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MúsicaBiografía

Sosa, Mercedes, "Negra Sosa" (1935-2009).

Cantante argentina nacida en Tucumán, el 9 de julio de 1935, también conocida como La Negra Sosa. A los quince años de edad se presentó al concurso radiofónico, Hoy canto yo, con la samba Triste estoy y consiguió el primer premio.

Cuando se casó con el compositor Pocho Masitelli se imbuyó de otros ritmos diferentes de la samba norteña. Conoció a poetas como Tejada; también conoció a pintores y tomó contacto con otro tipo de ambientes.

En 1961 grabó su primer disco, que resultó monótono. Cuatro años después grabó con Sábato y Falú La palomita del valle. En 1966 llegó el primero de sus éxitos Samba para no morir. Al año siguiente realizó su primera gira por Europa y recorrió Holanda, Bélgica, Suiza y Alemania. Inmediatamente después vendrían otras giras. Comenzó a cantar de Violeta Parra, el tema Gracias por la vida que le dio una gran popularidad. Comenzó también a cantar temas de Víctor Jara, especialmente, Te recuerdo, Amanda; en 1968, bajo el mandato de Onganía, este tipo de canciones fueron silenciadas.

En 1972 grabó La cantanta sudamericana, sin gran éxito. Sin embargo, al año siguiente editó nuevos discos y visitó en sus actuaciones España, Francia, Italia, México, Venezuela y Perú.

En 1978 falleció su marido, a causa de un tumor cerebral. Poco después se le prohibió cantar en lugares públicos de Argentina y en los locales privados no la contrataban. Ante los problemas políticos y la censura tomó la determinación de instalarse en Europa. Vivió en París y recorrió el resto del continente. En 1979, grabó un disco en portugués con Chico Guardia y Hamilton.

El 16 de febrero de 1982 regresó a su país, recorrió Argentina y llenó estadios de fútbol, convirtiéndose los conciertos en concentraciones políticas. En julio de 1984 anunció en Lima su retirada de la canción.

Entre sus canciones de mayor éxito destacan Como la cigarra, Canción de todos, Gracias a la vida, Volver a los diecisiete, Poema quince, Sólo le pido a Dios y Alfonsina y el mar.

Su manera de cantar tuvo una gran influencia debida a José Luis Castiñeira de Dios

El 27 de julio de 1989 fue condecorada, por el Gobierno de Francia, con la Gran Orden de las Artes y las Letras francesas, mientras que en julio de 2005 recibió de parte del Gobierno argentino un premio a toda su trayectoria y a su compromiso con las manifestaciones artísticas. Poco después, y después de más de dos años sin cantar, volvió a los escenarios para presentar un nuevo disco, Corazón libre (editado por el sello de música culta Deutsche Grammophon), en el que la cantante "reinventa" los ritmos tradicionales de Argentina, como las zambas, chacareras y chamamés, con el particularísimo estilo de una de las grandes voces de la música de América.

Al morir, su enorme corazón que cobijaba a "tantos hermanos que no los puedo contar" entristeció el latido conjunto de un continente, que alcanzó a despedirse de ella a través de su última obra, un cd con duetos memorables, de altísima calidad y rigurosa tradición, junto a artistas compañeros de ruta y amigos, de la talla de Shakira, Jorge Drexler, Caetano Veloso, Soledad Pastorutti, Serrat y Sabina, entre otros.

“Violetas para Mercedes”, poesía de Joaquín Sabina a La Negra Sosa:

Se nos murió la gran dama,
Negra Sosa, pacha mama
de Corrientes,
que bordó puntos y comas
en las prisas del idioma
de la gente.

Martina Fierro de ley
que sin Dios, patria ni rey
tiró p’alante,
antes de decir adiós
me propuso un blues a dos
voces distantes,

distintas, y, sin embargo,
cerquita del ron amargo
que consuela,
que abruma, que mortifica,
que suma, que santifica,
que desvela.

Cuando rompió la baraja,
hizo del bombo su caja
de Pandora,
entre el mestizo y el yanqui
se quedaba con Yupanqui
hasta la aurora.

Todos menos uno, dijo,
provocando el acertijo
de Cosquín,
militante del futuro,
no pudo con ella el muro
de Berlín.

Canto ancestral de Argentina,
la más frutal de las minas,
todo es nada,
no sabe cómo la lloro,
desafinando en el coro
de las hadas.

Madrina de los roqueros
más intrusos, más villeros,
menos brutos;
en calle melancolía
mi letra y su melodía
visten de luto.

Más de una vez la besé
pero nunca olvidaré
la noche aquella:
aquel piano y su voz
y mi sonanta y la coz
de las estrellas.

Me aterran las despedidas
pero gracias a la vida
de Violeta,
Mercedes inventó el son
que duerme en el corazón
de los poetas

Joaquín Sabina
La Chacarita, Septiembre 2009

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