

Sergio, San (¿-304).
Después de renunciar al cargo de magistrado del imperio romano que ocupaba hasta entonces, Sergio se retiró a vivir la vida monacal. Su santidad alcanzó gran prestigio y consiguió alcanzar tal influencia entre las gentes, que hizo que se fuera desplomando, junto con sus ídolos, el paganismo de Capadocia. Pero algunos enemigos del Evangelio apresaron a Sergio, el cual fue decapitado en Cesarea, el 24 de febrero del año 304, fecha en la que se la conmemora litúrgicamente.