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PolíticaBiografía

Rozhdestvenski, Zinovi Petrovich (1848-1909)

Almirante ruso nacido en San Petersburgo en 1848, ciudad donde también falleció en 1909, a la edad de 61 años. Ingresó en el ejército naval cuando tan sólo tenía 17 años. Se distinguió en la guerra Ruso Turca (1877-78), pero fue mando militar en una de las batallas más desastrosas para la marina soviética en la Guerra contra los japoneses librada entre 1904 y 1905 (véase Guerra Ruso-japonesa).

Fue jefe del Estado mayor de la Escuadra Rusa del Báltico cuando se desencadenó la guerra contra los japoneses. Cuando dirigía su flota hacia Asia Oriental, en el Mar del Norte se topó con unos pesqueros de Hull a los que lanzó un inoportuno ataque. En mayo de 1905, en la batalla de Tsushima, la flota báltica rusa de Rozhdestvenski fue sorprendida por los japoneses y sufrió una abrumadora derrota tras haber permanecido en el mar durante seis meses. Los japoneses, que actuaban bajo las órdenes del almirante Togo, fueron los primeros en usar la radio naval en una batalla. Sólo escaparon del desastre unas pocas naves que consiguieron atracar en puertos neutrales; otros con mejor suerte llegaron a su destino (Vladivostok). Varios buques del ejército ruso y cerca unos ocho mil marineros fueron capturados. El 19 de mayo de 1905, Rozhdestvenski fue sustituido por el Almirante Birilev como comandante de las Fuerzas Rusas.

Esta derrota de la escuadra soviética, junto con otras en tierra firme, fueron suficientes para que los dirigentes soviéticos se dieran cuenta de que la guerra estaba perdida; accedieron entonces a casi todas las demandas exigidas por los japoneses; se llegó al armisticio en agosto de 1905, cuando tuvo lugar la firma del Tratado de paz en Portsmouth bajo la supervisión del presidente de los Estados Unidos Theodore Roosevelt.

La revisión del caso se realizó en 1906, un año después de la derrota. Un tribunal marcial investigó la actitud militar de Rozhdestvenski en el campo de batalla. Fue librado de toda culpa por considerarse que la derrota fue debida al mal estado de la armada rusa, y no a su incompetencia.

Autor

  • Raquel Utrero Follarat