Tarsicio, San (¿-257).
Niño acólito y protomártir de la Eucaristía. Era un niño de unos 12 años, inscrito en Roma en la clerecía del título de San Calixto entre los acólitos. Su edad le permitía circular libremente por la Vía Apia. El ministerio de los acólitos, además de servir en el altar, les concedía el poder llevar en los difíciles tiempos de las persecuciones, la Sagrada Eucaristía a los enfermos, y sobre todo a los cristianos que por la confesión de la fe estaban encarcelados. Después de participar en la eucaristía de las catacumbas, el jovencito Tarsicio llevaba ocultas en su pecho las formas consagradas para los cristianos encarcelados. Su comportamiento llamó la atención de otros niños que jugaban en la Vía Apia, en la proximidad de la puerta de la Urbe, e intentaron descubrir su secreto. Se negó a entregárselo, por lo que fue apedreado hasta morir. Los cristianos recogieron su cuerpo exánime con la Sagrada Eucaristía y lo sepultaron en el cementerio de San Calixto. La fama del niño mártir y la devoción de los cristianos hacia él fue tan grande que San Dámaso compuso el epitafio de su sepulcro. Su fiesta se celebra el 15 de agosto.