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PinturaBiografía

Rodríguez Lozano, Manuel (1895-1971).

Pintor mejicano, nacido en Ciudad de México en 1895 y muerto en la misma ciudad en 1971. Con el propósito de estudiar pintura, viajó a París en 1914, donde se encontró con los pintores Matisse, Braque y Picasso, que influyeron en su pintura. A su regreso a México en 1921 fue nombrado profesor de diseño y participó en la reapertura de la Escuela al Aire libre de México. En 1940 se convirtió en el nuevo director de la Escuela de Artes Plásticas. A partir de 1942 intervino en numerosas exposiciones tanto de galerías privadas como oficiales. Fue maestro de Julios Castellanos, Abraham Ángel, Tebo y Nefero, entre otros.

Catalogado dentro de la contracorriente de la Escuela Mejicana de Pintura, Manuel Rodríguez Lozano fue uno de los primeros pintores en plantear una temática distinta de las representaciones pictóricas dominantes de su época, con un deseo de que la pintura no sólo expresara temas nacionalistas o costumbristas, sino que tuviera un discurso universal legible en cualquier parte del mundo.

En la obra de Manuel Rodríguez Lozano se pueden advertir tres etapas: la de los tipos mejicanos, la monumental y la blanca, surgidas de la necesidad de expresar determinados intereses plásticos y estados anímicos profundamente marcados por experiencias personales.
Así es como empezó a pintar con la idea preconcebida de expresar la vida y costumbres del pueblo mejicano, por esto procuró amalgamar en sus cuadros dos lenguajes: imágenes costumbristas, en las que marcó los rasgos característicos del mejicano y, posteriormente, dejó entrever las influencias recibidas con la figura humana como prototipo universal.

En lo que se refiere a la etapa monumental (1935-1939), ésta coincide con una propuesta iconográfica de gran interés. Aquí, Rodríguez Lozano realizó una serie de óleos de grandes dimensiones cuyo tema principal fueron los desnudos humanos, hechos con una voluntaria indefinición sexual que evidenciaba unos hermosos personajes pintados con pretensiones clasicistas.

Por su parte, las obras de la época blanca están cargadas de angustia, tristeza y soledad. En ellas se pueden ver hombres y mujeres que sufren por el abandono corporal y espiritual del ser humano, por la ausencia y por la muerte. Con estas figuras alargadas de un expresionismo desgarrador, representa personajes fantasmales convertidos en madre y mujer, amante de rasgos masculinos endurecidos por la pérdida del objeto más preciado de su amor. En este momento, Lozano cambió los tonos de sus cuadros y utilizó colores fríos, como el verde y el azul, para reflejar los problemas existenciales del ser humano, con un tinte muy emotivo, enmarcado en la vivencia personal.

Este pintor, que creó una atrevida corriente artística caracterizada por su extrema elegancia en el uso de las formas y el color, fue calificado por el escritor Octavio Paz como "artista incorruptible y hombre de rara y cáustica inteligencia".

Autor

  • Sánchez