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LiteraturaBiografía

Scudéry, Georges de (1598-1667).

Poeta, narrador y dramaturgo, nacido en Le Havre en 1598 y fallecido en París el 14 de mayo de 1667. Era hermano mayor de la escritora Madeleine de Scudéry (1607-1701), con la que colaboró en la redacción de varias novelas y a la que prestó su propio nombre para que diera a conocer las narraciones que ella había escrito en solitario. Más que por los méritos artísticos de su obra de ficción -no más relevante que la de cualquier autor secundario de su tiempo-, es recordado en la actualidad por el destacado protagonismo que cobró en el segundo lustro de la década de los años treinta, cuando se convirtió en uno de los más enconados polemistas enzarzados en la denominada "querelle du Cid", suscitada en los foros y mentideros teatrales de la Francia barroca a raíz del estreno de la obra de Pierre Corneille (1609-1684) titulada Le Cid (El Cid, 1637). Scudéry, defensor a ultranza de las reglas aristotélicas y partidario, por ende, de una escritura teatral clasicista tributaria de los modelos formales de la Antigüedad clásica grecolatina, rechazaba las innovaciones técnicas y genéricas propuestas por Corneille -quien, a pesar de estas censuras de los eruditos, ganó de inmediato el favor del público de pie- y llegó a significarse como el principal detractor de la obra maestra del dramaturgo de Ruán, contra la que escribió un airado panfleto titulado Obsevations sur Le Cid (Observaciones sobre El Cid). En esta obra, además de mostrar su enojo por los defectos técnicos que achacaba al teatro de Corneille, Scudéry se escandalizaba por la inmoralidad del argumento y los personajes trazados por su rival (en especial, por la actitud de doña Jimena, a la que tildaba de "monstruo", "impúdica" e "hija desnaturalizada"). El relieve que adquirió en esta "querelle du Cid" -denominada también "querelle des anciens et des modernes" ("disputa de los antiguos y los modernos")- dio pie a que Voltaire (1694-1778) dijera, a propósito de él, la siguiente frase lapidaria: "Son nom est plus connu que ses ouvrages" ("Su nombre es más conocido que sus obras").

Nacido en el seno de una familia originaria de Provenza, recibió desde niño una sólida formación humanística que le permitió desarrollar su innata vocación literaria, orientada primero hacia el campo de la poesía. Se dio a conocer como poeta por medio de una célebre oda que compuso en honor del gran maestro de los poetas "libertinos" Théophile de Viau (1590-1626), autor al que quiso emular en los primeros compases de su trayectoria lírica, caracterizados por su acentuado gusto barroco. Además, sus versos primerizos acusan la influencia de su compatriota Honoré d'Urfé (1567-1625) y del gran manierista italiano Giambattista Marino (1569-1625). Posteriormente, a medida que se iba despertando en él ese gusto por el legado de los clásicos grecolatinos, su poesía fue evolucionando hacia una delicada descripción paisajista que puede calificarse -avant la lettre- de prerromántica. Autor de una extensa producción lírica en la que pueden contarse entre diez mil y doce mil versos, su obra más recordada en nuestro tiempo es el poema épico Alaric ou Rome vaincue (Alarico o Roma vencida, 1654), en el que hizo gala de haber alcanzado un refinado virtuosismo en el empleo del lenguaje y los recursos poéticos propios de esta tendencia clasicista de los "modernos" (opuesta al espíritu barroco de los "antiguos" como Corneille).

Georges de Scudéry, que había llegado a París en calidad de oficial del fuerte de Nôtre-Dame de la Garde (en el que llegó a alcanzar el cargo de gobernador), fue uno de los contertulios asiduos del celebérrimo salón literario del Hôtel de Rambouillet, sostenido por el exquisito refinamiento de su anfitriona, Catherine Vivonne (1588-1665). Allí fue donde comenzó a significarse por sus críticas a Le Cid de Corneille, obra que, por lo demás, extendía entre el público parisino unos gustos teatrales del todo ajenos a esa poética aristotélica a la que se plegaban escrupulosamente las tragedias y tragicomedias de Georges de Scudéry. Entre las piezas teatrales más destacadas de su producción -algunas de las cuales le otorgaron un relevante prestigio literario en su tiempo-, cabe recordar aquí las tituladas La comédie des comédiens (La comedia de los comediantes, 1633) -extraordinario testimonio para el estudio de la historia del teatro francés-, La mort de César (La muerte de César, 1635) y L'amour tyramnique (El amor tiránico, 1638).

Reconocido, en fin, como un destacado personaje en el panorama literario de la Francia de mediados del siglo XVII, fue elegido miembro de número de la Académie Française en 1650, en sustitución del recientemente desaparecido Claude Favre de Vaugelas.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.