Valdés y Tamón, Fernando de (s. XVIII).
Gobernador general español de las islas Filipinas, nacido y muerto en lugar y fecha desconocidas, que entre 1729 y 1739 ejerció un mandato caracterizado por la introducción de reformas institucionales, militares y económicas.
Brigadier del Ejército Real y caballero de la Orden de Santiago, Valdés y Tamón fue nombrado gobernador general por una real provisión de octubre de 1727, tomando posesión oficial del cargo el 15 de agosto de 1729. Su primera actuación de gobierno fue ordenar el juicio de residencia de su antecesor, José de Cosío, quien fue sancionado por haber realizado una mala gestión económica. El principal éxito del nuevo gobernador consistió en obtener de Madrid el levantamiento de la prohibición de exportar seda china a México en el Galeón de Manila (Real Cédula de 8 de abril de 1734). Esta ley fijaba un tope máximo a la exportación por valor de medio millón de pesos, si bien con la ventajosa autorización de importar mercancías en el viaje de vuelta por el doble de aquella cantidad.
En materia militar, Valdés y Tamón renovó el armamento de las tropas, reparó las murallas dañadas de la capital, e impulsó la construcción naval. Entre 1730 y 1733 ordenó el envío de varias expediciones a las islas Palau, en las Carolinas, aunque aparentemente sin conseguir el objetivo de consolidar en ellas la soberanía española. Además, con el fin de acabar de una vez por todas con las incursiones de los piratas moros, entabló negociaciones con el sultán de Joló, Alí Muddín, cuyo resultado fue la firma de un tratado de paz el 1 de febrero de 1737 (véase Bangsa moros).
Según las crónicas de la época, este gobernador sintió una genuina preocupación por la penosa situación del campesinado, y para mejorar su condición de vida dictó medidas como la limitación de la jornada de trabajo a nueve horas, la protección frente a los abusos de capataces y funcionarios, o la presencia de un médico en cada plantación. Durante este gobierno también se fundó la Facultad de Derecho Civil en la Universidad de Santo Tomás (1734), en sintonía con el espíritu reformista de la Ilustración.