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QuímicaBiografía

Staudinger, Hermann (1881-1965).

Químico alemán nacido en Worms (en el estado federado de Renania-Palatinado) el 23 de marzo de 1881 y fallecido en Friburgo de Brisgovia (Baden-Württemberg) el 8 de septiembre de 1965. Fue galardonado con el Premio Nobel de Química en 1953, "por sus descubrimientos en el campo de la química macromolecular".

Era hijo del doctor Franz Staudinger, profesor de Filosofía en la Universidad de Darmstadt, por lo que creció rodeado de un ambiente académico en el que primaba el esfuerzo intelectual. Tras cursar sus estudios primarios y secundarios en la escuela de Worms, pasó, en su juventud, a la Universidad de Halle, donde inició una carrera de Ciencias que luego habría de proseguir en otros centros de estudios superiores de su país natal, como las universidades de Darmstadt y Munich. Finalmente, regresó a las aulas de Halle para acabar allí su brillante formación académica, coronada en 1903 con el grado de doctor en Biología.

Dio inicio, a partir de entonces, a un fructífera andadura docente e investigadora que le condujo, en primer lugar, a la Universidad de Estrasburgo, donde, a partir de la primavera de 1907, ejerció como ayudante del profesor Thiele. Pocos meses después, Hermann Staudinger fue contratado como profesor de Química Orgánica en la Escuela Técnica Superior de Karlsruhe (Technische Hochschule), a la que permaneció ligado durante cinco años.

En 1912, el científico de Worms pasó a impartir clases en la Escuela Técnica Superior (Eidgenössische Technische Hochschule) de Zurich, donde tuvo algunos alumnos tan aventajados como el suizo de origen croata Leopold Ruzicka (1887-1976), quien colaboró con él en muchos proyectos de investigación y, al cabo de los años, acabó siendo galardonado con el Premio Nobel -casi tres lustros antes, por cierto, de que lo obtuviera su maestro-. Staudinger trabajó en Zurich durante catorce años, hasta que, en 1926, aceptó la invitación de la Universidad de Friburgo y se incorporó a su plantilla docente, en calidad de profesor de Química.

El químico alemán se mantuvo en este puesto hasta la fecha de su jubilación; sin embargo, su trabajo -y su propia integridad física- corrieron peligro en varias ocasiones. Especialmente delicado fue el momento en el filósofo Martin Heidegger (1889-1976), que ocupaba, a la sazón, el cargo de rector de la Universidad de Friburgo, tuvo noticias de que Staudinger había solicitado la nacionalidad suiza en el transcurso de la I Primera Guerra Mundial (1914-1919), y decidió denunciar este hecho ante el Ministro de Educación del gobierno nazi, que había ordenado revelar cualquier detalle acerca de los denominados "pacifistas ocultos". De inmediato, las autoridades políticas del ministerio exigieron a Staudinger que presentara su renuncia, a lo que el acreditado científico rehusó vehementemente. Tras una tensa espera, las autoridades alemanas decidieron que el científico de Worms continuase en su cargo, ya que, debido al prestigio que había alcanzado en los foros científicos de todo el mundo, su expulsión de las aulas habría dado lugar a un escándalo de repercusión internacional.

Superadas estas vicisitudes, Hermann Staudinger se fue consolidando como una de las figuras cimeras de la Química del siglo XX, lo que le hizo acreedor a otros cargos y nombramientos tan relevantes como el de Jefe de Investigadores del Instituto de Química Macromolecular (1940), del que acabaría siendo director entre 1951 y 1956 (después de que, por exceso de obligaciones, hubiese de abandonar su puesto como Jefe de Investigación del Laboratorio de Química de la Universidad de Friburgo).

A lo largo de esta fecunda trayectoria consagrada a la Ciencia, Staudinger se reveló no sólo como un eminente profesor y un fructífero investigador, sino también como un humanista especialmente dotado para la divulgación de los saberes propios y ajenos. Autor de más de quinientos artículos publicados en revistas especializadas, dio también a la imprenta algunos libros tan valiosos como Die Kettene (Las cadenas, 1912); Anleitung zur organischen qualitativen Analyse (Introducción al análisis orgánico cualitativo, 1923); Tabellen zu den Vorlesungen über allgemeine und anorganische Chemie (Tablas para el estudio de la Química General y Orgánica, 1927); Die hochmolekularen organischen Verbindungen, Kautschak und Cellulose (Los compuestos macromoleculares orgánicos, el caucho y la celulosa, 1932); Organische Kolloidchemie (1940); Fortschritte der Chemie, Physik und Technik der makromolekularen Stoffe (Avances de la Química, la Física y la Técnica en lo relacionado con las substancias macromoleculares, 1939); Makromolekulare Chemie und Biologie (Química y Biología Macromolecular, 1947); y Vom Aufstand der technischen Sklaven (La rebelión del esclavo técnico, 1947). Además, Staudinger, que trabajó en colaboración con su esposa Magda Woit en la redacción de algunas de sus obras científicas, publicó una interesante autobiografía bajo el título de Arbeitserinnerungen (Memorias de trabajo, 1961).

Miembro honorífico del Instituto de Francia, de la Sociedad de Química Macromolecular de Tokio y de otras muchas asociaciones científicas de todo el mundo, Hermann Staudinger recibió, a lo largo de su dilatada carrera, numerosos honores y distinciones, entre los que cabe recordar -amén, claro está, del ya citado premio Nobel de Química- el premio Leblanc (1931) y el prestigioso premio Cannizaro, que le fue otorgado en 1933 por la Reale Accademia Nazionale dei Lincei, de Roma. Además, fue investido doctor honoris causa por las universidades de Karlsruhe, Mainz, Salamanca, Turín, Zurich y Estrasburgo.

Los polímeros o macromoléculas

Al comienzo de su carrera, Hermann Staudinger investigó la Química Orgánica clásica, a la que aportó el descubrimiento de un nuevo grupo, el de las cetonas; dentro de este campo, realizó también valiosos estudios sobre los agentes aromáticos del café, y analizó en detalle la síntesis de diversos constituyentes de algunos productos de uso cotidiano, como la pimienta y los insecticidas.

Pero enseguida se centró en un tema de investigación al que habría de consagrar treinta años de su vida: las cadenas moleculares complejas, a partir de las cuales se desarrollaba entonces la incipiente y boyante industria del caucho y los materiales plásticos. Así, fue el primero en identificar los polímeros o macromoléculas, una especie de moléculas gigantes constituidas por la agregación lineal de otras muchas unidades de menor tamaño (es decir, por monómeros).

En efecto, en mayo de 1922 publicó un artículo en la revista Helvetica Chimica Acta, donde, por vez primera, empleó el nombre de macromolécula -que, a partir de entonces, quedó acuñado en el vocabulario científico-; cuatro años después, pudo enunciar su hipótesis de que un polímero no es más que una larga cadena de unidades pequeñas, unidas por enlaces covalentes.

Además, Staudinger fue el primero en estudiar a fondo las macromoléculas y determinar su estructura. Demostró que los monómeros constituyentes de un polímero van ligados entre sí por medio de enlaces químicos ordinarios, frente a la opinión anterior, que estimaba la posibilidad de que esta unión fuese el resultado de una mera yuxtaposición física.

A partir de 1935, Staudinger profundizó aún más en sus investigaciones sobre los polímeros y sus soluciones en poliésteres, con lo que pudo aportar nuevos hallazgos sobre la relación que vincula la viscosidad y el peso molecular. Con el paso del tiempo, todas sus hipótesis han ido quedando confirmadas, lo que ha dado pie a substanciosos avances en la fabricación y mejora de numerosos productos de uso cotidiano e industrial, como las gomas, los plásticos moldeables, las fibras sintéticas, etc.

JRF

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.