Ripperdá, Johan Willem, barón de (1680-1737).
Aventurero de origen neerlandés; nacido en Oldehove, Groninga, en 1680, y muerto en Tetuán, en 1737. Pertenecía a una familia católica que se convirtió al protestantismo para poder prosperar en la carrera diplomática y militar. En 1715 fue enviado a Madrid como embajador y tres años más tarde pasó al servicio de Felipe V: se reconvirtió al catolicismo y se puso a las órdenes de Alberoni, quien lo utilizó para dirigir la manufactura de tejidos de Guadalajara; caído éste (1720), se le encomendó la superintendencia de fábricas. A fines de 1724 fue nombrado embajador secreto ante el Imperio, y negoció los tratados de Viena (1725), que significaban un vuelco total en la política exterior española, al asegurar la alianza entre Felipe V y el emperador Carlos VI, su tradicional enemigo. Lo que le valió a Ripperdá un ducado, y a su regreso la Secretaría de Estado y Despacho sin negociación señalada. Acaparó la política exterior, Hacienda, Guerra y Marina. Trató de impulsar a la nación, en medio de grandes fracasos. En mayo de 1726 fue exonerado de sus cargos, y, amedrentado, se refugió en la embajada británica; fue sacado de ella por la fuerza y encerrado en el alcázar de Segovia. En agosto de 1728 consiguió escapar a Portugal y luego a Gran Bretaña, donde se le tributó una gran acogida, si bien posteriormente se le recomendó que abandonara el país, y regresó a los Países Bajos. De allí paso a Marruecos en 1731, entró al servicio del sultán de este país. Murió en Tetuán en la más absoluta miseria.