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LiteraturaFilologíaBiografía

Rosa-Nieves, Cesáreo (1901-1974).

Poeta, narrador, dramaturgo, ensayista, filólogo y crítico literario puertorriqueño, nacido en 1901 y fallecido en 1974. Al margen de su valiosa obra creativa, por su ingente labor como estudioso y antólogo de las Letras puertorriqueña contemporáneas está considerado como una de las grandes figuras de la filología hispanoamericana del siglo XX.

Volcado desde muy temprana edad hacia el conocimiento de las disciplinas humanísticas y el cultivo de la creación literaria, cursó estudios superiores de Letras en la Universidad de Puerto Rico, donde tuvo por maestro a uno de los escritores y profesores más influyentes de la literatura antillana, Antonio S. Pedreira, quien se convirtió en el líder ideológico, el mentor artístico y el guía espiritual de toda la generación de jóvenes filólogos y escritores a la que pertenecía el joven Cesáreo. Sus extraordinarias dotes intelectuales, sumadas a su exquisita sensibilidad literaria, pronto le permitieron alcanzar el puesto de catedrático de Literatura española e hispanoamericana en la Universidad de Puerto Rico, desde donde se convirtió en uno de los protagonistas más señalados de la vida cultural, intelectual y artística de su país.

En efecto, Cesáreo Rosa-Nieves realizó una encomiable labor de recopilación, catalogación y síntesis de la literatura puertorriqueña, siempre dentro de los postulados estéticos e ideológicos de su generación, que pasaban necesariamente por la fijación y revalorización de la identidad cultural específica de la isla. El escritor y catedrático contribuyó decisivamente a ello con numerosos inventarios y antologías de las Letras antillanos, así como con la publicación de gran cantidad de estudios centrados en las obras de algunos autores concretos. Entre estos trabajos, resulta obligado recordar los titulados Francisco de Ayerra Santa María, poeta puertorriqueño: 1630-1708 (San Juan: Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, 1948); Aguinaldo lírico de poesía puertorriqueña (Madrid: Campos, 1957); La lámpara del faro: variaciones críticas sobre temas puertorriqueños (San Juan: Club de la Prensa, 1957); Tierra y lamento: rodeos de contorno para una telúrica interpretación poética de lo puertorriqueño (San Juan: Club de la Prensa, 1958); La poesía en Puerto Rico: Historia de los temas poéticos en la literatura puertorriqueña (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1958); Plumas estelares de las letras de Puerto Rico (San Juan: Ediciones de la Universidad de Puerto Rico, 1967); Voz folklórica de Puerto Rico (Sharon [Connecticut, U.S.A.]: Troutman Press, 1967); y El costumbrismo literario en la prosa de Puerto Rico (San Juan: Cordillera, 1971). A todas estas obras hay que sumar su aportación monumental al conocimiento histórico de la literatura de su patria, publicada en dos volúmenes bajo el título de Historia panorámica de la literatura puertorriqueña (1589-1959) (San Juan, 1963).

En su condición de poeta, Cesáreo Rosa-Nieves dio sus primeros pasos adscrito al noísmo, un movimiento vanguardista surgido en Puerto Rico a mediados de los años veinte (1925-1927), en el que figuraban como líderes algunos autores de la talla de Luis y Vicente Palés Matos. Posteriormente, el propio Rosa-Nieves creó una nueva corriente lírica, específicamente puertorriqueña, que, bajo el nombre de ensueñismo, acogió a algunos de los mejores poetas antillanos de la segunda mitad del siglo XX, como Félix Franco Oppenheimer. El ensueñismo fue un movimiento autóctono de las Letras de Puerto Rico, que tenía como principal misión aislar las claves de lo puertorriqueño y configurar así una identidad cultural propia que, por medio de un tratamiento poético basado en el ritmo y la musicalidad, pudiera alcanzar proyección universal. En refuerzo de sus postulados teóricos, Cesáreo Rosa-Nieves dio a la imprenta dos poemarios en los que llevaba a la práctica sus propuestas: Urdumbre (1953), Solumbra (1955) y Borinquen (1956).

En general, toda su obra -y no sólo la ensueñista propiamente dicha- se caracteriza por un desmesurado amor hacia su pueblo y la idiosincrasia de sus habitantes, amor que llevó a Cesáreo Rosa-Nieves (como a tantos otros creadores de su generación) a indagar en lo autóctono de la isla, dentro de un amplio abanico de posibilidades temáticas que abarcan desde el folklore a la historia local, pasando por la poesía criollista y todos los episodios y personajes nacionales de cierta relevancia. De ello quedó constancia en su dedicación al género dramático, al que aportó varias piezas teatrales centradas en las figuras más relevantes del país (como Pachín Marín, Román Baldorioty de Castro o Brazo de Oro), si bien es justo reconocer que, en esta faceta de dramaturgo, no rayó a la misma altura que alcanzara con sus versos y sus ensayos.

Lo mismo le ocurrió con su producción narrativa, constituida por las novelas El mar bajó de la montaña (1963), Mañana será la esperanza (1964) y El sol pintó de oro los bohíos (1965), así como por su recopilación de relatos presentada bajo el título de Mi vocación por el véspero (1965). En todos estos escritos narrativos asoma el Cesáreo Rosa-Nieves más volcado hacia los temas y personajes folclóricos y nativistas, es decir, el mismo autor que se interesara vivamente por la poesía criollista en su libro de versos titulado Diapasón (1960).

Bibliografía

  • FIGUEROA DE CIFREDO, Patria. Apuntes biográficos en torno a la vida y obra de Cesáreo Rosa-Nieves (San Juan: Cordillera, 1971), 2 vols.

J. R. Fernández de Cano

Autor

  • JR