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CineBiografía

Thalberg, Irving G. (1899-1936).

Productor de cine estadounidense, nacido en Brooklyn (Nueva York) el 30 de mayo de 1899 y fallecido en Santa Mónica (California) el 14 de septiembre de 1936, cuyo nombre completo era Irving Grant Thalberg.

Vida

De ascendencia europea, como otros muchos de los pioneros de la industria cinematográfica estadounidense, Irving se consolidó muy pronto como una de las mentes más inquietas y mejor preparadas para asumir los retos que los estudios hollywoodienses querían impulsar. Sus primeros pasos los da en 1918, bajo el dominio del sello Universal, propiedad de Carl Laemmle. Quizá el estilo del productor se fue adueñando de las inquietudes de Irving, pues en apenas dos años es un destacado administrativo que demuestra conocer muy claramente los gustos del público y el ritmo del mercado internacional.

Irving Thalberg se va a ver envuelto en los cambios que se producen en las empresas de Hollywood, momento que se consolidan los futuros grandes estudios cinematográficos. Marcus Loew comienza en 1920 a fusionar una serie de empresas, iniciativa que finalizará con la creación, en 1924, de la Metro Goldwyn Mayer. Irving, que por aquel entonces trabajaba para Louis B. Mayer, acepta las propuesta de la nueva firma y pasa a formar parte de uno de los más prometedores estudios del momento.

Si en el timón de la MGM se encontraba Mayer, se debe señalar que en la calidad de la carga que el nuevo barco irá distribuyendo por todo el mundo se encuentra, sin duda alguna, Irving Thalberg. Con apenas 25 años, el joven ejecutivo se convirtió en punto de referencia de la producción a gran escala, con una notable dosificación de recursos -producción simultánea- y aprovechamiento del voluminosos elenco de actores y técnicos al servicio del León, algo nunca visto en la industria del cine.

La capacidad de trabajo hace que estudie cada uno de sus proyectos -a apuntar mejoras en los guiones y en muchas secuencias de manera especial-, al tiempo que controla la desmesura de ciertos directores, todo lo cual hace que se sitúe en el ojo del huracán, pues se le considera prepotente, falto de recursos creativos e incapaz de valorar las aportaciones singulares de una película en función de los intereses comerciales de la misma, opiniones que el tiempo pondría en cuarentena. Cuando trabaja para la Universal se enfrenta a Erich von Stroheim por lo desmedido de El carrusel de la vida (1923), título que abrirá un duelo entre ambos que se prolongará durante la estancia de Irving en la Goldwyn (en Avaricia, 1924) y tras la constitución de la MGM (con La viuda alegre, 1925). Debe señalarse, en este caso, que mientras Stroheim abogaba por unas películas en exceso largas, Thalberg procuraba que la calidad artística se mantuviera en la estructura más reducida. Basta con ver los resultados para confirmar que las películas que han quedado son excelentes.

Si se valora la aportación de Thalberg a la producción de la MGM obligaría a considerarla como fundamental para entender su esplendor y la riqueza de excelentes películas que han salido de sus estudios. Su actitud y conocimiento del negocio del cine le llevó a ser impulsor de sorprendentes películas, lo que llama la atención si se tiene en cuenta que se trata de una de las carreras más cortas e intensas de la industria mundial. Aplicó intensamente algunos de los recursos publicitarios de la época, al tiempo que impulsó otros nuevos -por ejemplo, los “preestrenos”- que permitían saber la respuesta de los espectadores a ciertas películas y mejorarlas o modificarlas, según los casos, antes de su estreno mundial (método que se convirtió en una verdadera tortura para los directores de la MGM, muchos de los cuales se vieron obligados -y los actores- a repetir planos y secuencias completas). Fue un gran defensor del concepto de estudio, con una estructura sustentada en el “oficio” de cada profesional, obligando a que el director se dedicara a su trabajo, el guionista al correspondiente -fue notorio el pánico de éstos a las múltiples revisiones que se efectuaban del texto-, el montador a sus competencias, el decorador a las suyas, etc. No permitió la injerencia de unos profesionales en las tareas de otros; cuando alguno quiso ser la excepción se las vio directamente con Thalberg.

Si bien cuidó al máximo los proyectos y su posible rendimiento, siendo muy hábil a la hora de combinar actores para que la historia funcionase muy bien en pantalla (recuérdese la espectacular Gran Hotel, 1932, de Edmund Goulding), también supo apreciar aquellas apuestas que, sin duda, aportaban nuevas vías narrativas al cine de la época, aprovechando para ello los proyectos de algunos de los directores que deambulaban por los estudios hollywoodienses. Se pueden señalar en este sentido, que en su momento sorprendió que la MGM arropase proyectos como …Y el mundo marcha (1928), de King Vidor, o La parada de los monstruos (1932), de Tod Browning.

En cualquier caso, no se puede olvidar que durante un largo periodo (1924-1936) la MGM brilló con luz propia, contando con uno de los firmamentos más relucientes del panorama cinematográfico, y que el ritmo de trabajo impuesto en los estudios fue dirigido y “controlado” por Irving Thalberg, quien contó con un elevado número de “supervisores de producción” (dentro de unidades de producción) como Albert Lewin, Hunt Stromberg, Bernard Hyman, Harry Rapf o Paul Bern que aplicaban sus máximas y directrices. El volumen de negocio del Estudio -una media anual de 35 películas- demandó, desde el primer momento, un rígido control que multiplicó el trabajo diario de Thalberg y, si por un lado se puede dudar de que Irving pudiese hacer frente a todas las producciones, debe reconocérsele, por otro, el honor de situar a la MGM en la cúspide de la industria cinematográfica mundial durante muchos años.

Cuando estaba viviendo los momentos de máximo esplendor, una neumonía acaba con su vida cuando apenas contaba 37 años. Su pérdida fue notable para la MGM dado que la producción comenzó a echar en falta sus directrices, provocando numerosas situaciones de inestabilidad, dado que la gestión de Louis B. Mayer no cuidaba muchos de los aspectos que Thalberg había asumido. Para cubrir su puesto Mayer contrató a Dore Schary, personaje notorio en la gestión empresarial a partir de ese momento.

Thalberg estuvo casado con la actriz de origen canadiense Norma Shearer desde 1927, y se empeñó en respaldar su trayectoria artística desde la atalaya de la MGM, lo que le supuso más de una crítica por tal decisión.

Filmografía

(Se debe tener en cuenta que Irving Thalberg supervisó y controló varios centenares de películas a lo largo de su carrera. Por eso, y dado que su nombre se mantuvo en el anonimato de los créditos, las películas que se recogen son algunas de las que pueden ser identificadas como supervisadas por él directamente).

1922: El carrusel de la vida; The Trap (argumento).
1923: El jorobado de Notre Dame; Avaricia; Tres solteros discretos.
1924: El que recibe la bofetada; Flor del camino; Su hora; La mujer del centauro.
1925: The Tower of Lies; La viuda alegre; Ben Hur; El trono vacante; Amor de padre; Mujer altanera; El gran desfile.
1926: La sangre manda; El caballero del amor; La Bohéme; La tierra de todos; Exit Smiling; El torrente.
1927: La casa del horror; Después de medianoche; El príncipe estudiante; The Callahans and the Murphys; La viuda alegre; El demonio y la carne; Garras humanas.
1928: Los pantanos de Zanzíbar.…Y el mundo marcha; La mujer divina; El viento; El paseo del perro; La actriz; Un flirteo a la moda; La chica de la suerte; Jimmy, el misterioso; La máscara del diablo.
1929: Aleluya; Oriente; La melodía de Broadway; Queen Kelly; His Glorious Night; The Trial of Mary Dugan; La última aventura de Miss Cheney; La divorciada; Amanecer de amor.
1930: El trío fantástico; Trader Horn; Seamos alegres.
1931: Sólo ella lo sabe; Mata Hari; Just a Gigolo; Un alma libre; Salvada; Vidas íntimas; Besos al pasar.
1932: Gran Hotel; Extraño intervalo; La llama eterna; Rasputin and the Empress; Letty Lynton; La parada de los monstruos.
1934: La viuda alegre; La veuve joyeuse; Las vírgenes de Wimpole Street; Deslices; Cuando el diablo asoma.
1935: Rebelión a bordo; Mares de China; No más mujeres; Una noche en la ópera.
1936: Romeo y Julieta; Riffraff.
1937: Un día en las carreras; La buena tierra.

Premio Irving G. Thalberg:

La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas ha perpetuado el trabajo del famoso productor de la Metro Goldwyn Mayer concediendo, a partir de 1937, un Oscar -el “Irving G. Thalberg Memorial Award”- al productor más destacado por sus aportaciones desde sector a la industria.
Los premiados desde entonces (algunos años no se concede), son:

1937: Darryl F. Zanuck.
1938: Hal Wallis.
1939: David O. Selznick.
1941: Walt Disney.
1942: Sidney Franklin.
1943: Hal Wallis.
1944: Darryl F. Zanuck.
1946: Samuel Goldwyn.
1948: Jerry Wald.
1950: Darryl F. Zanuck.
1951: Arthur Freed.
1952: Cecil B. de Mille.
1953: George Stevens.
1956: Buddy Adler.
1958: Jack L. Warner.
1961: Stanley Kramer.
1963: Sam Spiegel.
1965: William Wyler.
1966: Robert Wise.
1967: Alfred Hitchcock.
1970: Ingmar Bergman.
1973: Lawrence Weingarten.
1975: Mervyn LeRoy.
1976: Pandro S. Bernan.
1977: Walter Mirish.
1979: Ray Stark.
1981: Albert R. Broccoli.
1986: Steven Spielberg.
1987: Billy Wilder.
1990: Richard D. Zanuck y David Brown.
1991: George Lucas.
1994: Clint Eastwood.
1996: Saul Zaentz.
1998: Norman Jewison.

Bibliografía

  • DOUGLAS EAMES, John. The MGM Story. (London: Octopus Books Limited. 1982).

  • OSBORNE, Robert. 60 Years of the Oscar. The Official History of the Academy Awards. (Nueva York: Abbeville Press Inc. 1989).

E. García Fernández

Autor

  • E. García Fernández