Rivadavia, Bernardino (1780-1845).
Político argentino, nacido en Buenos Aires en 1780 y muerto en Cádiz en 1845. De padres españoles, estudió en el Colegio Real de San Carlos. Se casó con la hija del virrey Joaquín del Pino. Comerciante de éxito, pronto se incorporó a la Compañía de Voluntarios de Galicia que luchó contra la invasión inglesa. Su intervención en la Revolución de Mayo de 1810 que inició el proceso de emancipación del virreinato del Río de la Plata se hizo desde el lado patriota. Dentro del bando insurgente apoyó las ideas liberales de Mariano Moreno en contra de las posturas conservadoras de Cornelio de Saavedra. Al asumir el poder este último el 5 de abril de 1811, Rivadavia fue enviado a Europa a solicitar ayuda económica para consolidar la independencia argentina.
Al retornar a Buenos Aires ese mismo año fue nombrado Secretario de Guerra del Primer Triunvirato argentino (1811-1812). Desde ese cargo, influyó en la promulgación del estatuto que liberó al Triunvirato de la autoridad de la Junta Conservadora en la que estaban representados los delegados provinciales. Con ello inauguró una vocación centralista y de predominancia porteña que caracterizó su pensamiento y el de la futura corriente unitaria, lo que llevó a enfrentarse a los partidarios del federalismo. En 1814 el director supremo Gervasio Posadas le envió junto con Manuel Belgrano a Europa para conseguir una nueva ayuda económica, lo que le provocó verse involucrado en el proyecto fracasado de Manuel Sarratea de establecer en Buenos Aires una monarquía independiente con Francisco de Paula, hermano de Fernando VII, en el trono.
Desde 1814 hasta 1820 continuó en Europa realizando gestiones diplomáticas de apoyo a la independencia que resultaron improductivas. Al regresar a Buenos Aires en 1820, fue nombrado ministro por Martín Rodríguez, donde promovió un gobierno constitucional centralizado de acuerdo con las ideologías liberales europeas. Gracias a sus gestiones, Portugal, Brasil, Estados Unidos y Gran Bretaña reconocieron la independencia argentina, firmando con esta última un tratado de amistad, comercio y navegación. Dispuso la abolición del Cabildo de Buenos Aires al identificarle con los disturbios que amenazaban la estabilidad del gobierno y contribuyó a definir los límites de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Convocó en 1824 el Congreso Nacional Constituyente que redactó la Constitución de 1826 y le eligió presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Su gestión presidencial, calificada como unitaria y liberal, se caracterizó por intentar un avance en la secularización de la sociedad argentina al abolir varias órdenes monásticas, decretar la abolición de los fueros eclesiásticos especiales, suprimir los diezmos y trasladar la gestión de los cementerios a la jurisdicción civil. En el terreno político, amplió el derecho al voto a todos los varones mayores de 20 años, organizó el parlamento y los tribunales judiciales y garantizó la libertad de imprenta. Con créditos provenientes del capital británico se dedicó a fortalecer la economía argentina para lo que promovió la diversificación en la producción con el apoyo de técnicos contratados en Europa. Fundó la Universidad de Buenos Aires y estimuló la enseñanza de las nuevas doctrinas filosóficas y económicas liberales en el Colegio de San Carlos. Pero durante su gestión ocurrió también la guerra con el Brasil en 1825 provocada por el deseo de independencia de la Banda Oriental (que incluía al actual Uruguay). La guerra desgastó al gobierno y Rivadavia dispuso que el emisario Manuel José García negociara un acuerdo de paz. García se excedió en sus instrucciones y ello aumentó el desprestigio de Rivadavia entre la oposición, federal e incluso unitaria, aun a pesar de desautorizar éste la gestión de aquel. La independencia de Uruguay y la rebelión de la provincia de Buenos Aires contra la federalización de la ciudad del mismo nombre, provocaron en julio de 1827 la renuncia a la presidencia de Rivadavia. Retirado en su finca rural hasta 1829, se alejó completamente de la política al partir ese mismo año a Cádiz en un exilio voluntario. Regresó un breve tiempo a Buenos Aires en 1834 para hacer frente a las acusaciones de sus enemigos políticos y de nuevo partió al exilio. Sus restos fueron repatriados a Argentina en 1857 y fueron enterrados en el cementerio de La Recoleta.
Bibliografía
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WRIGHT S., Ione y NEKHOM P., Lisa. Diccionario Histórico Argentino. (Emecé Editores: Buenos Aires, 1978).
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DE SANTILLAN, Diego A., Gran Enciclopedia Argentina. (Ediar S.A. Editores: Buenos Aires, 1956).