Velasco y Fernández de la Isla, Luis de (1711-1762).
Marino español nacido en Noja (Cantabria) el 9 de febrero de 1711 y muerto en La Habana (Cuba) el 31 de julio de 1762. De familia noble, a los quince años (1726) inició su carrera naval, al ingresar como cadete en la Real Compañía de Guardias Marinas. Apenas el año siguiente participó ya en el sitio de Gibraltar. En 1732 intervino también en la reconquista del puerto de Orán (Argelia), a bordo de uno de los barcos de la escuadra de Francisco Javier Cornejo, y luego en combates contra los piratas norteafricanos que solían asaltar los buques y las costas mediterráneas españolas. Era capitán de fragata cuando en 1742 se trasladó a América; allí defendió las tierras españolas (hizo primero la ruta Veracruz-La Habana) contra los ingleses, capturando o hundiendo varios de sus barcos. En 1746 fue destinado a guardar la costa norte de Cuba. Gracias a estos buenos servicios fue ascendido a capitán de navío en 1754. Unos años después, en 1761, regresó a España.
Sin embargo, iniciada una nueva guerra contra Inglaterra (tras la firma del Pacto de Familia de ese año con Francia), retornó a Cuba en 1762. Poco después La Habana fue atacada, ocupándose Luis Velasco de la defensa del castillo del Morro, fundamental para la defensa de la ciudad especialmente tras la caída de la fortaleza de la Cabaña. A partir del 1 de julio fue bombardeado duramente, pero los buques ingleses fueron rechazados con graves daños, aunque también las fortificaciones españoles fueron destrozadas en algunos puntos. Durante un mes Velasco no cedió a las superiores fuerzas inglesas, tanto en buques como en hombres. Su combatividad le valió la estima de la población, que colaboró con él suministrándole numerosos voluntarios. Sin embargo, el día 30 los ingleses volaron parte del muro del castillo y penetraron en él. Velasco resistió hasta que por fin fue gravemente herido (ya lo había sido más levemente a mediados de mes) de un balazo. Después de esto fue conquistada completamente la fortaleza.
Los asaltantes reconocieron su valor permitiendo su traslado a la ciudad para recibir cuidados médicos, pero allí murió al día siguiente a causa de la tetanización de la herida, por más que la bala le hubiese sido extraída. Fue enterrado en el convento de San Francisco, interrumpiéndose los combates durante el acto. Con él habían perecido en la defensa del castillo unos 1.000 de sus hombres; la pérdida del Morro dejó desamparada a La Habana, que se rindió el 12 de agosto siguiente y pasó a manos inglesas hasta julio de 1763. Fue costumbre a partir de entonces, que los buques ingleses, al pasar por el Cantábrico frente a la villa natal de Velasco, Noja, dispararan salvas en su honor, y también se levantó un momento en su recuerdo en la misma abadía de Westminster. Por parte española fue conocido en lo sucesivo como el “Héroe del Morro de La Habana”, y se estableció que la Armada tuviese siempre un barco llamado Velasco. Tenía el título de marqués de Velasco (fue el primero en ostentarlo). Al fallecer soltero, el título pasó a su sobrino, Íñigo de Velasco y Collantes.
