Robinson, Betty (1911-VVVV).
Atleta estadounidense, nacida en Riverdale (Illinois) el 23 de agosto de 1911. Aparece en el libro de los récord como la primera atleta femenina de pista y campo que ganó una competición olímpica. Después de 32 años excluidas del deporte de la pista, las mujeres pudieron irrumpir en el atletismo en los Juegos de Amsterdam, aunque limitadas a cinco disciplinas: las carreras de 100 y de 800, los 4x100 relevos, el salto de altura y el lanzamiento de disco. Y fue Betty la que irrumpió con fuerza en aquel certamen adueñándose del espectáculo.
Fue descubierta por Charlie Price, el preparador adjunto de pista en la escuela secundaria de Thornton Township, de la vecina Harvey, que la vio iniciar una veloz carrera para no perder un tren. Después de cronometrarle en el corredor de la escuela y quedar impresionado, los meses siguientes fueron una cadena interminable de triunfos y récords que encontraron su culminación en los Juegos de Amsterdam de 1928. Con 16 años superó a las canadienses Fanny Rosenfeld y Ethel Smith, llevándose la medalla de oro en la modalidad de 100 metros. En los 4x100 relevos fue la cuarta relevista (honor reservado para el atleta más veloz) del equipo estadounidense, que se llevó la medalla de plata. Fue conocida a partir aquel momento como la primera "chica de oro" del atletismo.
Cuando Robinson regresó a los EE.UU., la empresa Quaker Oats le propuso que su fotografía adornara las cajas de cereales de la empresa. Se negó porque no quería perder su categoría de amateur. Lo que más deseaba en la vida era ganar otra medalla de oro en 1932. Pero la tragedia se lo impidió. La avioneta en la que viajaba con su primo a los mandos, se estrelló y Robinson sufrió profundos cortes en la cabeza, además de una pierna rota y un brazo aplastado, lo que la impidió competir en los Juegos de Los Ángeles. No podía doblar la pierna a la altura de la rodilla, y durante dos años no pudo caminar de forma natural. A pesar de permanecer alejada de las pistas durante ocho años, nunca abandonó su sueño de ganar otra medalla de oro.
En Berlín, en 1936, Robinson no consiguió recuperar su título en los 100, aunque integró el equipo de 4x100 relevos que incluía a la nueva campeona de los 100, Helen Stephens. Sin embargo, las favoritas eran las alemanas, poseedoras del récord mundial. Cuando a una de ellas se le cayó el testigo, Robinson, que salió antes que Helen Stephens, contribuyó a llevar al equipo norteamericano hacia la victoria. Fue la segunda medalla de oro que tanto anhelaba. A los 24 años, sin disciplinas que permitieran abrir nuevos horizontes para una estrella de las pistas, Robinson se retiró.