Verdugo, Fernando (1942-VVVV).
Pintor español, nacido en Sevilla en 1942. Fernando Verdugo inició su carrera plástica en 1966 al recibir el premio de pintura establecido por la galería La Pasarela, impulsora de la renovación del arte sevillano. Juan Blanco escribiría con motivo de su exposición en la citada galería que "el pintor busca con ahínco rehabilitar la asociación de elementos tan distintos y distantes como lo poético, lo geométrico y lo social".
Después de trasladarse a Madrid en 1968, reside un año en Nueva York donde instala su taller y realiza una serie de litografías para el editor de arte neoyorquino Leon Amiel. Sin perder de vista los acontecimientos políticos de España, Verdugo, siempre estimulado por el dinamismo de los movimientos artísticos internacionales, viaja a menudo a Francia y reside durante nueve años en Holanda. Expone en la galería Déedt de Amsterdam y en otras ciudades holandesas, al tiempo que entra en contacto con el surrealismo nórdico. En los 70 expondrá en Madrid, en las galerías Sen y Egam.
En 1982 regresa definitivamente a Madrid y reflexiona sobre las fronteras entre la abstracción y la figuración, entre la realidad y el espejismo. Sus "estructuras mutantes" responden a la necesidad de realizar una indagación a partir de un obsesivo tema-eje. Antonio Bonet Correa afirma que en este desarrollo plástico, "la armazón iconográfica es lo que cuenta primordialmente, con sus referencias concretas a un espacio o ámbito imaginario, que posteriormente Verdugo hizo objeto de distorsiones, sometió a múltiples deformaciones".
Con esta intención de nuclearidad y ruptura trabajará desde mediados de los 80 en su siguiente serie, "Piscinas", exhibida en dos exposiciones en la galería Rubén Forni, en Bruselas en 1988 y 1990 o, como apunta Miguel Logroño, "el agua, con todas las posibles interpretaciones plásticas: masa quieta o en movimiento, reflejo del agua en el agua, y elemento provocador de la activa memoria". Las imágenes aparecen cada vez más esquemáticas y se advierte en el pintor un marcado interés por los procedimientos "matéricos".
Verdugo alterna la pintura con los trabajos gráficos. En su taller de grabado investiga en diversas técnicas, experimentando nuevas formulaciones en dicho soporte, como se puede apreciar en las ediciones realizadas para la galería Estiarte en 1990.
A partir de 1991, Verdugo se ve inmerso en un planteamiento plástico y personal que le lleva a ahondar en su memoria de Sevilla al tiempo que le preocupa la idea de "piel pictórica" y la reconstrucción de una caligrafía del hombre sobre la materia. Su aproximación plástica rescata las texturas de los muros del pasado y se mueve en un ejercicio de color y de signos icónicos hasta llegar a formulaciones de extrema síntesis. Juan Manuel Bonet describe este proceso con motivo de las exposiciones de Jorge Kreisler y la Caja de San Fernando de Sevilla y Jerez: "pura Sevilla son también los cuadros más abstractos, más despojados, más sintéticos, aquellos donde la cal, en plan casi espacialista, lo ocupa todo".
En los últimos años la pintura para Verdugo conlleva una metódica experimentación formal que le permite centrarse en la expresión de la materia pictórica por sí misma, tal como se pudo ver en la exposición realizada en la galería May Moré, en el 95. Así lo explicó Rosa Olivares en la revista Lápiz a propósito de la obra exhibida en Arco 96: "El trabajo de Verdugo es minucioso y se articula con un peculiar estilo de reconstrucción. La idea central es trabajar la superficie de la memoria, la superficie de las cosas que vemos, de esas caras de la tierra, de los muros que nos protegen y en los que vemos pasar el tiempo a través de sus huellas".
Z. Fernández de Moya