Vona, Alexandre (1922-VVVV).
Escritor rumano, de origen judío, nacido en Bucarest en 1922. Perteneciente al grupo de judíos sefardíes de ascendencia española, firmó sus obras con el pseudónimo de Alexandre Vona, aunque su verdadero nombre era el de Alberto Enrique Samuel Béjar y Mayor.
Cursó estudios de ingeniería en su país natal, al término de los cuales comenzó a trabajar como ingeniero, a pesar de que su verdadera vocación era la literatura. Lector infatigable, comenzó también a escribir con asiduidad desde que era muy joven, práctica que le permitió tener acabada su primera novela en 1946, cuando sólo contaba veintitrés años de edad. Sin embargo, Las ventanas cegadas -título de este espléndido relato- no pudo ver la luz hasta 1995, pues el conjunto de vicisitudes políticas que rodearon la agitada vida de Alexandre Vona, sumadas al desarraigo propio de los miembros de su estirpe, se conjuraron para impedir el conocimiento inmediato de esta obra fastuosa, saludada actualmente por toda la crítica europea como una novela equiparable a las mejores piezas de Proust, Kafka o Camus.
En efecto, en el año 1947, a raíz de la implantación de las ideas y el régimen de Nicolás Ceaucescu, Alexandre Vona se vio obligado a emprender el duro camino del exilio. Instalado en Francia, entró en contacto con los grandes escritores rumanos exiliados en tierras galas, entre ellos Ionesco y Cioran, quienes tuvieron ocasión de leer Las ventanas cegadas y de hacer gestiones para lograr su publicación. En dos ocasiones estuvo a punto Vona de ver impresa su obra, pero en ambas tuvo que resignarse a ver cómo se suspendía el proyecto: en la primera, por culpa de las intromisiones del traductor, un comunista polaco que intentó colar en el texto propaganda política en favor de sus ideas; en la segunda, a causa de que la prestigiosa editorial Gallimard no se atrevió a publicar la obra de un autor que no estaba en condiciones de garantizar que fuera a continuar en Francia, escribiendo para dicha empresa.
Entretanto, Alexandre Vona -que había visto morir en Francia a Mina, su esposa, a quien está dedicada su novela- subsistía merced a su profesión de ingeniero. Así esperó hasta que, con la caída del Muro de Berlín y el derrocamiento de la dictadura de Ceaucescu, logró que su amigo Mircea Eliade entrara en contacto con una editorial rumana que se mostró interesada en la publicación de Las ventanas cegadas. A partir de entonces, la fama de Vona se extendió velozmente por toda Europa, en donde su obra fue recibida como un texto lúcido y amargo, de impecable factura literaria, que entronca directamente con la mejor tradición filosófica del existencialismo francés. También ha sido comparada con la prosa de ficción de otro destacado miembro de la comunidad judía, el Premio Nobel norteamericano Isaac Bashevis Singer; sin embargo, el propio Vona ha rechazado los términos de esta última comparación, puesto que él no se considera ligado al resto de los judíos por el mero hecho de serlo.
Y es que, en efecto, Alexandre Vona constituye un caso de desarraigo tan extremo, que hace legítimo su desprecio hacia cualquier intento de encasillarlo en algún colectivo social, político, cultural, religioso o meramente geográfico. Hijo de padres búlgaros, y nieto de abuelos procedentes de diversos países europeos, Alexandre Vona confiesa su radical soledad en esta cruda semblanza de su vida: "Me sentía extranjero en Rumanía, ni siquiera aprendí el idioma hasta los nueve años, hasta entonces hablaba el castellano; me he sentido extranjero en París, donde he vivido exiliado desde 1947, y me siento exiliado aquí, en España, que es la cuna de mis antepasados. He estado en Israel, y tampoco allí, en la llamada patria de los judíos, me he sentido a gusto. Los israelíes están unidos por la religión, pero por absolutamente nada más: ni por la cultura, ni por las ideas, ni por el origen. Son gente muy distinta la una de la otra. No me pareció que tuviera nada que ver con ellos".