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DeportesBiografía

Riva, Antonello (1962-VVVV).

Jugador de baloncesto, nacido el 28 de febrero de 1962 en Rovagnate, Como (Italia). Excelente tirador y figura carismática del baloncesto italiano, Antonello Riva es el prototipo de escolta de calidad. Militó durante doce años en el equipo de Cantú para recalar posteriormente, tras una gravísima lesión de rodilla, en el Milán, equipo en el que jugó cinco años más, antes de su retirada definitiva en el año 1994. Consiguió numerosos títulos: fue campeón de la liga en 1981, dos veces campeón de la Copa de Europa (1979 y 81), dos veces campeón de la Recopa (1979 y 81), una vez campeón de la Copa Korac (1993), etc.

Sus comienzos en el pallacanestro italiano son peculiares: cuando era casi un adolescente, Antonello Riva aceptó la furgoneta de segunda mano que los técnicos del Cantú le ofrecieron como contraprestación para incorporarle a sus filas, atraídos por su espectacular físico y las buenas maneras que apuntaba sobre el parqué. La carrera posterior de Riva iba a evidenciar lo barata que les resultó. Con 20 años sustituyó a Recalti en las filas del Cantú (por aquel entonces "Gabbeti Cantú") con la misión de escoltar al mítico Marzorati. La sociedad Riva-Marzorati fue determinante y responsable, en buena parte, del éxito del Cantú a finales de los años 70 y primeros de los 80, época de dominio abrumador en Europa con dos Copas de Europa y dos Recopas.

Durante toda su vida deportiva Riva acumuló calificativos como "bombardero", "superman" u otros similares, a cual más apocalíptico, que son suficientemente expresivos del talante del italiano en las canchas. La faceta más resaltable de su juego era la pasmosa facilidad con que castigaba el aro rival con certeros lanzamientos desde todas las distancias. Era un anotador nato, un cañonero que disparaba desde cualquier posición gracias a una muñeca prodigiosa que convertía en baldío cualquier esfuerzo de su defensor por pararle. De constitución fuerte, su físico le permitía también ser extraordinariamente efectivo en los contraataques, y aprovechaba los balones que Marzoratiy Djordjevic, ya en las filas del Milán, ponían a su disposición. Riva era un jugador temido, casi odiado, por cualquier afición rival (¿hay un síntoma más evidente de la calidad?) y su presencia en la cancha era una amenaza constante.

Su escasa predisposición defensiva, que consiguió superar con los años, no eclipsó sus innatas cualidades para el baloncesto. Riva siempre figuró en lo más alto de la lista de anotadores, con promedios que rara vez bajaban de los veinte puntos por partido. En la temporada 88/89 consiguió una media superior a los 30 puntos. En 1990 fue protagonista del traspaso más caro del baloncesto italiano hasta entonces (6000 millones de liras por su incorporación al Milán). Habitual de la selección italiana (215 veces internacional), se alzó con la medalla de oro en el Europeo de Nantes 83 y logró la plata en el de Roma, en 1991.

Autor

  • José Antonio Casla Hidalgo