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FilosofíaLiteraturaBiografía

Ruiz de Santayana y Borrás, Jorge (1863-1952).

Filósofo y poeta español, nacido en Madrid el 16 de diciembre de 1863 y fallecido en Roma el 26 de septiembre de 1952. Incorporado a la cultura anglosajona, Santayana pasó la mayor parte de su vida en Estados Unidos y escribió sus obras en inglés. Sin embargo, mantuvo siempre su nacionalidad española.

Realizó sus estudios en la Universidad de Harvard con J. Royce y W. James, y en Berlín con F. Paulsen y P. Deussen. Enseñó en Harvard hasta 1912; a partir de este año vivió en Inglaterra, Francia, España e Italia. En su amplísima producción pueden distinguirse dos momentos diferentes de su pensamiento, correspondientes a su estancia en América y en Europa. Entre las obras del primer periodo se cuentan: El sentido de la belleza (1896), Interpretaciones de poesía y religión (1900), La vida de la razón (cinco vols., 1905-06) y Tres poetas filósofos: Lucrecio, Dante y Goethe (1910). Al segundo periodo pertenecen: El egotismo en la filosofía alemana (1916), Carácter y opinión en los Estados Unidos (1920), El platonismo y la vida espiritual (1927), Momentos cruciales en el pensamiento filosófico moderno (1933), Soliloquios en Inglaterra (1922), Diálogos en el Limbo (1925-26), Personas y lugares (tres vols. autobiográficos, 1942), Los reinos del ser (cuatro vols., 1928-40) y La idea de Cristo en los evangelios (1946).

Hombre cultivado y refinadísimo, Santayana, aunque figura entre los más destacados representantes del realismo filosófico, no es precisamente un pensador sistemático, sino más bien un sembrador de sugerencias. Como base de su pensamiento, con respecto a la naturaleza, se encuentra la distinción platónica entre existencia y esencia. La existencia es el mundo de la naturaleza, incluidos los fenómenos psíquicos, en cuanto lugar de acontecimientos espacio-temporales. Las esencias, en cambio, constituyen el reino infinito de las ideas puras. Las esencias son inmutables, eternas, puramente individuales, pero es imposible probar su existencia. El conocimiento, al aspirar a la verdad racional, encarna un ideal práctico y activo. Pero independientemente de él se sitúa la contemplación, que es la vida del espíritu. En esa contemplación se revelan las esencias como "valores", separados de toda contingencia existencial. Es en esta dimensión donde el poeta y el místico llegan a la visión de las puras cualidades estéticas y morales. La contemplación implica la superación de todo interés y pasión vital y también la aceptación de la muerte. El prototipo del contemplativo es Cristo. Aunque Santayana se declara materialista y ateo, sigue, sin embargo, las huellas de la filosofía espiritual oriental, e incluso la imagen evangélica de Cristo.

En política se enfrentó tanto al capitalismo como al comunismo, y a todas las formas de opresión de la libertad individual. La moral y la religión responden a una necesidad colectiva y particular: armonizar y amparar la sociedad y al individuo. La religión se reduce para Santayana a una bella invención, a un mensaje cautivador, por lo que tiene de sedante y consolador, pero no puede garantizar la vida eterna, porque "no existe nada inmortal".

Autor

  • CCG.