Roldán, Pedro (1624-1670).
Escultor español, nacido en Antequera en 1624, que desarrolla su actividad en la zona sevillana. Es uno de los introductores del pleno Barroco, con formas italianas en la imaginería española. Inicia su actividad formándose en Granada en el taller de Alonso Mena, donde se encuentra desde 1638 hasta 1646, año en que se traslada a Sevilla, ciudad donde establece su propio taller en el barrio de San Marcos.
Tuvo desde un principio un gran éxito lo que supuso multitud de encargos, no solo como escultor de retablos, sino como pintor de esculturas, arquitecturas, y por supuesto como imaginero.
En Sevilla realiza sus principales obras: en 1652, el retablo de la iglesia de Santa Ana de Montilla; en 1666, retablo del Descendimiento de las Vizcaínas, para la iglesia de San Francisco; y el Retablo del Entierro de Cristo del Hospital de la Caridad, iniciado en 1671, y que ha sido considerado su obra maestra. En su estructura introduce los modelos italianos, con un orden de columnas salomónicas sin división en pisos y calles y con una única hornacina que recoge un grupo escultórico central, el Entierro de Cristo, flanqueado por las efigies de San Roque y San Jorge. En él los tipos humanos aún recuerdan a los de Montañés, pero la disposición, la movilidad de los conjuntos, la vivacidad de las figuras y el sentido teatral y dramático de las escenas son totalmente nuevas y están perfectamente conectadas con el pleno Barroco de tendencia italianizante. Tiene un estilo personal caracterizado por la elegancia y la libertad de las formas.
En 1668, después de largos años de ingente trabajo y progresiva mejora de su situación, tanto económica como social, estableció un gran taller, el mejor de Andalucía Occidental. Entre 1675 y 1684 viajó por Andalucía para llevar a cabo importantes encargos, que han dejado en diversos puntos de la geografía andaluza el testimonio de su ingenio. En la provincia de Cádiz estuvo en Jerez, Puerto de Santa María, Villamartín, Cádiz, y en Medina Sidonia. Es muy probable que le acompañaran en estos viajes algunos colaboradores; su sobrino Julián Roldán, o sus yernos, Matías Brunenque, José Felipe Duque-Cornejo o sus hijos Marcelino y Pedro que ya intervenían en las tareas del maestro.
Posteriormente, en 1675, esculpe varios relieves y figuras para la fachada de la catedral de Jaén. A partir de entonces, su obra acusa un predominio de la ejecución de taller, con una repetición de tipos de menor calidad artística, con excepción del Cristo de la Expiración de Écija y el Cristo del paso del Descendimiento de Sevilla, que son de su propia mano.
Fue padre de la importante escultora Luisa Roldán, apodada la Roldana, que actuó también en el área sevillana.
Bibliografía
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BERNALES BALLESTEROS, J.: Pedro Roldán. Sevilla, 1973.