, donde demostró una gran habilidad en las ciencias y en los ejercicios que le convenían dado su ilustre nacimiento. Fiel a las instrucciones que recibía de su abuela, buscó sobre todo adquirir los conocimientos que le convirtieran en un verdadero cristiano.
En el año 920, a la muerte de su padre y cuando sólo contaba trece años, tuvo que asumir el trono, haciéndose cargo Dhahomira de la regencia. Ella temía que su suegra, teniendo más cerca de ella la herencia del ducado, buscara hacerse con el poder y pusiera obstáculos a las decisiones tomadas por la regente.
Ludmila, tras devolver a Wenceslao a su madre, se retiró a Tétin, dónde fue asesinada por orden de Drahomira. Al no tener ya ningún obstáculo en su camino, Drahomira hizo estallar un furor desatado contra los cristianos: destruyó iglesias y prohibió el ejercicio público de la religión cristiana. También revocó las leyes que Borzivoy y Vratislas habían firmado a favor del cristianismo. Los magistrados que profesaban esa religión fueron destituidos, y sus funciones fueron confiadas a paganos.
Muchos cristianos, conocidos por su adhesión al catolicismo, fueron masacrados. Pero Wenceslao en 925, al cumplir 18 años, hizo unir a los principales nobles de Bohemia, a los cuales declaró que quería gobernar por si mismo y poder remediar los males que afligían al Estado. Drahomira y sus partidarios se sublevaron. Wenceslao consiguió apaciguarlos, y convenció a su madre para que se retirara a Saatz, asegurándole que después de haber restablecido el orden y la tranquilidad, la haría volver con los honores debidos a su rango.
Wenceslao, tras haber logrado la paz en el interior de Bohemia, dedicó todos sus esfuerzos a los asuntos de gobierno. Todos los sacerdotes exiliados fueron devueltos a sus funciones, el cristianismo dejó de ser perseguido y las horcas fueron destruidas. Durante su reinado, ningún condenado a muerte fue ejecutado. Enviaba a menudo al mercado de esclavos para hacer comprar con sus propios gastos a niños y jóvenes paganos que estaban expuestos a la venta, según las costumbres de la época, les hacía bautizar y los liberaba una vez hechos cristianos. Cultivaba él mismo en Mielnick una viña que había pertenecido a Santa Ludmila, y con las uvas elaboraba el vino para la misa que se celebraba en su capilla. También preparaba él mismo el pan para la consagración.
El cuerpo de Santa Ludmila había sido amortajado en Tétin, donde los fieles venían de todas partes para hacer honores a su tumba. Wenceslao ordenó trasladar su cuerpo hasta Praga, dónde fue depositada la reliquia en la iglesia de San Jorge, cerca del duque Vratislas, hijo de la santa.
Wenceslao había estado intentando de restablecer el orden en Bohemia, pero en 929 se crearon diferencias entre Enrique I, rey de Germania y Wenceslao. Estas diferencias radicaban en el tributo que los emperadores de Alemania habían impuesto a los bohemios y que en los tiempos de disturbios este tributo no se había pagado. Wenceslao terminó aceptando el cargo de vasallo del emperador alemán, pero eso generó un levantamiento de los nobles bohemios, encabezados por el hermano menor de Wenceslao, Boleslao.
Boleslao invitó al príncipe a venir a Butzlau, para celebrar la fiesta de San Cosme y San Damián en la iglesia consagrada en su honor. Wenceslao acudió, a pesar de todas las advertencias que le habían sido dadas. Después de la misa, Podevin, uno de los nobles que le acompañaban, le instó a que escapara, pero Wenceslao rehusó obstinadamente de hacerlo. Boleslao le asesinó en la puerta de la iglesia el 28 de septiembre de 929.
En el año 932, Boleslao, asustado por los informes sobre milagros ocurridos en la tumba de Wenceslao, hizo trasladar el cuerpo de su hermano a la iglesia de San Vito, en Praga, construida por el mártir, y la cual se convirtió en centro de peregrinaje durante la Edad Media. Desde el momento de su muerte, Wenceslao se convirtió en santo mártir y fue nombrado patrón de Checoslovaquia. Hoy día, su culto está más extendido en la República Checa, pero también cuenta con adeptos en Eslovaquia, Bohemia y Moravia.
Bibliografía
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