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LiteraturaGeografíaFísicaBiografía

Santa Cruz, Alonso (1505-1567).

Navegante y cosmógrafo español, nacido en Sevilla en 1505 y muerto en 1567.

Hijo de Francisco de Santa Cruz y María de Villalpando, Alonso tuvo, según los archivos, un hermano y una hermana. Nacido en un ambiente acomodado, adquirió una educación completa, tanto en las ciencias de su época como en los clásicos, en historia y en literatura contemporánea. Su época de estudiante no está documentada. Su padre, activo armador de barcos para viajes de Ultramar, tuvo el título de alcalde del Alcázar de Sevilla, lo que le autorizaba a residir allí. La proximidad del Alcázar a la Casa de Contratación le debió procurar un conocimiento íntimo de lo que sucedía en el puerto, lo que posibilitó al joven Alonso un contacto frecuente con los hombres de mar. Las noticias de los nuevos mundos más allá del océano intrigaba al muchacho y, a los veinte años, se las arregló para apuntarse como tesorero y tenedor de libros al viaje de Sebastián Cabot. La misión de esta expedición consistía en encontrar una ruta más corta hacia el Pacífico, en busca de Ofir y Tarsis. En este viaje, que duró desde 1526 hasta 1530, Santa Cruz trabó buen conocimiento de la costa sudamericana y, navegando a lo largo del golfo de México, aprendió a enfrentarse con problemas náuticos en condiciones adversas. Mostró pericia en la construcción de instrumentos y cartas marinas y regresó a casa convertido en un experimentado cosmógrafo. Durante el viaje, Sebastián Cabot se convirtió en su enemigo, pero las noticias de sus aptitudes le granjearon importantes amigos. Fue enviado a formar parte de la junta de expertos reunida para preparar otro viaje de exploración, junto con Hernando Colón, Francisco Faleiro y Cabot; colaboró con el diseño de instrumentos y mapas en los preparativos de dicho viaje, que debía dirigir Gaspar Revelo y que no llegó a realizar nunca. Después de las deliberaciones, sin embargo, Santa Cruz estuvo considerado siempre entre los primeros cuando el Consejo de Indias necesitaba expertos en náutica. En 1536 fue comisionado para diseñar un mapa patrón o "Patrón real". En 1537 y 1539, según él mismo cuenta, estuvo en la Corte, donde conservó con el emperador sobre materias de filosofía, astronomía y cosmografía; alivió, en 1539, las horas del monarca, que sufría de gota. En la Corte ganó no sólo prestigio y fama, sino también un nombramiento real de tipo administrativo, cuya renta se le pagó, sin embargo, irregularmente, por lo que Santa Cruz, a lo largo de su vida, tuvo que reclamar los pagos que se le debían. A partir de 1540 parece que se apartó de la Corte, ya que se conservan noticias de sus viajes. En su visita a Lisboa estuvo en relación con Joäo de Castro, cartógrafo y cosmógrafo de vasta experiencia en las Indias orientales, autor del famoso Roteiro del Mar Rojo y el Océano Índico, quien se comportó de modo sumamente abierto, dándole incluso algunos de sus mapas. Durante la década de los cuarenta, Santa Cruz trabajó como historiador: escribió una crónica de los Reyes Católicos (1490-1516) y otra del emperador Carlos I, que llega hasta 1551. Existe también un informe que indica que Santa Cruz trabajó en una colección de mapas de todas las naciones europeas, en un libro de astrología y sobre varios instrumentos. Pidió que se le asignase una residencia en el Alcázar de Sevilla, posiblemente tanto en recuerdo de sus felices años infantiles, como porque se encontraba enfermo y, sin duda, debido al coste cada vez más elevado de los alquileres en la ciudad. En 1554 fue llamado a la Corte para formar parte de la junta que debía examinar un instrumento ofrecido por Petrus Apianus para solucionar el problema de hallar la longitud en el mar; Santa Cruz probó que dicho instrumento era similar a uno diseñado por él mismo. Instruyó al joven príncipe Felipe, heredero de Carlos I, en filosofía moral, escribiendo un ABCdario virtuoso y construyendo astrolabios, cuadrantes y brújulas para él. A pesar de los muchos memoriales y servicios que ofreció gratuitamente al Consejo de Indias, no hizo ninguna gestión para obtener un nombramiento en dicha institución. En 1563 le fue concedida una pensión anual por el rey que le permitía vivir sin empleo en Sevilla; no obstante, en 1566 redactó un detallado informe acerca de la situación geográfica de las Molucas, como miembro de la junta convocada a este propósito. Dejó una inapreciable colección de trabajos, un inventario de los cuales se conserva. En 1572, pocos años después de su muerte, sus bienes se pusieron a disposición del cosmógrafo mayor del Consejo de Indias, Juan López de Velasco y, desde entonces, se han perdido en su mayor parte.
La producción científica de Santa Cruz que se conserva consiste en mapas, cartas de marear y textos. Hay 218 piezas cartográficas que constituyen una incomparable obra en lo que se refiere a la representación de los territorios entonces recién descubiertos, el número y la novedad de las proyecciones en ellas utilizadas y la variedad temática, que abarca desde mapas de ciudades (el más famoso es el de la ciudad de México, como las primeras ilustraciones de costumbres populares y otros aspectos) hasta colecciones completas, como la de "todas las naciones europeas". Su Islario general, del que se conservan cuatro manuscritos, ha sido publicado en 1918 (en tamaño reducido) a partir del ejemplar de Madrid. Contiene textos y mapas, una exposición sobre la esfera, métodos para averiguar la longitud, dibujos de la rosa de los vientos y algunos datos de astronomía náutica. Su Libro de las longitudes, publicado en 1921, analiza los métodos para determinar la longitud que habían sido y eran entonces usuales entre los navegantes. Son de especial interés los dos consistentes en fijar la posición por medio de eclipses y por la variación de la brújula. Su indicación final de que sólo medidas exactas del tiempo podían resolver el problema, anticipó la solución que la tecnología no pudo proporcionar antes del cronómetro de Harrison. Hay noticias de trabajos de Santa Cruz sobre bombas de agua y sobre un molino de grano para ser usado a bordo de un barco, pero no se han conservado; también se ha encontrado ningún instrumento de los que se sabe que fueron realizados por él.
La principal contribución de Santa Cruz es su trazado geométrico de los mapas, precedente de las soluciones de Mercator un cuarto de siglo después. El problema residía en cómo proyectar una superficie esférica sobre una carta plana, con las latitudes y longitudes dispuestas de modo que la trayectoria de un barco navegando con rumbo fijo estuviera representada en la carta por una línea recta que formase ángulos constantes con los meridianos. Las cartas de la época no tenían en cuenta ni la convergencia de los meridianos ni la declinación magnética, la cual, a través de los océanos, había resultado ser diferente de la grosera corrección constante utilizada por los navegantes europeos. Santa Cruz inventó un método empírico de trazado de mapas, según el cual la líneas de rumbo rectas eran verdaderas y los meridianos seguían siendo rectas paralelas. Cortó la esfera a lo largo de los meridianos, de lo que resultó un mapa en forma de huso. En este tipo de mapa se conservan varios ejemplares. Seguidamente, con dos compases, determinó empíricamente la distancia de los espacios entre meridianos obteniendo "la distancia verdadera de cada grado, reduciendo la distancia que queda a las leguas de línea mayor". Este texto se ha interpretado como un intento de reducir los arcos de paralelo a arcos de ecuador por el método gráfico, lo que respondería al principio de que la convergencia de los meridianos es proporcional a la secante (1/cos) de la latitud. El error proporcional introducido en el espaciamiento de las latitudes a partir del ecuador, la latitud norte-sur y la longitud este-oeste, depende de cada punto. De este modo, las líneas de rumbo dibujadas con una regla son correctas, aunque ya Pedro Nunes había señalado que en la esfera son líneas espirales. La técnica de Mercator y de Santa Cruz y otras especulaciones teóricas anteriores no fueron asimiladas hasta la obra de Edward Wright. La forma todavía discutida de cómo desarrolló Santa Cruz su método no empaña su condición de precursor de la proyección de Mercator en cartografía náutica.

Bibliografía

Fuentes

CARRIAZO Y ARROQUIA, J. de M. [dir]: Crónica de los Reyes Católicos. 2 vols., Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1951.
Crónica del Emperador Carlos V, 5 vols. Madrid: Real Academia de la Historia, 1920-1922.
BLÁZQUEZ Y DELGADO-AGUILERA, Antonio: Libro de las longitudes y manera que hasta agora se ha tenido en el arte de navegar. Sevilla, 1921.
"Islario General de Santa Cruz", Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 40 (1918), 7-88, 231-264, 283-292, 492-516; 41 (1919), 69-128, 217-288, 437-480, 504-728. II.

Estudios

MEDINA, José Toribio: El veneciano Sebastián Caboto al servicio de España [2 vols]. Santiago de Chile: Universidad, 1908.
BLÁZQUEZ Y DELGADO-AGUILERA, Antonio de [rev Manuel de Saralequi y Medina]: "Alonso de Santa Cruz, inventor de las cartas esféricas de navegación", Boletín de la Real Academia de la Historia, 66 (1915), 138-141.
DAHLGREN, E. W.: Map of the World by the Spanish Cosmographer Alonzo de Santa Cruz, 1542. Stockholm: Staff-General, 1892.
WIESER, Franz von: Die Karten von Amerika in dem Islario general des Alonso de Santa Cruz, Cosmógrafo Mayor des Kaisers Karl V. Innsbruck: Wagnerische Universitäis- Buch-handlung, 1908.
PAZ Y MELIÁ, Antonio: "Los cosmógrafos Alonso de Santa Cruz y Andrés García de Céspedes: una superchería en favor del último", Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 21 (1909), 315-320.

Ursula LAMB.

Autor

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