Silva, Feliciano de (1451-1554).
Escritor español relativamente bien conocido, ya que adquirió fama con sus libros de caballerías. Su vida transcurrió en Ciudad Rodrigo (Salamanca), donde nació y murió (1491-24 de Junio de 1554). Era hijo de Tristán de Silva, cronista del Emperador Carlos V, quien participó en la guerra de Granada y fue regidor de Ciudad Rodrigo, como luego lo sería él mismo. Feliciano estuvo en Sevilla al servicio del arzobispo don Diego de Deza, al que le dedicó Lisuarte de Grecia, publicado en esta ciudad en 1514. Sirvió dos años al emperador Carlos V, durante los cuales pudo haber participado en la Guerra de las Comunidades (152021) del lado del emperador. Hacia 1520 Feliciano se casó con Gracia o Gracia Fe, hija de Hernando de Caracena, un judío converso. El 23 de Agosto de 1523 se le otorgó el puesto de regidor de Ciudad Rodrigo de por vida.
Fue amigo de Núñez de Reinoso, autor que manifiesta una gran influencia de Feliciano; y de Montemayor por lo que se desprende de la lectura de su Epitafio y la Elegía que le dedicó tras su muerte. Feliciano de Silva tuvo siete hijos, cuatro hijas y tres hijos: Diego combatió durante la conquista de Perú y fue nombrado alcalde de Cuzco, fue protector del Inca Garcilaso de la Vega y murió en una batalla contra los indios. María se casó con don Fadrique de Toledo, clavero de la Orden de Calatrava. Feliciano, que en 1540 fue paje de don Juan Alonso de Guzmán el Bueno, sexto duque de MedinaSidonia, y que salvó a la duquesa, doña Ana de Aragón, de morir ahogada en Sevilla.
Diego Hurtado de Mendoza en su Carta del Bachiller de Arcadia dice que Feliciano de Silva vivió desahogado y aun rico con el producto de sus obras. Sin embargo, Montemayor en su Epitafio dice que Feliciano poseía "más honra que dinero". Además de sus obras caballerescas y la Segunda Celestina, Feliciano de Silva escribió un soneto en alabanza de una obra titulada Diálogos de Diego Núñez de Alva de la vida del soldado, Cuenca, por Juan Alonso de Tapia, 1589. Escribió, según nos dice Gayangos, "otras obras de entretenimiento y aun de burlas, como entonces llamaban las poesías algún tanto procaces y obscenas en que se divertían algunos de nuestros mejores poetas".
Sus obras caballerescas hicieron correr mucha tinta de los escritores de la época, tanto literatos como moralistas. Podemos leer comentarios de sus enemigos, y también de sus amigos, criticando estas obras. Hurtado de Mendoza, en la Carta del Bachiller de Arcadia al capitán Salazar, ironiza sobre el estilo de Feliciano, sus juegos de palabras e incluso su tan traída y llevada "razón de la razón que tan sin razón". Alude a su Don Florisel de Niquea y algunos pasajes de sus obras, a la vez que le pone en relación con Fray Antonio de Guevara y su obra Menosprecio de corte y alabanza de aldea, como también ocurre en el título de la Carta de D. Diego de Mendoza en nombre de Marco Aurelio a Feliciano de Silva. Y por esta línea sigue la sátira anónima Los Humildes de Maldonado. Juan de Valdés, en Diálogo de la lengua, tacha todos los libros de caballerías de "mentirosos" y nombra a Lisuarte de Grecia como uno de ellos. Alonso López Pinziano en Philosophía antigua poética condena los libros de caballerías pero no habla "de un Amadís de Gaula, ni aun del de Grecia y otros pocos, los quales tienen mucho de bueno". Otros escritores alaban la obra de Feliciano, como Gaspar Gómez en la dedicatoria de su Tercera Celestina, Alonso de Villegas Selvago en el prólogo de Comedia Selvagia, Núñez de Reinoso le dedica varios poemas y en su Historia de los amores de Clareo y Florisea y de los trabajos de Isea intercala un resumen de la primera mitad de la cuarta parte de Florisel de Niquea, y Montemayor.
Todas sus obras tuvieron mucho éxito en el mundo cortesano, hasta el punto de dar origen a diversidad de juegos. Su influjo se deja notar en otras obras, como ocurre en Don Florisel de Niquea de Juan Pérez de Montalbán, La gloria de Niquea del Conde de Villamediana o Amadís y Niquea de Francisco Leyva, obras en las que vemos constantemente el nombre Niquea presente, lo que nos recuerda la gran popularidad de la que gozó Florisel de Niquea. Esta influencia rebasa las fronteras, y Shakespeare presenta un personaje llamado Florisel en Cuento de Invierno.
Feliciano de Silva gusta de la prosa de entretenimiento y una continua búsqueda de novedades literarias: fue el primer escritor que decide continuar la Celestina, y fue imitado directamente por otros autores; e introduce en la prosa de ficción española el elemento pastoril, comenzando en Amadís de Grecia con la presencia de una pareja de pastores, y desarrollándolo en la cuarta parte del Florisel. "En cuanto a su estilo -dice Gayangos, del que tanto se ha hablado, no es siempre el mismo. Natural y sencillo, aunque desaliñado e incorrecto, en el Lisuarte y en el Amadís de Grecia, se convierte en pretencioso y amanerado en el Florisel". El rechazo, y por ello el desconocimiento, de las obras de Silva se debe al juicio establecido de que su estilo es hinchado, altisonante, pretencioso, puerilmente afectado, carente de todo sentido. Sin embargo, una lectura pausada de sus obras manifiesta que su estilo es, en ocasiones, y siempre dependiendo del personaje y del tema tratado, rebuscado. Pero no ocurre así con todos los demás personajes. La lengua coloquial, con una sintaxis clara, es empleada en casi todos los diálogos y en la narración de las luchas, batallas, aventuras. Es el léxico más común, apropiado para estas ocasiones. Se da también los coloquialismos, refranes y giros del lenguaje. Por el contrario, el lenguaje oscuro, o más culto, presenta una sintaxis más compleja, donde abunda todo tipo de figura retórica, desde el hipérbaton hasta la comparación, pasando por la descripción, perífrasis, apóstrofe, pregunta retórica, hipérbole, juegos de palabras, alusiones mitológicas... Se da en diálogos en los que intervienen personajes principales, sobre todo si el tema a tratar es el amor, donde el lenguaje se hace discursivo y solemne. Se presenta también en todas las cartas, muy numerosas y escritas por y para distintos tipos de personaje: doncellas, príncipes, sabios... El estilo de Feliciano era el preferido por todos los lectores de libros de caballerías como sucede con el mismísimo don Quijote, de ahí la gran demanda de sus obras. La obra caballeresca de Feliciano de Silva la compone Lisuarte de Grecia, libro VII del ciclo de Amadís; Amadís de Grecia, libro IX; Don Florisel de Niquea, parte I y II, libro X; Don Rogel de Grecia, III parte de Florisel de Niquea, libro XI; y la Cuarta Parte de Florisel de Niquea, libro XI. Gayangos comenta que era considerado como autor de Silves de la Selva (libro XII del ciclo de Amadís). Lepolemo, Espejo de príncipes y cavalleros y Belianís de Grecia fueron consideradas también como obras de Feliciano de Silva. Además de estos libros de caballerías escribió la Segunda Celestina, continuación de La Celestina de Rojas.
Obras
Lisuarte de Grecia
Lisuarte de Grecia (Sevilla, 1514) tuvo 13 ediciones. A pesar de ser el Libro VII del ciclo de Amadís no continuó el argumento del Libro VI, es decir, Florisando, como cabría esperar, sino donde había terminado el Libro V, las Sergas de Esplandián. En esta obra, se cuentan las aventuras de Lisuarte y de Perión de Gaula, hijos de Esplandián y de Amadís de Gaula respectivamente. Perión desea ir a Irlanda pero es obligado a ir a Trapisonda, donde se arma caballero y se enamora de Gricileria, y con el nombre de Caballero de la Espera acaba grandes aventuras. Mientras, Lisuarte sale en su busca por mar y corre diversas aventuras hasta llegar a Trapisonda, donde se enamora de Onoloria, hermana de Gricileria. La infanta Melia se alía con todos los reyes paganos para destruir la cristiana Constantinopla, además encarcela a Lisuarte y Perión porque sabía por medio de artes mágicas que serían salvadores de dicha ciudad. Gradafilea, infanta de Melia, libera a Lisuarte. Amadís y los suyos son desencantados en la Ínsula Firme y los paganos son vencidos en combate singular de tres por tres: Amadís, el Emperador de Trapisonda y la reina Calafia contra Armato, Grifilante y la reina Pintiquinestra. Todos los reyes vuelven a sus reinos y Oriana escribe una carta de celos a Lisuarte, que abandona la ciudad para correr aventuras con el nombre del Caballero Solitario. De vuelta, Lisuarte y Perión naufragan y llegan a España, donde ayudan al rey Brian de Monjaste a liberar Córdoba de los paganos. Lisuarte y Perión se casan en secreto con Onoloria y Gricileria, y son apresados con el Emperador de Trapisonda y Olorius y encantados en la isla de Argines. Onoloria parió un hijo, que le roban poco después.
Amadís de Grecia
Amadís de Grecia (Cuenca, 1530) tuvo 9 ediciones. En este libro se nos cuenta cómo el hijo de Onoloria y Lisuarte se cría en la India. A los diez años es armado caballero imponiéndose el nombre de Caballero de la Ardiente Espada, y poco después sale en busca de Urganda y Alquife para conocer la verdad de su nacimiento y acaba muchas aventuras. Mientras tanto Amadís de Gaula deja su reino por petición de una mujer, y si no fuera por la oportuna llegada de Amadís de Grecia y Gradamarte hubiera sido muerto por dos jayanes. Amadís de Gaula reúne a todos sus parientes y amigos para enfrentarse al duque de Bullón, quien había asesinado al emperador de Roma y preparaba una alianza para derrotar a los cristianos. En una gran batalla es derrotado el duque y sus aliados alemanes. Zayr, hijo de Soldán de Babilonia, se enamora en sueños de Onoloria y pide su mano. Urganda intenta favorecer a Lisuarte, pero Zirfea, enemiga de Amadís de Gaula y su linaje, la traspasa con una espada y la deja encantada. El emperador, al enterarse de este matrimonio, sentencia a muerte a los amantes a no ser que dos caballeros defiendan su inocencia, conseguida por Fulartín y Gradafilea. Niquea está enamorada de Amadís de Grecia y le escribe una carta de amor; y él, a pesar de estar enamorado de Lucela, sucumbe a sus razones. Pero Zirfea hace que Anastarax se enamore de su hermana Niquea, y los encanta en el Paraíso de Niquea. Lisuarte llega a Constantinopla, y junto a su padre resuelve reunir a su familia y marchar sobre Trapisonda, donde se encontraba prisonera Onoloria, quien había parido secretamente una hija. Zayr, que se había apoderado del emperador y su familia, se encuentra con el ejército de Lisuarte y durante la batalla muere. Lisuarte se casa con Onoloria y Perión con Gricileria. Amadís de Grecia llega a Constantinopla y desafía a su padre sin conocerle, durante la lucha Amadís arranca del pecho de Urganda la espada que la mantenía encantada y deshace el encantamiento, padre e hijo se conocen. Zirfea, viendo que todo su poder era en vano, hace las paces con Urganda y Alquife, y juntos labran el Palacio del Universo, además de deshacer el Paraíso de Niquea para convertirse en Infierno de Anastarax. Niquea se enamora de Amadís de Grecia y lo requiere de amores. Él, disfrazado de doncella, consigue encontarse con Niquea en su aposento. Urganda y Zirfea meten en el Palacio del Universo a Amadís de Grecia, Lisuarte, Esplandián, Amadís de Gaula y toda su parentela y quedan allí encantados. De las relaciones de Niquea y Amadís de Grecia nace don Florisel. Quien, pasado el tiempo, se enamora de Silvia y le cuenta la historia de Anastarax y Niquea. Silvia, enamorada de Anastarax, pide a Florisel que la acompañe para intentar liberarle de su prisión, el Infierno de Anastarax.
Don Florisel de Niquea, primera y segunda parte
Don Florisel de Niquea, primera y segunda parte, (Valladolid, 1532) tuvo 6 ediciones. Anaxartes y Alastraxerea, hijos de Zahara y Amadís de Grecia, reciben la orden de caballería y comienzan sus aventuras. Don Florisel, con Silvia y Darinel, busca a Alastraxerea para poder probar la aventura del Infierno de Anastarax y corre una larga serie de aventuras con el nombre de Caballero de la Pastora. Lucidor, hermano de Lucela, se desposa con Helena y jura vengarse de Amadís de Grecia. Por otro lado, Arlanda, princesa de Tracia, también intenta vengarse de Amadís y pide ayuda a don Florisel, quien se niega. Desesperada y enamorada marcha en su búsqueda y, disfrazada de Silvia, engaña a don Florisel para gozar de sus amores. Don Florisel y Silvia se separan por un naufragio. Ella llega a Niquea, donde se encuentra con Alastraxerea. Prueban el Infierno de Anastarax, y Silvia y Anastarax se casan, y se descubre la identidad de Silvia. Anaxartes, separado de su hermana al oír voces de doncella, llega a la isla de las Maravillas de amor. Florisel llega a Apolonia, donde se enamora de Helena, aquella que fue desposada con Lucidor. Separados por la aventura de la Tienda y contienda de los cuatro hermanos, don Florisel es apresado por servidores de Arlanda, y se hace pasar por Alastraxerea dado su parecido. Alastraxerea también es apresada de la misma suerte que don Florisel, y se hace pasar por él. Florisel se ve obligado a guardar la Torre del Castillo: durante la lucha de Florisel con Anaxartes desaparece el encantamiento de la Torre, y de ella salen Amadís y toda su familia junto con Urganda, Alquife y Zirfea. Darinel le cuenta a Florisel la inminente boda de Helena, y juntos marchan a Apolonia. Alastraxerea llega a la isla de Colcos y, por temor, se hace pasar por Florisel; éste, en su viaje hacia Apolonia, llega allí y le devuelve el favor. Don Florisel consigue el favor de Falanges, el príncipe de la isla, y juntos van hasta Apolonia. Allí Helena y don Florisel se desposan en secreto y, después de probar la aventura de la Tienda en Niquea, parten hacia Constantinopla. Lucidor y Florisel se desafían a guerra, que queda aplazada por la llegada del invierno y da lugar a nuevas aventuras de Florisel y Falanges. Zahara y sus hijos llegan a Apolonia para unirse a la flota de Lucidor, que parte para Constantinopla, donde se han reunido ya familiares y amigos de Florisel. Cuando la flota de Lucidor llega, comienza la batalla. Tras varios desafíos individuales de los que salen vencedores los griegos, Florisel requiere la paz, pero no se acepta. Comienza de nuevo la guerra y parecen ir ganando los griegos cuando aparece el ejército ruso en ayuda de los franceses y causan gran daño en los cristianos. Por la noche, con traición, los rusos se vuelven contra los paganos para adueñarse del mundo. Los griegos, que descubren la estratagema, deciden combatir también a los rusos y aniquilarlos. Amadís de Grecia parte en ayuda de la reina Cleofila, prisionera de la flota rusa; y, más tarde, en busca de Lucela, cuando naufraga y se encuentra con Florarlán, quien no sabe que es hijo de Florisel y Arlanda. Debido a la tardanza de Amadís todos los caballeros marchan en su búsqueda con acuerdo de juntarse allí al año para celebrar sus bodas. Después de muchas aventuras, cada uno por su lado llega a Rodas, donde sin conocerse mantienen una feroz lucha. Una vez reconocidos y de vuelta en Constantinopla, se hacen grandes fiestas por la llegada de los caballeros y se preparan las bodas; y en ese mismo año son todos padres: Florisel de Rogel de Grecia, Falanges de Agesilao, Anaxartes de Arlanges...Por carta, la reina Sidonia de Guindaya le informa a Florisel (enamorado de ella, la ha seducido bajo el disfraz de Moraizel) que es padre de Diana y que la promete en matrimonio a aquel que lleve su cabeza cortada. Los sabios Urganda, Zirfea y Alquife parten llevándose consigo a Amadís de Gaula y Oriana.
Don Rogel de Grecia o tercera parte de Florisel de Niquea
Don Rogel de Grecia o tercera parte de Florisel de Niquea (Medina del Campo, 1535) tuvo 6 ediciones. Florisel recibe a varios caballeros que requieren su cabeza a petición de Sidonia. Florarlán se enamora de Cleofila, se arma caballero y corre aventuras con el nombre de Caballero del Fénix. Agesilao se enamora de Diana y con Arlanges parte a Guindaya disfrazados de mujeres: Darayda y Garaya, respectivamente. Niquea en un viaje queda presa de la dueña de una isla, quien hace correr la noticia de su muerte. Amadís de Grecia sale a buscarla. Y Florisel, quien ayuda a Anastarax y a su hijo Filisel a liberar de su prisión a Silvia y Leonida. Todos llegan a la isla donde se encuentra Niquea y son presos allí, pero Amadís se encuentra con Lucela, de la que se aparta más tarde; pero ella por seguirle se encuentra en peligro y es librada de nuevo por Amadís, que continúa sólo sus aventuras. Darayda y Garaya corren aventuras en Guindaya. Rogel inicia sus aventuras caballerescas y amorosas. Falanges y su esposa, tristes por la pérdida de Niquea y de Agesilao, parten en su búsqueda: él llega a la isla de Gazen, después ella en su ayuda; más tarde Rogel los salva de gran peligro. Allí se encuentran Niquea y todos los demás (Florisel, Anastarax, Darinel, Filisel...), que son librados por sus parientes. Darayda llega a Tesalia, y después de muchas aventuras con jayanes y bestias parte para ver a Diana. Niquea y compañía llegan a la Ínsula no Hallada y los tres sabios les muestran aventuras en Guindaya; más tarde todos marchan a Constantinopla. Rogel y Filisel corren aventuras por Atenas, donde éste se enamora de Marfiria, y Esparta. Darayda y Garaya llegan a Constantinopla: aquella pide a Florisel que le acompañe a Guindaya para hacer allí batalla. Los reyes de Ruxia y Gaza llegan a Guindaya para exigir el matrimonio de la reina y su hija o la guerra. Durante ella llegan Florisel y Darayda a tiempo de socorrer la ciudad, y más tarde llegan Falanges, Alastraxerea, Rogel y otros caballeros en ayuda de aquellos. Florisel y Alastraxerea conocen a sus hijos Diana y Agesilao, quienes se casan. Rogel continúa sólo sus aventuras y amores. Todos parten de Guindaya a Constantinopla, allí reciben el desafío de Ruxia.
La cuarta parte de Florisel de Niquea
La cuarta parte de Florisel de Niquea (Salamanca, 1551) tuvo 2 ediciones. Mientras se prepara en Constantinopla la guerra contra Ruxia, Rogel sale de Guindaya y llega a Lumbruz, donde bajo el disfraz pastoril de Archileo enamora a Archisidea, y representa bucólicas. Camino de Gaza se separan, y Archileo corre aventuras y amores (con Argentaria y Sinestasia) como el Caballero Constantino. Agesilao, durante el devenir de sus aventuras, lucha con su padre y viajan a Constantinopla. Allí y a Guindaya llegan las flotas de los reyes de Ruxia. Tras la primera batalla se pacta una tregua, durante la cual se realizan combates singulares. Acabada la tregua comienza la batalla final, los griegos son los vencedores. Después de enterrar los muertos se hacen las paces. Comienza la segunda parte con los amores de Archisidea y el ofrecimiento de mano de Sinestasia a Rogel, quien la rechaza, por lo que ella produce una aventura. Se preparan las bodas de los príncipes, pero una gran tormenta separa a las princesas casaderas de los príncipes. Cada grupo corre sus aventuras. Todos los príncipes prueban de uno en uno la aventura de los Cuidados de los Descuidos de los Cerrados de Sinestasia. Aquí luchan Amadís de Grecia y Rogel sin conocerse, y para curarse parten a Constantinopla. Rogel viaja a Oriente para ver a Archisidea, para ello se disfraza de Archileo; quien, tras cantar versos y representar una bucólica, marcha a preparar la boda. De vuelta, se casan secretamente y marchan a Constantinopla. Después de diversas aventuras, los príncipes y las princesas llegan a Constantinopla a celebrar sus bodas: Rogel y Archisidea, Agesilao y Diana, Susiana y Sinestasia... Después de celebrar fiestas y torneos, todos parten a sus reinos. Rogel es padre de Felismarte de Grecia.
La Segunda Celestina
La Segunda Celestina (Medina del Campo, 1534) tuvo 4 ediciones. Celestina no ha muerto, sino que Pármeno y Sempronio la han dejado por muerta y abandonado malherida; y ella decide fingir su muerte para vengarse de ellos. La Celestina busca socorro en casa de un arcediano amigo suyo al que le había hecho distintos favores, y allí se queda hasta recuperarse totalmente de sus heridas. Una vez restablecida, vuelve a la calle dando gracias a Dios por permitir su resurrección y su regreso al mundo de los vivos. Resuelta a enderezar su vida pecaminosa, decide ayudar a hacer lo mismo con los demás personajes. Por esta razón es por lo que Celestina media en ayuda de los amores de los protagonistas, Felides y Polandria. El cambio deliberado en las normas de comportamiento tanto de Celestina como de los amantes, debido a la nefasta experiencia pasada con final trágico de los amantes (Calisto y Melibea), hace que estos amores tengan final feliz. Además se nos presenta hasta un número de diez parejas más con sus propias aventuras amorosas.
Bibliografía
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Feliciano de Silva y los antecedentes de la novela pastoril en sus libros de cavallerías, Chapel Hill, 1976.
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Silva, Feliciano de, Segunda Celestina, ed. de Consolación Baranda, Madrid, 1988.
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