


Ruiz del Cerro, Manuel (ca. 1799-?).
Impresor y agente español nacido hacia el 1799, del que se desconocen los datos referentes a lugar de nacimiento y lugar y fecha de muerte.
Pariente, probablemente hijo, del boticario Castor Ruiz del Cerro, fue impresor, cajista de la imprenta de la calle de Juanelo, y después regente de la de Alejo López García, es decir, la del Zurriago, casado con Manuela López.
El 2 de febrero de 1822 fue procesado y reducido a prisión, defendido de turno por Mauricio José de los Martínez, y condenado el día 23 por el juez Ángel Fernández de los Ríos a tres meses de prisión y 1500 reales de multa. Pero se halla enfermo del pecho - ya tuvo anteriormente ataques de hemoptisis -y el librero José Esparza paga la fianza requerida. Ha estrenado la comedia El divorcio por amor, cuyo empresario fue Alejandro Oliván.
En 1823, al acercarse los realistas a Madrid, se fue a la Mancha con su imprenta y se presentó al Locho, quien le admitió entre los suyos, pero no pudo impedir su detención. Llevado a Madrid, habría sido ahorcado, si no hubiera hecho promesa a Narciso de Herediade delatar masones y comuneros. El 12 de agosto de 1824 es interrogado sobre El Zurriago, y sus declaraciones han sido esenciales para reconstruir la vida de este periódico.
Sirvió en la Junta reservada de Estado, que se reunía bajo la presidencia de Mariano Rufino González, superintendente general de policía, en el convento de la Trinidad. Se introduce en los Numantinos, y denuncia a Espronceda, Ventura de la Vega, Tejedor, Arroyal, Patricio de la Escosura y N. Lerma, los cuales fueron encarcelados el 28 de enero de 1828.
Cuando Juan José Recacho sucede a González al mando de la policía, se convierte en pieza clave de la nueva organización policíaca, con su nombre o con el anagrama de Manuel Cerezo. En julio y agosto de 1825 vigila la conspiración ultraabsolutista o ya carlista, cuyos planes descubre.
Ejerce, pues, de agente doble, y va a continuar así después de la caída de Recacho: a finales del año forma parte de la nueva policía que el nuevo ministro, Duque del Infantado, quiere crear y al mismo tiempo avisa a Recacho de los propósitos del duque. En 1827 Calomarde acaba con Recacho y los suyos, y es enviado a las Baleares. A los pocos meses consigue escapar y se presenta en París.
En agosto de 1828 se presenta ante el embajador español, Ofalia, es decir Narciso de Heredia, su antiguo protector, a quien ofrece ahora vigilar a los liberales emigrados. Compagina esta función, con un modesto puesto en la policía secreta de Polignac, el ministro francés. Tiene también una fonda o casa de comidas. Tras la revolución de julio, tiene que abandonar su pequeño negocio y no le queda más que la recomendación del embajador, para que se le restituya su antiguo sueldo. Regresa con la amnistía, y en agosto de 1836 figura como subdelegado de policía de Madrid. Poco después, caído el gobierno, tiene que huir, y se ocupan papeles comprometedores. El Eco del comercio revela algunos de estos papeles, Ruiz contesta en El Español, y El Eco insiste revelando el pasado agitado del personaje. En fecha tardía publica el folleto Vicios de la teoría de los gobiernos republicanos y de los mixtos desde la más remota antigüedad (Madrid, 1850). No se conoce el resto de su vida.
Bibliografía
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Eco del Comercio, ns. 834, 842 y 848, 11, 19 y 25 de agosto de 1836.
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FUENTES ARAGONÉS, Juan Francisco: "Manuel Ruiz del Cerro: impresor liberal, agente absolutista". La Prensa en la revolución liberal. Madrid, 1983. p. 363-372.
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GIL NOVALES, Alberto: Las Sociedades patrióticas. Barcelona: Tecnos, 1975.
A. GIL NOVALES.