Romano II, Emperador de Bizancio (939-963).
Emperador romano de Bizancio (959-63). Nació en Constantinopla, el año 939, y murió envenenado por su propia mujer, Teófano, el 15 de marzo del año 963, en la misma ciudad. Hijo de Constantino VII Porfirogéneta, fue casado, en el año 944, por el entonces emperador Romano I con la princesa Berta, hija de Hugo de Provenza. Pero tras la muerte prematura de ésta, Romano se desposó con Teófano, la cual ejerció una gran influencia sobre el futuro emperador, de carácter pusilánime e incapaz para las tareas políticas.
Con la vuelta al trono de su padre, Constantino VII, el joven Romano fue designado coemperador, el 6 de abril del año 945, tal como ya era costumbre entre los emperadores bizantinos de la época. El 9 de noviembre del año 959 murió Constantino VII. Acto seguido se proclamó como emperador Romano II. Debido a su manifiesta inutilidad política y militar, Romano II optó por abandonar las tareas efectivas del gobierno en manos de hombres de su confianza, mientras él se dedicaba a sus múltiples diversiones palaciegas. No obstante, Romano II supo elegir acertadamente a sus hombres y colaboradores más directos. Mantuvo en sus puestos a dos de los colaboradores más aptos del reinado de padre, Teodoro de Decápolis y Nicéforo Focas; este último a cargo de los ejércitos imperiales. Para los asuntos administrativos y de palacio, Romano II colocó al eunuco Joseph Bringas, fiel servidor y culto jurista. Su ambiciosa mujer también contribuyó decisivamente en las tareas directas de gobierno, todo ello con la total aquiescencia de Romano II, más preocupado por los asuntos mundanos.
En líneas generales, la política bizantina bajo el reinado de Romano II fue una continuación perfecta de la adoptada bajo el reinado de su padre Constantino VII. Romano II favoreció sobremanera la compra y adquisición de tierras de cultivo por parte de los grandes señores propietarios y de soldados de alta graduación, en claro detrimento de los pequeños propietarios, los cuales fueron obligados a desprenderse paulatinamente de sus tierras, vendiéndolas a precios muy por debajo de su valor real, todo ello para poder hacer frente a las cada vez más numerosas deudas fiscales que impuso el Estado. Como jefe supremo de los ejércitos bizantinos, Nicéforo Focas emprendió una gran campaña militar, entre los años 960-61, contra el califa abbasí, cuyo resultado fue la reconquista del importante enclave político-comercial de Creta, lo que afianzó la posición mercantil de Bizancio en el Mediterráneo, hasta la fecha dominada totalmente por los árabes. Seguidamente llevó a cabo un duro asedio contra la ciudad de Aleppo, pero sin resultado positivo alguno.
Romano II, apartado y escondido en su jaula de oro palaciega, acabó siendo un obstáculo importante para las ambiciones y proyectos de su esposa Teófano, así como para su brillante general Nicéforo Focas, que aspiraba a ceñir la corona imperial. Ambos personajes decidieron eliminar al emperador títere. Una vez muerto Romano II, Nicéforo Focas se casó con Teófano, tras lo cual fue coronado emperador, con el nombre de Nicéforo II.
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CHG.