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LiteraturaCineBiografía

Robbe-Grillet, Alain (1922-VVVV).

Narrador, ensayista, director cinematográfico e ingeniero agrónomo francés, nacido en Brest en 1922. Por la importancia de sus aportaciones creativas y teóricas a la narrativa francesa contemporánea (especialmente, a la corriente denominada Nouveau roman), está considerado como uno de los grandes renovadores de la literatura universal. Además, brilló con singular maestría en el terreno de la creación cinematográfica, y desarrolló una fecunda labor crítica y ensayística que, durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX, le situó en el epicentro de la intelectualidad francesa.

Obra literaria

Sus primeros pasos vocacionales y profesionales se encauzaron por el sendero de la Ciencia, que le llevó a obtener el título de ingeniero agrónomo y a trabajar en diferentes organismos e instituciones que no guardaban relación alguna con el ámbito de las Letras, como el Institut de Statistique y el Institut des Fruits et Agrumes Coloniaux (1950-51). Sin embargo, la labor desempeñada en este último centro le obligó a realizar numerosos viajes por todo el mundo (Marruecos, Guinea, Guadalupe y Martinica), lo que a su vez le proporcionó una amplia experiencia vital que pronto habría de crearle la necesidad de ponerse a escribir.

Así las cosas, a comienzos de los años cincuenta irrumpió en el panorama literario francés con la novela titulada Les gommes (Las gomas, 1953), obra que causó una honda conmoción en críticos y lectores y situó a Alain Robbe-Grillet a la cabeza de esa nueva corriente literaria que, entre otras muchas innovaciones radicales, postulaba la necesidad de cambiar los planteamientos tradicionales de la novela, abandonar la introspección psicológica y la indagación en los sentimientos de los personajes, describir la realidad desde una óptica minuciosamente objetiva y, en suma, relativizar hasta extremos nunca conocidos la capacidad omnisciente y los juicios valorativos del narrador, para convertir el arte del relato en una especie de école du regard ("escuela de la mirada"). En opinión de Robbe-Grillet (y de otros autores que pronto se sumaron al nouveau roman, como Nathalie Sarraute, Maurice Blanchot, Claude Simon, Marguerite Duras y Michel Butor), la novela tradicional nunca llegó a ser -como pretendía- un espejo de la realidad, sino más bien una asimilación antropomórfica de todo cuanto rodea al narrador omnisciente, una visión humana -y humanista- del mundo, con la que deseaban romper estos escritores. Para ellos, la mera descripción de los objetos, en su mero estar allí donde estén (o, dicho de otro modo, en su pura dimensión óptica) tiene de por sí una profunda significación que no necesita de la interpretación humana del punto de vista del narrador omnisciente; de ahí que la corriente del nouveau roman se haya denominado también "literatura objetiva", puesto que concede al estatuto de objeto una importancia primordial -en casos extremos, diríase que única- sobre los restantes constituyentes de la novela. Y hasta tal punto llega el interés de estos narradores por la descripción exacta de los objetos, que el propio Robbe-Grillet afirma en uno de sus trabajos que «nada es más fantástico que la precisión».

Respecto al papel que desempaña el sujeto lector en esta nueva forma de concebir el hecho literario, Robbe-Grillet considera que los textos surgidos al amparo de la nouveau roman no se convierten en meras obras de consumo (entendido como tal el acto pasivo de lectura); muy al contrario, es el sujeto lector quien debe adentrarse por esa minuciosa y objetiva descripción de las cosas como quien se introduce en un laberinto, para recurrir entonces a su imaginación e intentar extraer algún sentido a la mera exposición óptica del objeto. Buena parte de estas consideraciones teóricas quedaron fijadas en cuatro lúcidos ensayos de Alain Robbe-Grillet, titulados Une voie pour le roman futur (Una vía para la novela futura, 1956), Nature, humanisme, tragédie (Naturaleza, humanismo y tragedia, 1958), Le nouveau roman (La nueva novela, 1962) y Pour un nouveau roman (Para una nueva novela, 1963). Asimismo, escribió de forma extensa al respecto en diferentes publicaciones especializadas (como Nouvelle Revue Française y France Observateur), así como en el célebre Dictionnaire de la littérature contemporaine, de P. de Boisdeffre.

Tras la publicación de Les gommes, el escritor de Brest dio a la imprenta otras muchas narraciones en las que fue intensificando los postulados iniciales del nouveau roman; entre ellas, resulta obligado recordar las tituladas Le voyeur (El mirón, 1955), La jalousie (Los celos, 1957), Dans le labyrinthe (En el laberinto, 1959), La maison de rendez-vous (La casa de las citas, 1965), Projet pour une révolution à New York (Proyecto para una revolución en Nueva York, 1970), Souvenirs du triangle d'or (Recuerdos del triángulo de oro, 1978), Topologie d'une cité fantôme 1981) y Djinn (1981); a todas estas narraciones hay que sumar su novela autobiográfica Le miroir qui revient (El espejo que vuelve, 1985), en la que Alain Robbe-Grillet expone sus ambiciones pasadas y sus antiguos compromisos socio-políticos, dentro de una línea confesional marcada por la trasparencia y la sinceridad. Superados los ochenta años de edad y tras casi dos décadas de silencio narrativo, el autor regresó a las librerias con su nueva novela; Reanudación.

Obra cinematográfica

En su faceta de creador cinematográfico, Robbe-Grillet procuró llevar a la gran pantalla los mismos postulados teóricos que gobernaban su poética narrativa literaria. Tras un primer comienzo exitoso como guionista de la película franco-italiana L'année dernière à Marienbad (El año pasado en Marienbad, 1961), rodada por el director galo Alain Resnai, escribió el guión y dirigió el rodaje de L'inmortelle (El inmortal, 1963). Posteriormente dirigió otros muchos largometrajes en los que el tono burlesco -cercano, a veces, al género del cómic- le sirve para poner en tela de juicio el montaje habitual de las películas y la sucesión lógica de secuencias, siempre dentro de una profunda revisión de las formas narrativas tradicionales. Gustó, además, Robbe-Grillet, en su condición de cineasta, de mezclar planos procedentes de diversas parcelas de la realidad, con lo que a veces es difícil discernir en su obra qué imágenes pertenecen al mundo real y cuáles proceden de la esfera de la imaginación o de los sueños. Además de los títulos ya reseñados, en su interesante filmografía se pueden espigar algunas cintas tan relevantes como Trans-Europa-Express (1966), L'homme qui ment (El hombre que miente, 1968), L'Eden et après (Más allá del edén, 1970) y Le jeu avec le feu (doblada al castellano bajo el título de Deslizamientos progresivos del placer, 1975).

J. R. Fernández de Cano

Autor

  • JR